Uganda ha vuelto a abrir su frontera, de forma temporal, para las miles de personas que huyen de los mortales enfrentamientos étnicos en la vecina República Democrática del Congo (RDC).
El Gobierno ugandés había cerrado en marzo sus centros de recepción en los cruces fronterizos para frenar la propagación del coronavirus. Sin embargo, la semana pasada el presidente Yoweri Museveni ordenó al ministro de Socorro, Preparación para Desastres y Refugiados que concediera asilo a los 10.000 hombres, mujeres y niños que, huyendo de la violencia, llevan desde finales de mayo atrapados en una tierra de nadie entre los dos países.
En los últimos días han asesinado a decenas de personas en la provincia de Ituri, en el este de RDC, y miles han sido desplazadas debido a los recientes enfrentamientos, según señalan varias informaciones.
“Los refugiados deberían llegar a Uganda en los próximos tres, cuatro o cinco días. En este momento se están haciendo las gestiones para recibirlos. No estamos simplemente trayéndolos a Uganda, tomaremos todas las precauciones sanitarias que sean necesarias”, afirma Gerald Menya, responsable de refugiados en la oficina del Primer Ministro de Uganda, a The Guardian. Según sus declaraciones, todos deberán pasar una cuarentena y someterse a la prueba de COVID-19.
Duniya Aslam Khan, de la agencia de la ONU para los refugiados en Uganda, está trabajando con el Gobierno, las autoridades locales y las ONG para instalar un centro de cuarentena y otro de pruebas cerca de la frontera con la República Democrática del Congo. Los solicitantes de asilo serán reubicados en los asentamientos de refugiados existentes tras los catorce días de cuarentena obligatoria, explica Khan.
De los 797 casos confirmados hasta la fecha por las pruebas de coronavirus en Uganda, 49 positivos se han dado entre refugiados. Hay otros 304 refugiados en cuarentena en 18 asentamientos y al menos cinco solicitantes de asilo se han recuperado de la enfermedad. De acuerdo con las estadísticas de ACNUR, en Uganda viven más de 1,4 millones de refugiados, principalmente de los países vecinos: Sudán del Sur, República Democrática del Congo y Burundi.
Según Khan, el coronavirus es una presión extra para unos recursos que ya estaban al máximo. “Los fondos de Uganda para responder a las necesidades básicas de refugiados y solicitantes de asilo ya eran insuficientes, las necesidades directas e indirectas provocadas por la COVID-19 han provocado dificultades financieras adicionales para proteger y asistir a los 1,4 millones de refugiados en el país”, explica.
“Se necesita urgentemente apoyo internacional para ayudar a Uganda a mejorar los servicios para los refugiados tanto como para las comunidades locales, que se enfrentan al mismo riesgo de contraer y transmitir el virus”, añade Khan.
Traducido por Francisco de Zárate
Estamos volcados en cubrir la epidemia del coronavirus y sus consecuencias. Si te gusta nuestro trabajo, apóyanos. Nuestra independencia es posible gracias al compromiso de más de 55.000 socios y socias que pagan para que seamos libres.
Hazte socio, hazte socia.
Guías y datos sobre la crisis del coronavirus
GUÍA DE LA 'NUEVA NORMALIDAD': Qué está permitido y qué no en la nueva vida cotidiana para evitar rebrotes
AL MINUTO: Todas las novedades de la crisis, en directo
LA PANDEMIA GLOBAL: Mapas y gráficos de la evolución del coronavirus en todo el mundo