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CRÍTICA

'NBA Live 18' Vs. 'NBA 2K18': hemos jugado y tenemos ganador

videojuegos NBA

Antonio Rull / José Antonio Luna

NBA Live y NBA 2K, dos videojuegos diferentes sobre el mismo deporte: el baloncesto. El segundo juega con ventaja, ya que es el favorito de los usuarios y lleva varios años siendo técnicamente superior a su adversario. Esta vez los desarrolladores del primero han puesto todo su empeño en crear un título a la altura de las exigencias. Pero ¿es suficiente para hacer frente a su rival?

Los títulos han cambiado, pero no sus creadores. NBA Live y NBA 2K siguen bajo el mando de Electronic Arts y Visual Concepts, respectivamente. Además, aunque esta comparativa está basada en la versión para la consola de Sony, los dos pueden jugarse en PlayStation 4 y Xbox One. En Nintendo Switch, de momento, no queda otra opción que el juego de 2K.

Hemos probado desde partidos rápidos hasta el modo historia, pasando por el cooperativo en línea para enfrentarse a otros jugadores. Después de varias horas, y de fallar numerosos triples, ya podemos valorar los puntos fuertes y flacos de cada uno.

Sam Bowie, pívot de los Trail Blazers, tenía por delante una carrera prometedora. Sin embargo, el 7 de noviembre de 1986 todo cambió: durante un partido contra los Dallas Mavericks sufrió una brutal lesión que acabó para siempre con su trayectoria. Si EA fuera un jugador de baloncesto, esa brutal lesión se llamaría NBA Live 16. El juego fue valorado de forma muy negativa por la crítica, algo reflejado en las puntuaciones, las ventas y los comentarios de los usuarios.

NBA Live vuelve a salir a la pista tras una temporada de baja. Pero como ocurre en el ámbito deportivo, los tiempos de inactividad se pagan caros y están llenos de dudas. ¿Está el juego de EA a la altura del partido? El título necesita algo más que varios cuartos para alcanzar a su rival en el marcador, pero al menos esta vez parece tomar la dirección adecuada.

El juego se centra en el modo The One, pensado para enriquecer la experiencia en el modo de un jugador. En él nos cuenta la historia de una gran promesa del baloncesto que vuelve a las canchas tras una lesión de rodilla, un homólogo perfecto de lo que le ocurre a EA con el baloncesto.

El objetivo de este modo es crearnos un jugador, al que podemos personalizar con nuestra cara, que consiga alcanzar el nivel 99. Empezaremos jugando en pistas callejeras para posteriormente dar el salto a la liga NBA, en una trama que como ya ocurría en NBA 2K avanza a través de mensajes en nuestro móvil.

El problema es que se trata de un rol bastante pobre, donde la mayoría de decisiones no tiene una repercusión directa sobre el jugador. A medida que avanzamos ganamos puntos y, con ellos, nuevos movimientos, prendas de ropa y lo más importante: mejoras en las habilidades del jugador. Estas dependerán del tipo de personaje que hemos creado, ya que no será lo mismo un base que un pívot.

En lo que respecta al apartado gráfico, EA emplea el motor Frostbite que también utiliza en títulos como FIFA 18. Pero el inconveniente no está en el modelado de caras, sino en todo lo demás. Los movimientos siguen siendo algo artificiales y la galería de animaciones escasa. Pequeños detalles, como el movimiento de la camiseta o el bote del balón, resultan mucho más realistas en el título de 2K Sports. Para muestra, unas imágenes:

No sería del todo justo compararlo con NBA 2K. Este lleva varios años liderando en el terreno del baloncesto y cuenta con un amplio bagaje difícil de superar. Especialmente si es EA quien intenta hacerlo, que ha demostrado tener problemas de desarrollo en el pasado. Aun así, NBA Live 18 es un juego que, esta vez sí, parece tomar el rumbo adecuado para mejorar de cara a sus continuaciones. Nadie dijo que salir de una lesión fuera fácil.

18 ediciones después, NBA 2K sigue siendo la franquicia más respetada entre los juegos de simulación de baloncesto. Este año lo hace con jugadores más detallados y movimientos más realistas. También con un modo Mi Carrera aumentado y mejorado, quizá lo más criticado de esta edición. No tienen que pasar muchas horas de juego para notar el enfoque pay-to-win, en el que hay que pagar para obtener ciertos añadidos y así subir más rápido de nivel. Este año, mejorar al jugador es más difícil que nunca.

Hagas lo que hagas en los partidos que juegues, el final parece estar predestinado. Ninguna bandeja entra al principio. Dejas partidos igualados que acaban en paliza, o tras dos prórrogas. Todos esos finales no parecen azarosos, ya que la cinemática tras el partido siempre coincide con lo jugado, coincide demasiado. Si tu equipo pierde tras una tunda, aparece una charla del entrenador. Por el contrario, si juegas dos prórrogas, los jugadores hablan de exigir al sindicato que se les paguen las horas extra.

Subir de nivel es efectivamente un camino largo, salvo que pases por caja. Ganar VC, la moneda virtual que puedes canjear por mejoras de rendimiento, es muy difícil a lo largo de todo el juego. Por cinco o diez euros podemos conseguir unas cuantas decenas de ellas que, de otra forma, nos costarían muchas horas de baloncesto.

Al margen del modo Mi Carrera, el juego en sí no defrauda a nadie. Las animaciones son cada año más realistas y los movimientos de los jugadores se asemejan a sus homónimos de carne y hueso. Además, este año se han incorporado plantillas históricas mezcladas. Es decir: los mejores equipos de toda la historia.

Los Lakers con Kobe, Shaq y Pau Gasol, los Grizzlies con Marc y Pau, los Sixers con Iverson e Irving… Una gozada. Lo malo es que se han perdido algunas referencias de anteriores ediciones y la apariencia de los jugadores son las actuales. El Gasol de los Lakers es el Gasol de ahora, no el de los pelos largos que conquistó la NBA con Bryant.

En resumen, un simulador deportivo al que todavía nadie hace sombra y que nos propone muchas horas de juego por delante hasta conseguir el objetivo final, conseguir 99 en Mi Carrera (empiezas con 60).

¿Quién es el ganador?

Tanto por trayectoria como por realismo, nuestro ganador es NBA 2K18. A pesar del pay-to-win del modo Mi Carrera, jugar un partido sigue siendo una experiencia más fidedigna que en el título de EA. NBA Live apuesta por llegar a un público mayoritario, quizá no tan experto en este tipo de videojuegos. Precisamente por ello, prima la diversión por encima de la autenticidad.

Los auténticos amantes del baloncesto van a disfrutar más con 2K, donde tendrán que practicar muchas jugadas para dominar el juego por completo. Para comprobarlo, basta con ascender de nivel y experimentar unos minutos con el modo online.

Con todo, ambos son juegos muy dignos. Nos hemos tenido que ir a los detalles y los matices para encontrar un claro ganador. EA va por buen camino y quizá el año que viene esta comparativa se decante por NBA Live. Veremos.

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