Las acciones de BMW no remontaban este miércoles en la Bolsa tras el desplome que sufrieron el martes, cuando se hundieron un 11%, hasta un mínimo de cuatro años, tras reconocer que va a tener que llamar a revisión 1,5 millones de vehículos en su sistema de frenado, lo que ha propiciado una revisión a la baja de sus perspectivas para 2024. El problema en BMW añade incertidumbre a la situación de la industria automotriz europea, cuyas fábricas produjeron el año pasado a menos de la mitad de su capacidad.
Este miércoles, pasadas las 11.30 de la mañana, los títulos del fabricante alemán de coches de lujo se apuntaban un tímido avance del 0,17% tras el fuerte varapalo del martes. El fallo en el sistema de frenos de BMW está provocado por un componente electrónico suministrado por un proveedor alemán, Continental, cuyas acciones caen este miércoles otro 0,2% tras desplomarse el miércoles más de un 10%.
Este error va a provocar que la enseña germana no alcance los 17.100 millones de euros de ganancias que preveía inicialmente para el ejercicio 2024 y hará que su margen de beneficios se quede en el 6%, frente al 9,8% que alcanzó en 2023. BMW calcula que están afectados 1,5 millones de unidades. Alrededor de 1,2 millones de esos vehículos ya han sido entregados a los clientes y pueden ser revisados a distancia en busca de fallos a través de un software específico, pero los 320.000 vehículos restantes no pueden ser entregados por ahora, dijo BMW.
A medio gas
Este nuevo problema añade incertidumbre a la industria europea de la automoción. La noticia llega después de hace unos días la también alemana Volkswagen anunciara medidas sin precedentes para recortar costes, incluyendo la posibilidad de cerrar dos plantas en Alemania, ante los problemas para competir con la pujanza de Tesla y la amenaza de los modelos eléctricos chinos.
Los problemas son comunes a toda la industria automotriz europea. El año pasado, cerca de un tercio de las mayores plantas de fabricación de los cinco grandes grupos europeos del sector (BMW, Mercedes-Benz, Stellantis, Renault y Volkswagen) estaban infrautilizadas, produciendo menos de la mitad de los vehículos que pueden ensamblar, según datos de Just Auto consultados por Bloomberg.
Las ventas anuales de coches en Europa se han estancado en torno a los 3 millones de unidades y están por debajo de los niveles previos a la pandemia. El año pasado el Model Y de la estadounidense Tesla se convirtió en el coche más vendido en Europa, con más de 250.000 matriculaciones. Y los fabricantes europeos afrontan ahora la pujanza de fabricantes chinos como BYD.
Este miércoles, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido, durante su visita oficial a China, “reconsiderar” la posición de los estados miembros de la Unión Europea y de la Comisión Europea sobre los aranceles anunciados en julio a los coches eléctricos fabricados en el gigante asiático, que tiene previstas inversiones previstas en la industria automotriz en España. Sánchez ha pedido ser “constructivos” y buscar una solución que pase por un compromiso entre la UE y China.