Los seres humanos hacemos la historia en condiciones independientes de nuestra voluntad.
Mensaje a Íñigo Errejón
Lo primero es lo primero. El machismo y el patriarcado no delinquen. No hay duda de que una educación machista en una sociedad en la que el patriarcado ha estado presente desde tiempo inmemorial favorece que se produzcan agresiones contra la libertad de las mujeres en general y contra la libertad sexual en particular. De ahí la necesidad de prestar la máxima atención en el sistema educativo a esta circunstancia.
Pero el machismo y el patriarcado no pueden considerarse, en ningún caso, no ya una eximente, sino ni siquiera una atenuante de una conducta sexual inapropiada en cualquiera de sus posibles formas de manifestación. No hay nunca justificación alguna para una agresión sexual.
Hecha esta reflexión general, para mí ha sido una sorpresa enorme el haber tenido conocimiento de la conducta que te achacan varias mujeres y que han dado lugar por el momento a una denuncia penal. Pero ha sido una decepción todavía mayor la lectura de la carta en la que intentas dar una explicación de tu comportamiento.
La carta, en mi opinión, es tan preocupante como las acciones que te atribuyen. Que una persona con los conocimientos que tienes acreditados no entienda que con dicha carta no solamente tiras piedras contra tu propio tejado, sino que ofendes a las mujeres que sostienen haber sido sometidas por ti a conductas ultrajantes, me resulta literalmente ininteligible.
Con la preparación intelectual que tienes, no puedes intentar “contextualizar” tu comportamiento. Todo lo que no sea pedir perdón a secas está de más y se vuelve en tu contra.
Un proceso judicial, en el caso de que la justicia lo decidiera, podría convertirse para ti en un calvario, pero sería peor cuanto más tiempo tardes en reconocer la ausencia absoluta de justificación de tu conducta. En este caso, no va a ser para las mujeres a las que presuntamente has agredido y para las que un proceso les podría hacer revivir una experiencia traumática, sino que sería insoportable para ti.
Ellas van a estar juntas y van a contar con la solidaridad de una gran parte de la sociedad. Tú te vas a encontrar en la más completa soledad, de la que solamente podrás empezar a salir cuando reconozcas tu conducta y evites justificarla de la manera que sea.
Antes de escribir este artículo, he revisado todos los que he publicado a lo largo de estos años sobre determinadas peripecias de tu trayectoria política. Siempre he valorado muy positivamente tu ejecutoria política y sigo manteniendo lo que escribí en todos ellos.
Aunque no hemos coincidido muchas veces, pienso que hemos tenido una conexión política ininterrumpida desde hace ya bastantes años. Me gustaría poder mantenerla. Por si te sirve de algo, quiero que lo sepas.
Lo primero es lo primero. El machismo y el patriarcado no delinquen. No hay duda de que una educación machista en una sociedad en la que el patriarcado ha estado presente desde tiempo inmemorial favorece que se produzcan agresiones contra la libertad de las mujeres en general y contra la libertad sexual en particular. De ahí la necesidad de prestar la máxima atención en el sistema educativo a esta circunstancia.
Pero el machismo y el patriarcado no pueden considerarse, en ningún caso, no ya una eximente, sino ni siquiera una atenuante de una conducta sexual inapropiada en cualquiera de sus posibles formas de manifestación. No hay nunca justificación alguna para una agresión sexual.