La bronca entre Residente y J Balvin ha sumado un nuevo episodio, quizá el más relevante de un enfrentamiento que comenzó hace meses. La aversión de René Pérez hacia José Álvaro Osorio –y viceversa– es explícita, pero nunca lo había sido tanto como en la canción publicada junto a Bizarrap y por la que asegura haber recibido amenazas. El puertorriqueño ha grabado Sesión 49 en el cotizado estudio del productor argentino. Una sesión sin nombre pero con un objetivo: el colombiano J Balvin, “el bobolón” al que le dedica sus ocho minutos.
El beef entre Residente y J Balvin entraña otros asuntos de mayor calado como el activismo político, el respeto por las raíces de lo urbano y el resquemor de los músicos de reguetón hacia una industria que los vapulea mientras se llena los bolsillos con ellos. Todo esto sale a relucir de nuevo en la sesión, que alcanzó los 16 millones de reproducciones en Youtube en las primeras 12 horas.
El puertorriqueño Residente, antiguo fundador de Calle 13, siempre ha sido duro en sus ataques contra Balvin, pero ahora sus críticas han llegado a mayores, acusándole de racismo y de conchabarse con el poder de Puerto Rico para ascender en la industria. “Hoy les tumbo el marketing de un tirón, como tumbamos las estatuas de Cristobal Colón”, canta René. Pero solo es el principio.
Otra ronda de perritos calientes
Todo estalló cuando en septiembre del año pasado J Balvin llamó al boicot de los Latin Grammy, en los que estaba nominado a tres premios “menores” –canción del año y mejor canción urbana por Agua, la banda sonora de la película de Bob Esponja, y mejor interpretación por Tu veneno–. Residente contestó, pero fue solo la excusa. “Lo que dijo Rubén, el Residente lo sostiene. Aunque cambies de color yo siempre sé por dónde vienes”, canta ahora en referencia a Camaleón, de Rubén Blades, el cantautor panameño que fue homenajeado en esos Grammy.
Estos galardones, creados en el 2000 para hacer frente a la falta de ritmos latinos en la edición estadounidense, cuentan con 53 categorías que incluyen desde pop hasta jazz, rock, tropical y género urbano. El colombiano criticó entonces que el reguetón no ostentase una categoría propia y que compitiese contra el rap y el trap, alegando que el primero es el estilo más escuchado y más lucrativo.
Hoy les tumbo el marketing de un tirón, como tumbamos las estatuas de Cristobal Colón
“Si los Grammy no nos valoran, entonces por qué yo tengo 31 premios. ¿Yo no soy urbano, yo no rapeo?”, le dijo René en un vídeo subido a sus redes, que más tarde borró a petición de su rival. Por su parte, Balvin tiene solo cuatro Grammys y todos de la subcategoría urbana. “Te creería lo del boicot si el año pasado, cuando te nominaron 13 veces, no hubieses ido, pero ahí no pediste boicot”, le reprochó.
Residente es un viejo amigo de la Academia desde Calle 13, con quienes ganó en 2006 en los apartados de nuevo artista, álbum y vídeo musical. Los éxitos han seguido, a veces en la categoría general y otras bajo la etiqueta de lo urbano.
“Tienes que entender que es como si un carrito de hot dog se molestara porque no puede ganar una estrella Michelin. Y no me malinterpretes, José, tu música es como un carrito de hot dog, le gusta a todo el mundo, pero cuando la gente quiere comer bien se va a un restaurante, que son los que ganan las estrellas Michelin”, continuaba René. La metáfora no solo fue pasto de las redes, sino que ha sido usada por el mismo J Balvin para lanzar merchandising de su nuevo disco.
Son artistas de quinta que escriben menos que un bolígrafo sin tinta. Estos vagos son golosos, no te llevan ni el plato a la mesa y se llevan la propina del mozo
“Hoy te despellejo para que los que se compren la camisa del hot dog se sientan bien pendejos”. En la sesión de Bizarrap, vuelve a aparecer la crítica al estilo comercial de Balvin pero, sobre todo, a que otros le escriban sus letras: “Un hot dog bien hecho es delicioso, el problema es que no lo cocinaron estos mentirosos. Estos vagos son golosos, no te llevan ni el plato a la mesa y se llevan la propina del mozo”.
Una rima que sintetiza el reproche de algunos artistas del sector al colombiano y que Residente ya hizo en su momento: “Tú y yo no somos iguales, yo no creo en las estrellas de las plataformas digitales ni en tus Billboards de cremita de pastel. Ni en tus historias de Instagram de Dolce & Gabbana y Cartier. Solo creo en mi nivel y en el carbón de mi lápiz corriendo por encima del papel”.
Letras por encargo y sin mensaje
Como si se tratase de una batalla de gallos en solitario, Residente le lee la cartilla a J Balvin en la sesión. “Son artistas de quinta que escriben menos que un bolígrafo sin tinta. Cuando me ven se vuelven de color blanco pálido, como los dientes de embuste que se ponen”, recita en una parte. “Para dos minutos de canción tienen veinte escritores, hasta los manejadores son compositores”, continúa.
No es un secreto que para René Álvarez, la canción protesta y el tomar partido es una obligación: “El arte con miedo no es arte”, ha dicho en varias entrevistas. “Cuando asumes posturas políticas es muy poco probable que te ayude comercialmente”, ha reconocido. Un riesgo que J Balvin no está dispuesto a correr ni siquiera cuando su Colombia natal se llena de protestas. “El pueblo luchando, los están matando y el tipo subiendo fotos de Ghandi rezando”, le lanza en la Sesión 49.
J Balvin es uno de los artistas de reguetón más comerciales, y no solo por su música. Ha sido imagen de Nike, McDonalds, Fortnite o del mencionado Bob Esponja. También se le acusa de no escribir sus propias canciones ni de cantarlas –sin usar autotune–. “Me voy a rebajar con un bobolón que le canta a Sponge Bob y a Pokemon”, le dice el puertorriqueño en la sesión, en la que también le acusa de cobrar “500 dólares por un boleto, señores. Por brincar como un pendejo vestido de colores”.
En julio de 2019, artistas conocidos de reguetón como Daddy Yankee, Luis Fonsi, Ricky Martin, Residente y Bad Bunny encabezaron algunas de las manifestaciones en Puerto Rico en contra del presidente Ricardo Roselló. Afilando los cuchillos, la canción que René sacó con Bad Bunny, se coreó durante las marchas y se transformó en pancartas. “Lo mío no es negocio. Somos diferentes, por la música yo pongo el corazón al frente. Mis Billboards los sostiene la gente junto a mis letras en cada pancarta para bajar a un presidente”, recita.
Es la eterna dicotomía entre el género urbano de estudio y el callejero –“Josesito no tienes calle, por eso tienes los nudillos blanditos”–. Pero conviene destacar que Residente proviene de una familia de clase media-baja de Puerto Rico, que pudo estudiar Bellas Artes por el mundo y que también ha tenido facilidades respecto a otros cantantes de rap latinoamericanos. Lo que le critica a Balvin es que sea “un blanquito de colegio todavía no entiende el focking privilegio”.
Es un imbécil con tinte de cabello que puso a mujeres negras con cadenas de perro en el cuello
“Este pendejo es un racista y no lo sabe”
El último reproche tiene que ver con el racismo. Hace un par de años J Balvin ofreció una entrevista a el medio colombiano El tiempo. Allí reconoció que decidió convertirse en cantante urbano cuando vio que “Daddy Yankee era blanco, ¡un latino!, como yo”. Porque, para él, hasta ese momento el hip hop y el reguetón “siempre se vieron reconocidos por ser de afroamericanos, la mayoría eran morenos o negros”. Unas palabras que le valieron numerosas críticas.
“Un día dijo que quiso hacer reggaeton siendo franco al descubrir que Daddy Yankee era blanco. Mi llave, lo peor de todo y lo más grave, es que este pendejo es un racista y no lo sabe”, canta Residente en la Sesión 49. “La historia te va a dar un bofetón en nombre de todos los que bajo abuso recogieron algodón. Y otro bofetón, en nombre de todos los que han tenido que batallar doble dentro del reggaetón: Myke Towers, Sech, Don Omar, Ozuna, Arcángel, Tego Calderón. Son un montón que sin pensar metes debajo del cajón. En tu arcoiris de colores no existe el color marrón”.
Por si fuera poco, la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, acusó a J Balvin de promover mensajes “machistas” y “racistas”. Se refería en especial al videoclip de su canción Perra, donde aparecían tirando de la correa a dos modelos negras. “Es un imbécil con tinte de cabello que puso a mujeres negras con cadenas de perro en el cuello”, le lanza René en su canción. El colombiano eliminó el vídeo de YouTube y pidió perdón en público a “las personas que se sintieron ofendidas, especialmente las mujeres y la comunidad negra”.