La portada de mañana
Acceder
El Supremo amplía la investigación de los correos de la pareja de Ayuso
La Generalitat reconoció por escrito que el seguimiento de ríos es su responsabilidad
Opinión - Lobato, en su laberinto. Por Esther Palomera

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

La musicoterapia, una alternativa frente a las secuelas de la COVID-19

Logroño —
12 de julio de 2020 12:42 h

0

Logroño, 12 jul (EFE).- Prácticamente nadie pone en duda el efecto terapéutico de la música, pero más allá de esa idea, existe una disciplina con la que se trabaja desde hace años en algunos hospitales, la musicoterapia, que ahora es una alternativa para trabajar con los afectados por el coronavirus y tratar de paliar sus secuelas.

“No se trata de ir a cantar un día a una planta de un hospital, que está bien, pero no es eso”, ha subrayado en declaraciones a EFE David Gamella, uno de los principales expertos españoles en musicoterapia, docente de esta disciplina en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y coordinador de musicoterapia en la UCI de adultos del Hospital de La Paz en Madrid.

Su trabajo en el Hospital de La Paz es el que le ha permitido mostrar a muchos especialistas médicos los “efectos terapéuticos” de la música con una base científica y teórica, en especial “con los enfermos que están peor” en la UCI.

“Se piensa que la musicoterapia es tocar música y cantar, incluso gritar, pero lo que se hace es buscar una música y adaptarla a las necesidades del paciente, para su estímulo, y hay veces que con dos acordes es suficiente, pero hay que saber cuáles son”, ha incidido.

Para ello mantienen reuniones con el equipo médico sobre la situación de cada paciente y diseñan un protocolo de estímulo para cada uno “con sus propios objetivos terapéuticos” que se actualizan, comenta, “en base a las reacciones que vamos obteniendo”.

“La música es uno de los estímulos que implican a más regiones cerebrales a la vez”, explica, e incide en cómo al escuchar una pieza musical “se implica la parte del cerebro que controla el movimiento, por el ritmo, la zona prefrontral, por la melodía, y las regiones que controlan el lenguaje, si tiene letra” al margen de “trabajar la memoria, si a quien escucha le lleva a un recuerdo”.

Así, la música adecuada “puede ayudar al resto de tratamientos, si se usa con criterio” y “en una situación como la que causa la COVID-19, que deja secuelas muy diferentes, podemos trabajar en la recuperación de muchas personas” que han visto afectada su movilidad o en las que sufren dificultades respiratorias“, señala.

De hecho, en su trabajo, ha precisado, llegan a probar con cada paciente qué estímulos musicales son los que activan cada parte del organismo de un enfermo “incluso aunque ellos no se den cuenta” ya que “pueden llegar a respirar de una forma diferente cuando escuchan algo que les evoca un sentimiento de tranquilidad, por ejemplo”.

Además, Gamella ha reclamado otro “papel” para la musicoterapia orientada al personal médico “que ya está empezando a tener secuelas por lo que ha vivido” y la música “puede ayudar a que lo expresen y lo saquen afuera, porque lo necesitan”, ha concluido este especialista.

Eduardo Palacios