La portada de mañana
Acceder
La derecha arrasa en los puestos de responsabilidad que eligen los jueces
La pareja de Ayuso pagó por un renting a nombre de la esposa de su jefe en Quirón
OPINIÓN | Elige tu propia desventura, por Isaac Rosa

Las puertas que no terminó de abrir Gata Cattana en el rap

“Los pobres han aprendido a amarse malalimentados, malvestidos, malqueridos, porque el hambre agudiza el ingenio y en sus jardines también crecen las flores (aunque no haya jardines)”. Estos versos pertenecen al poema de Gata Cattana Como aman los pobres; y son solo una muestra del compromiso político, la franqueza, la denuncia y la autenticidad que vertebran su legado. La rapera falleció el 2 de marzo de 2017 a causa de un shock anafiláctico. Tenía 25 años y en aquel momento estaba preparando su primer disco, Banzai, pero había escrito, recitado, compuesto y actuado lo suficiente como para lograr abrirse camino, a golpe de palabras, en el masculinizado mundo del rap. Ahora bien, ¿qué ha pasado con las puertas que abrió?

“Más que abrir puertas, abrió los ojos”, matiza a este periódico la rapera Celia Bsoul, “al hacer un rap tan desde su propia voz y con un discurso tan propio, fue ejemplo de que hay muchas maneras de hacerlo. Es un referente muy potente de hacer sin necesidad de gritar y de decir las cosas muy claras. Que es algo muy complicado. Ella tuvo mucha clase”. La también poeta coincidió con Gata Cattana en persona en varias ocasiones, pero recuerda con especial cariño un encuentro en concreto, en la puerta del madrileño Intruso Bar: “Le dije que me daba respeto sacar disco y ella me dijo que lo entendía, pero que tirara hacia adelante. Pensé: ¡Qué tía más guay!”.

La artista, cuyo nombre real era Ana Isabel García, pisó con tesón y fuerza los escenarios desde que comenzó a subirse a ellos. Así lo muestra el documental Eterna, recién llegado a las salas de cine, que recorre la vida de la rapera con testimonios de sus familiares y amigos; acompañado de un valioso material de archivo. Hay vídeos de recitales, entrevistas, actuaciones desde parques a locales, ensayos y un largo etcétera que deja patente su talento y carisma.

Juanma Sayalonga, codirector junto a David Sainz de la película, explica a este periódico que la clave de su éxito fue su “actitud y cómo influyó sutilmente con hechos”. A su vez reivindica que la forma en la que se ganó el respeto fue doblemente complicada por tratarse de un momento en el que “no había muchas mujeres que rapearan”.

El rapero Frank T, que aparece en el documental, explica a elDiario.es que la irrupción de Gata Cattana llegó en un momento en el que “todavía faltaba una rapera que pudiera seguir el legado de Mala Rodríguez y Arianna Puello. No estaban teniendo una nueva generación que despuntara y con su llegada empezó la explosión. Que ella saliera ha animado a muchas otras”. El presentador del programa La cuarta parte de Radio 3 asegura que “ahora hay una buena tropa”, y menciona como ejemplos a figuras como Tribade, Santa Salut, Sofía Gabanna, Free Sis Mafia y Las Ninyas del Corro. “Tiene que haber más”, reivindica pese a la mejora.

“Por desgracia, para los raperos Gata se convirtió en la nueva rapera en ganarse su respeto, eso le dio mucha visibilidad. Las de ahora no necesitan el aplauso o la validación de los compañeros hombres. Tienen su público y se ganan el respeto por ello”, argumenta. Entre ellas está Sila Lua, que describe a este medio las letras de Cattana como “elegantes y metafóricas pero también agresivas y directas”.

“Me encanta que supo manejar a la perfección los códigos del rap, que son más bien masculinos, aún cuidando y enorgulleciéndose de su propia feminidad”, comparte, “en sus canciones hablaba alto y claro sobre el machismo y se posicionó como feminista cuando esa conversación aún no había florecido en el mainstream. Creo que es por eso que muchas mujeres conectamos con ella y su mensaje; y tantos otros hombres fliparon por lo fresco y diferente que sonaba”.

Su “lucha social” es algo con lo que en el grupo Machete en Boca se siente igualmente identificado. “Era una luchadora nata, bien lo representaban sus letras y sus poemas y es algo que nos representa muchísimo porque nosotras llevamos la misma lucha”, declara a este medio su integrante San. Su compañera La Prima ensalza “sus ganas, su entusiasmo y su libertad de expresión. Que pudiera expresarse como le daba la gana es maravilloso”.

Ser rapera en 2023

“Ser rapera no es fácil y más cuando es algo que muchas veces arrastra todavía ese 'la mujer como objeto de insulto' en batallas de gallos, y como trofeo. Todavía te encuentras con determinadas situaciones como que te expliquen cómo coger un micrófono o que un señor anónimo te diga después de un concierto 'lo has hecho muy bien pero puedes mejorar en esto' y veas que tu compañero se ha bajado y a él no le han dicho nada”, comparte Celia Bsoul.

La rapera recuerda otro episodio que ocurrió en 2019: “Hubo una batalla de gallos en la que participó Sara Socas donde los insultos hacia los tíos eran 'eres feo, eres bajito, cantas mal' y en el caso de ella el insulto era 'eres mujer'. Me parece bastante sintomático que pongas como calidad de algo peyorativo el hecho de ser mujer”.

El evento fue muy sonado por cómo ella puso en su lugar a los raperos que emplean comentarios machistas durante las batallas freestyle y criticó al público por aplaudir estas actitudes. Socas interviene en el documental Eterna, donde afirma que “el rap no solo ha sido un género machista, sino masculinizado en sí”. “Que Gata fuera muy buena sirvió de mucho. Se ganó el respeto de su generación y de otras generaciones”, valora e incide en la importancia de los referentes: “Son fundamentales para creer que tú también puedes hacer algo”.

“Siempre que una artista femenina tiene una visibilidad importante deja abiertas otras puertas para las siguientes”, consideran las integrantes de Machete en Boca, “todas las raperas que hemos ido empezando, vamos dejando huella y paso a diferentes generaciones. Esperamos que siga así”.

Bsoul defiende en la misma línea que ve “muchas cosas positivas”. “Hay que tener el foco en que hay muchas mujeres haciendo cosas muy bien. Si en un cartel no hay igualdad es que algo está fallando, y no es que las mujeres lo hagan mal. Es que no las están teniendo en cuenta. Estamos en un punto de calidad de raperas como para que en los carteles haya igualdad”, sostiene. Ahí están otras figuras como Anier, Lasole, Freesismafia, Sweet, Sondalke y Ptazeta, que tiene hasta su propia sesión con Bizarrap.

San y La Prima, de Machete en Boca, se suman a la crítica de la falta de paridad en la programación de certámenes. “Cuando empezamos había muy pocas mujeres a nuestro alrededor. Cada vez podemos compartir escenario con más compañeras pero ahí están los carteles de los festivales en los que se puede comprobar que todavía necesitamos luchar para tener ese espacio y esas oportunidades que se lleva el género masculino”, reclaman, “los pasos que faltan por dar son los que deberían estar dándose”.

Celia Bsoul incide en que una de las mejoras que ha detectado es que el lugar de las raperas ya no se limita a ser “el estribillo melódico del rapero. Que no está mal, pero si es el único papel que tiene una mujer, ahí entra el problema. Si tu pulsión es tener un mensaje, tiene que haber un espacio”.

Para Frank T, el balance es positivo, ya que mantiene que “lo importante es que sigan creciendo. Cada vez van saliendo nuevas raperas jóvenes. Esto es imparable”. Sin olvidar que, “como pasa en muchos ámbitos, siempre hay menos mujeres. Igual que hay menos presidentas en países, en el rap ocurre lo mismo. Cada vez hay más mujeres, pero siempre hay menos”.

La Prima, de Machete en Boca, no está dispuesta a esperar demasiado tiempo para que se confirme el cambio: “Esperemos que de aquí a unos meses podamos decir que hay una cantidad equivalente de sexos en todos los carteles y podamos disfrutar de todas las artes”. Su compañera San recuerda que “en el arte y en la música no hay competencia. Hay cabida para que cada una deje su granito de arena. Eso es en lo que deberíamos trabajar”. En un camino que siga permitiendo que cada vez sean más las voces femeninas las que imperen en el panorama del rap. Como ya entonó la propia Gata Cattana en su tema Gotham: “No quiero que me digan lo que quiero escuchar, escribo lo que quiero escuchar, dame tregua que ya estoy cansá' de luchar”.