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Un mar de plástico: la historia tras la impactante portada de National Geographic

“Ocho millones de toneladas de plástico acaban en el océano cada año. Y esto es solo la punta del iceberg…”, es el subtítulo de la portada de National Geographic centrada en denunciar los peligros de un material que, según afirman en su página, empieza a biodegradarse a partir de 450 años. Ropa, botellas, anillas para latas… Son muchos los productos que atentan directamente contra la preservación de un planeta que lucha por no convertirse en un vertedero. Y, como reflejo de ello, la imagen con la que la revista abre su edición de junio: una enorme masa flotante que no es de hielo, sino de plástico.

El diseñador mexicano Jorge Gamboa es el responsable de una portada viralizada a través de redes sociales, donde algunos usuarios la catalogan de “memorable” e “impresionante”. También Vaughn Wallace, editor de la revista, considera que es una de esas imágenes que hacen historia. Sin embargo, no es la primera vez que se reconoce el potente mensaje de esta ilustración.

“La idea surgió por una asociación directa de elementos con los que he convivido a diario desde que estoy en la ciudad de Puebla (México)”, explica a este periódico el autor del cartel. Posteriormente, transformó aquellos objetos cotidianos en una imagen cargada de significado con una metáfora sencilla pero directa: “la punta del iceberg”. En este caso, de la contaminación.

El resultado final supuso unas seis horas de trabajo dedicadas a hacer fotografías, editarlas y lograr que aquel trozo de plástico pareciera un gran bloque de hielo. “Era necesario que el resultado final de la bolsa tuviera una punta para así asociar las formas de manera más directa y comprensible”, sostiene Gamboa, quien añade que para conseguirlo solo necesitó dos cosas: “Una cámara fotográfica y edición digital”. Pero también una tercera, quizá la más importante: la idea.

Con esa misma idea, el diseñador decidió participar en la Bienal del Cartel de Bolivia (BICeBé) de 2017, edición en la que recibieron más de 6.300 obras de 71 países del mundo. “Las evaluaciones analizan cada pieza por la claridad del mensaje, un buen cartel debe comunicar inequívocamente su propósito”, explica la coordinadora general del evento, Susana Machicao, a eldiario.es. Todo ello, unido al uso de la fuerza visual y semántica del lenguaje, convirtieron a la obra de Gamboa en ganadora de su categoría, la de mejor cartel político o social.

Una vez publicada la obra, al buzón electrónico del BICeBé llegaron cientos de mensajes pidiendo permiso para utilizarla en eventos o para hacer camisetas. “En 10 años de bienal ningún póster obtuvo la misma reacción”, aclaran desde la organización. Ya imaginaban que podía tener cierta repercusión, pero la respuesta superó toda expectativa. Según detalla Machicao, “al ser Jorge una persona muy reservada y alejada de las redes sociales”, fueron ellos quienes gestionaron toda aquella avalancha de peticiones “hasta establecer una confianza”.

Desde entonces, como el BiCeBé publica en Facebook, una decena de espacios comerciales y privados compraron o requirieron el cartel. Por ejemplo, la ONU Medio Ambiente en Brasil o Greenpeace España, entre otros. “De ninguna manera este tema se ha manejado de manera comercial, y los espacios que han pedido el uso han sido en su mayoría publicaciones medioambientales”, apunta Machicao. Continúa diciendo que, en algunos casos, “Jorge ha cedido los derechos sin coste alguno”, y que las dos únicas participaciones comerciales destacables son de Hugo Boss Alemania “que usará la imagen para su colección de camisetas de verano” y National Geographic, que “además hicieron un breve contrato”.

A pesar de ello, Gamboa matiza que en alguna ocasión ha rechazado posibles compradores o colaboradores “por cuestiones que desviaban la causa y el propósito de la imagen”. Lo que el diseñador busca, según detalla, es que “la imagen pueda llegar a diversos espectadores” para que así “genere un poco de conciencia sobre lo que está pasando con la industria del plástico”. Porque, al final, como el experto añade, “su problemática y solución también depende de cada uno de nosotros”.

Sin lugar para las 330 millones de toneladas 

La portada se ha convertido en símbolo de conciencia medioambiental y, entre otras cosas, ha animado al National Geographic a eliminar el plástico de las publicaciones que llegan a sus suscriptores. Es solo un pequeño cambio que, como señalan en su web, “ahorrará al medio ambiente miles de bolsas no reutilizables”. No es suficiente, pero como apunta la directora editorial de Estados Unidos, Susan Goldberg, “es un ejemplo de esas simples medidas que empresas, Gobiernos y los ciudadanos podemos adoptar para garantizar un mundo menos contaminado”.

Como decía John Vidal, exjefe de la sección de Medio Ambiente de The Guardian,  “el plástico está en lo que comemos, bebemos y en el aire que respiramos y representa una amenaza cada vez más importante para la salud humana”. Y, como dato, el especialista medioambiental apunta que “en los años 50 el mundo producía dos millones de toneladas de plástico al año. Ahora son 330 millones de toneladas”.

A través de diferentes reportajes, la revista aborda los problemas derivados de los 5.700 millones de toneladas de residuos plásticos que no pasan por una planta de reciclaje. Y aunque la portada de Gamboa refleja todo esto en forma de metáfora, las imágenes más crudas se encuentran en el interior. Un caballito de mar agarrado a un bastocillo, una tortuga atrapada por unas redes, un león marino que ha ingerido un señuelo de pesca... Parece fauna y flora de un mundo posapocalíptico, pero es el presente. 

Después de la enorme repercusión, ¿ha cambiado esta imagen la vida de Gamboa? El autor cree que es una pregunta bastante complicada de responder, al menos por ahora. Aun así, reconoce haber tenido varias “propuestas para realizar proyectos” y peticiones de personas interesadas “en cómo se realizó la toma fotográfica”. Asimismo, como estancarse en un solo diseño podría ser un error, el artista visual considera que necesita ponerse “nuevos retos”.

Por su parte, la coordinadora general del BICeBé señala que “la maravillosa reacción de la gente” se alinea con el objetivo principal de la organización, que no es otro que poner a los artistas latinoamericanos en la mira del mundo. “Este mes de junio, un diseñador mexicano invadirá el mundo con una portada que desde hace un poco más un año ha dado que hablar en redes sociales. Alegría hay de sobra”, agrega. Pero, a pesar de todo ¿es posible soñar un planeta sin plástico? “Sí, creo que, con el apoyo de la industria, la información y la voluntad puede ser posible”, responde Gamboa.