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ENTREVISTA Directora ejecutiva del comité español de UNRWA

Raquel Martí: “No hay ningún lugar seguro para los civiles de Gaza”

Gabriela Sánchez

12 de octubre de 2023 22:02 h

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Raquel Martí, directora ejecutiva del comité español de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), pide disculpas mientras responde una de las preguntas de elDiario.es e interrumpe unos segundos sus palabras. “Me acaba de llegar una alarma. Otro compañero lleva desaparecido 12 horas”, dice con la voz titubeante antes de continuar su relato sobre la grave situación humanitaria desencadenada en Gaza durante la escalada militar lanzada por Israel tras el ataque de Hamás de este sábado. Martí, en contacto con los equipos de la UNRWA en el terreno, describe la asfixia impuesta a los civiles gazatíes, que afecta también al personal humanitario.

Aunque el Gobierno israelí lo niega, la UNRWA confirma ataques constantes contra infraestructuras civiles, como centros sanitarios y educativos, zonas residenciales e incluso tres escuelas de la red creada y gestionada por la Agencia de la ONU en Gaza, que actualmente acoge a cientos de miles de desplazados internos que tratan de resguardarse, al amparo de la bandera de las Naciones Unidas, de los constantes bombardeos. Sin embargo, como asume Martí, ni siquiera estos lugares son una garantía de seguridad para los civiles de la Franja.

Israel rechaza que esté atacando infraestructuras civiles. ¿Ustedes qué están viendo en el terreno?

Hay aproximadamente 1.100 muertos en la franja de Gaza, de los cuales casi 300 son niños y niñas. Israel está bombardeando de forma masiva toda la franja de Gaza, zonas residenciales e infraestructura civil. Tenemos datos, por ejemplo, de que 22 familias han perdido todos sus miembros o casi todos sus miembros. Ocho periodistas y seis sanitarios han perdido la vida en el desempeño de su trabajo.

Según la Organización Mundial de la Salud, una treintena de centros sanitarios, incluyendo ambulancias y personal sanitario, han sido bombardeados; varias escuelas de la ONU han resultado impactadas; están bombardeando barrios residenciales donde todo lo que hay son infraestructuras de la sociedad civil y redes de alcantarillado y de abastecimiento de agua. La Universidad de Gaza, la más grande, ha sido dañada. Están bombardeando todo tipo de infraestructuras, carreteras, accesos.

¿Hay algún lugar seguro en la Franja de Gaza? 

No, no hay ningún lugar seguro. Los colegios de Naciones Unidas son centros relativamente seguros porque están bajo la bandera de Naciones Unidas, porque son lugares inviolables y está prohibido que sean atacados. No obstante, en los últimos dos días, tres de nuestras escuelas han recibido impactos de proyectiles, dos de ellas con personas que han resultado heridas. Y esto ya ha sucedido en otras ocasiones. En Gaza, en la guerra de 2014, seis de nuestros colegios resultaron alcanzados. Murieron cientos de personas y más resultaron heridas. 

¿En qué condiciones se encuentran los desplazados internos que están llegando a esas escuelas de la UNRWA para refugiarse?

Hay unas 264.000 personas desplazadas. De esas 264.000 personas, 175.000 están alojadas en nuestras escuelas. Tenemos 88 escuelas convertidas en refugios para la población que huye de los bombardeos o son personas que ya han perdido sus hogares porque han sido bombardeados. Nuestras escuelas están llenas, ya están en su máxima capacidad y ahora mismo la población lo que está haciendo es llegar a nuestras clínicas de salud. Tenemos más de una docena de clínicas todavía abiertas, otros las hemos tenido que cerrar, pero están llegando también a nuestras clínicas de salud para refugiarse. 

¿Esas escuelas están habilitadas para acoger a tanta gente?

Como hemos pasado por siete escaladas militares de estas características en los últimos años, hace bastantes años tomamos la decisión de tener escuelas con doble uso. Por una parte, en las épocas de tranquilidad en Gaza son centros educativos normales a los que acuden 300.000 niños y niñas. En las épocas de escalada militar, los habilitamos como refugios, por lo que tienen características especiales.

Tenemos unas 50 escuelas preparadas para que, en el momento que haya una escalada militar, poder abrirlas y acoger a personas. Tenemos, por ejemplo, pozos de agua, para que, si se corta el abastecimiento, podamos seguir dando agua a nuestro personal, tenemos almacenado material humanitario para atenderles en forma de colchones, mantas, kits higiénicos, productos de limpieza.

Estamos preparados para instalar gabinetes psicológicos porque una de las situaciones más frecuentes es que la gente llega en un estado psicológico de estrés postraumático y de ataques de ansiedad. Hay niños que están escuchando los bombardeos incesantes, que han visto cómo han volado sus casas por los aires y que probablemente hayan sido testigos de escenas horribles. Tenemos también la posibilidad de instalar personal sanitario porque entre las personas que llegan hay muchos enfermos crónicos que llevan días sin sus medicamentos y sin atención sanitaria, aparte de las personas que llegan heridas en los bombardeos. 

Teniendo en cuenta el bloqueo, ¿tienen material humanitario suficiente para atender a la población de Gaza en esta escalada?

Las escuelas están preparadas y adaptadas para poder convertirlas rápidamente en refugios, pero no son suficientes teniendo en cuenta la situación y la afluencia actual de desplazados dentro de la Franja de Gaza. Ya nos faltan muchos productos de asistencia humanitaria. Hemos hecho un cálculo de las reservas que tenemos en stock en nuestros almacenes y, si no se abren los pasos fronterizos en 13 días, vamos a dejar de tener material humanitario para poder asistir a la población.

Estamos solicitando primero un alto el fuego para poder atender a todas las personas que en estos momentos lo necesitan. Estamos solicitando que se abran los cruces fronterizos para que puedan entrar mercancías, que se pueda meter ayuda humanitaria. Y estamos solicitando que se creen corredores humanitarios, no solamente para que la población pueda huir, sino para que nosotros podamos meter más personal humanitario y poder responder ahora mismo a toda la situación, porque nuestros compañeros dentro de la Franja de Gaza están absolutamente desbordados. Hay que tener en cuenta que ellos mismos son también refugiados de Palestina. Muchos de ellos han perdido ya sus casas y han perdido familiares. 

¿Podría contar algunos casos concretos que se está encontrando el personal de la UNRWA en estas escuelas? 

Las personas llegan totalmente en shock. Ayer veía imágenes de una madre a la que se le fue la cabeza porque acababa de perder a dos de sus hijos y gritaba diciendo: “¿Dónde están mis hijos? Si todavía no les he podido dar de comer”. Y los hijos estaban muertos. 

Son escenas absolutamente dramáticas. La gente llega habiendo perdido a muchos de sus familiares. Hay gente que todavía tiene familiares desaparecidos bajo los escombros que no pueden ser rescatados porque los bombardeos no dan ninguna tregua. La población está absolutamente horrorizada. Son escenas muy dramáticas. Nuestro propio personal también está traumatizado. Todo el mundo está traumatizado en Gaza por lo que está pasando. 

Algunos de los alumnos de las escuelas de la UNRWA han muerto a causa de los bombardeos. 

Sí, ha muerto una treintena de niños de los que atendemos fuera de estas escuelas. Hay que tener en cuenta que tenemos más de 2.000 alumnos y hay casi 300 niños muertos en toda Gaza. Es muy traumático porque, cuando vayamos a abrir las escuelas –que será lo primero que hagamos cuando haya un alto el fuego definitivo– y empiecen a llegar los niños a nuestras escuelas, habrá pupitres vacíos.

La Franja de Gaza vive bajo bloqueo de Israel desde hace 16 años. La situación humanitaria ya era muy complicada antes de la actual escalada. ¿Cómo afectaba a la población?

Antes del 7 de octubre, Gaza llevaba 16 años bajo bloqueo férreo. Eso significa que Israel es quien determina los bienes que pueden entrar en Gaza y en qué cantidades. Prohíbe la entrada de todo aquello que considera que puede ser utilizado con doble uso militar y civil, como puede ser desde un ordenador a cualquier maquinaria agrícola, incluso componentes electrónicos. Y esto incluye, por ejemplo, cualquier equipamiento médico para un hospital. Esta situación de bloqueo ha producido el colapso económico de la Franja de Gaza, puesto que la mayor parte de los bienes que permite introducir Israel es ayuda humanitaria a las agencias de Naciones Unidas.

Todo aquello que no se consideraba ayuda humanitaria no podía entrar. Imaginad lo que supone que desde hace 16 años las distribuciones de alimentos que podemos hacer a 1.200.000 personas solamente sean aquellas que se consideran propias de una emergencia humanitaria, es decir, arroz, garbanzos, latas de atún, alguna lata de carne... No podemos distribuir productos frescos u otro tipo de alimentos porque no nos los permiten meter. Esto ha llevado a que la Franja de Gaza sea un lugar donde la población depende absolutamente de la ayuda humanitaria.

Antes del 2007, la UNRWA alimentaba a 60.000 personas. En 2023 alimentamos a 1.200.000 personas y hay muchas más solicitando entrar en el programa de alimentos. Y todo esto es producto del bloqueo que, junto con todas las escaladas militares que hemos sido testigos en los últimos 15 años, se ha destruido toda la infraestructura una y otra vez.

La escalada estrecha aún más ese cerco a la población de Gaza. ¿Hasta dónde llega el actual bloqueo?

Ahora se ha producido el cierre total de ayuda humanitaria, no entra absolutamente nada. Desde el 7 de octubre, Israel ordenó el cierre del abastecimiento de combustible para la central eléctrica y la entrada de cualquier producto humanitario. Está todo cerrado. 

Los cruces fronterizos con Israel están cerrados desde el 7 de octubre, con lo cual ya no entra ningún suministro a la Franja de Gaza y esto está aumentando la inseguridad alimentaria de toda la población. No solamente no está entrando ayuda humanitaria y no están entrando bienes esenciales, es que no hay forraje para los sectores avícolas y ganaderos de Gaza, que son la fuente de proteínas para la población. Además, Israel atacó este martes a la flota pesquera que estaba atracada en el puerto de Gaza. Además de que no pueden salir a pescar porque también hay barcos israelíes disparando desde el mar, cuando haya un alto el fuego, va a ser imposible salir a pescar tras la destrucción de la flota. 

El paso de Rafah de Egipto ha sido atacado ya dos veces. Era el único paso por el que se estaba permitiendo la salida y entrada de palestinos, pero ha quedado inoperativo. Esperamos que se vuelva a abrir pronto porque es la única salida que hay ahora mismo para la población. Pero es un cruce fronterizo muy pequeño, con muy poca capacidad: por ahí solo pueden salir unos cientos de personas al día. No tiene capacidad para crear un corredor humanitario porque sería un embudo.