Muchos emigrantes españoles que se han marchado a buscar trabajo al extranjero vuelven en estas fechas a España, durante las vacaciones de navidad. Si tienen que ir al médico en su estancia, en numerosas ocasiones se encontrarán con el rechazo del sistema de salud público español, denuncian las plataformas Yo Sí, Sanidad Universal y Marea Granate en la campaña '#VuelveSinSanidad'. Los colectivos piden a los emigrantes españoles que compartan si viven algún caso de exclusión para sacar a la luz esta situación, con menos visibilidad que la de los inmigrantes sin permiso de residencia en España.
María Almena responde a eldiario.es desde Francia, donde se fue a vivir porque “con los recortes en ciencia, en el CSIC donde trabajaba, hubo un momento en el que vi que no podía seguir así, que me tenía que marchar”. Entonces, cobraba 900 euros e iba a empezar su postdoctorado “y no había posibilidad de quedarme”. Así que hizo las maletas y hoy tiene un trabajo en el Instituto Pasteur.
Con motivo de la reforma sanitaria y un cambio legislativo sobre la residencia y las prestaciones de la Seguridad Social, los españoles que pasan más de 90 días fuera de España no tienen derecho a la tarjeta sanitaria. Cuando regresan, pueden recuperarla pero tras unos trámites que los emigrantes consideran excesivos. Y, si vienen solo de visita por unos días, no pueden acceder a ella.
“Cuando volvemos a casa, poco o mucho tiempo después de haber salido, de vacaciones, de visita a la familia o de retorno definitivo, nos encontramos con que nuestras tarjetas sanitarias están desactivadas, que no tenemos derecho a ver al médico, que para hacerlo hay que someterse a numerosos trámites administrativos, que se nos facturan las urgencias”, han denunciado los colectivos ciudadanos en un artículo en eldiario.es.
La indefensión también se exporta fuera del país. Antes de irse a Francia, María intentó obtener la Tarjeta Sanitaria Europea, pero se la denegaron. “Porque no tenía un contrato indefinido, me dieron el papelujo ese que no aceptan en ningún sitio”, se queja al otro lado del teléfono. El papel al que se refiere María es un Certificado Provisional Sustitutorio (CPS), que cubre la atención sanitaria durante 90 días como máximo. Este documento de carácter temporal se concede cuando no se puede otorgar la Tarjeta Sanitaria Europea, pero Europa ha llamado la atención a España sobre su uso excesivo.
“La expedición sistemática de un Certificado Provisional Sustitutorio en lugar de la Tarjeta Sanitaria Europea para determinadas categorías de personas aseguradas no se ajusta a las normas”, aseguró Marianne Thyssen, comisaria de Empleo y Servicios Sociales. La Comisión Europea abrió una investigación sobre el tema este año.
La Marea Granate, a la que pertenece María, ha denunciado la situación de indefensión en la que se encuentran los españoles con este documento en el extranjero. Ahora, con esta campaña vuelven a llamar la atención sobre que España “no paga sus convenios” y en los países en los que residen los emigrantes no les aceptan esta documentación, dice un protagonista de unos de los vídeos del colectivo.
María consiguió que Francia le emitiera la Tarjeta Sanitaria Europea con el mismo contrato con el que le dieron la negativa en España. “Pero la administración en Francia va lenta y hasta que consigues todos los trámites... En mi caso evité ir al médico en ese tiempo. Tengo conocidos que han tenido que ir y adelantar el pago por la atención”, indica.
Llamada a la denuncia pública
La campaña pretende incidir en que, a pesar de los cambios en la cobertura sanitaria en algunas comunidades autónomas –por ejemplo en la Comunidad de Madrid para atender a los inmigrantes sin permiso de residencia–, perduran algunas lagunas de exclusión sanitaria e indefensión. Por ejemplo, en el caso de los emigrantes españoles. “Con la estancia de emigrantes en vacaciones hemos visto irregularidades como el cobro en urgencias, incluso de menores, y el rechazo a la atención urgente”, cuenta Álvaro, del colectivo de Yo Sí Sanidad Universal.
Para ambas plataformas ciudadanas la solución solo pasa por “derogar el real decreto 16/2012 (de la reforma sanitaria) y conceder una tarjeta sanitaria única para todos los ciudadanos”. La campaña pretende que la exclusión sanitaria al colectivo de los emigrantes sea más visible, como ocurrió con la que sufren los inmigrantes en situación irregular a través de numerosas denuncias públicas.
Los colectivos animan a los emigrantes a denunciar si viven situaciones de exclusión sanitaria en sus vacaciones en el registro anónimo Redes y también, para aquellos que quieran, que las hagan públicas con la etiqueta #VuelveSinSanidad. Además, dan a conocer “las primeras Guías Sanitarias para Emigrantes”, donde recogen información de forma colaborativa sobre “la cobertura sanitaria en otros países y cuáles son los trámites a seguir para conseguir de nuevo la atención sanitaria en el nuestro”.