La empresa energética que más crece en Europa está en Jaén y vende carburante 'low cost'

Antonio M. Vélez

18 de noviembre de 2024 22:50 h

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La empresa energética que más crece en Europa es española, pero no instala molinos de viento ni paneles solares: vende carburante de bajo coste. Es Petroprix, fundada en Martos (Jaén) en 2013, y acaba de ser incluida por Financial Times en el ranking de las 300 empresas europeas con mayor crecimiento de la última década (con datos hasta 2023). 

En esa lista, elaborada por primera vez por el prestigioso rotativo británico junto a Statista, Petroprix ocupa la séptima posición, con una tasa de crecimiento anual del 83,2%. En el listado también destaca la web española de turismo Traventia (undécima) y aparecen compañías tan conocidas como Zalando o Spotify.

La jiennense opera su red al 100%, sin recurrir al modelo de abanderados o franquiciados. Es líder nacional en el mercado de gasolineras automáticas (sin empleados). Sus pequeñas estaciones de servicio, muchas de ellas ubicadas en polígonos industriales, suelen ocupar los primeros puestos en los rankings de carburante más barato en muchas provincias.

De capital familiar, la empresa está controlada por el fundador, Manuel Santiago, junto a sus hermanos y su exmujer, María José Jiménez, también fundadora y muy activa últimamente en el mundo del capital riesgo. 

Santiago, ingeniero de telecomunicaciones, llevaba media vida trabajando para multinacionales (Valeo, General Electric) hasta que en 2005 decidió apostar por las energías limpias a través de la ingeniería Avansolar. Pero, recuerda al teléfono, “cambiaron las leyes y nos quitaron el negocio”. Tras probar suerte en la cogeneración y otro cambio normativo en 2011 tuvo que volver a replantearse el rumbo.

Por aquella época, en Barcelona, donde vivía entonces, le llamó la atención una gasolinera de las llamadas desatendidas y lo tuvo claro: “Vimos la tendencia del mercado, probamos y ha demostrado ser un negocio con muchísimo interés para los clientes”.

Probablemente ni él mismo preveía el crecimiento de ventas que iba a tener la empresa, sobre todo en los últimos ejercicios. Si a principios de 2020 el grupo se marcaba el objetivo de alcanzar los 300 millones de facturación en dos años, en 2021 la cifra de negocios ya alcanzaba los 360 millones. En 2022, año uno de la invasión rusa de Ucrania, se duplicó hasta 700 millones. La crisis de inflación de los últimos ejercicios ha “acelerado” la tendencia para un ciudadano “que necesita ahorrar y moverse para trabajar; al final es un producto básico que hemos hecho accesible al público”. 

Este año, Petroprix espera cerrar con un nuevo récord de facturación de cerca de 800 millones, frente a los 747 millones de 2023. Para 2025, todo dependerá del precio medio de venta final, pero su objetivo es llegar a 1.000 millones. Actualmente, tienen 160 estaciones de servicio abiertas en España y esperan cerrar el año con unas 166. 

Para 2025 quieren abrir otras 20 “de manera orgánica” en España, pero están abiertos a compras para situarse en unas 200. Por poner en contexto las cifras, en España hay más 12.000 gasolineras. Sus dos principales rivales en el segmento 'low cost', Plenoil y Ballenoil, rondan las 270. Petroprix quiere ver cómo integrarse “hacia arriba, algo que ninguna otra 'low cost' tiene, para lograr un pelín más de margen”, con la adquisición de alguna operadora en el mercado mayorista.

Santiago califica de “atípico” el ejercicio 2024, en el que los márgenes se han resentido por un fraude masivo en el sector de los hidrocarburos que “ha dado ventaja a alguna gente que ha estado comprando a proveedores que hacían fraude a bajo precio”. Pero el año que viene “esa ventaja no la van a tener” y mirarán las oportunidades que van a abrirse. El ejecutivo dice que el fraude “se está acabando ya”, después de que Hacienda haya intervenido muchas compañías del sector. Y espera que el cambio que va a entrar en vigor en la ley de IVA erradique una práctica que “a día de hoy todavía es posible”.

Plenoil fue adquirida a principios de año por los fondos Portobello y Tensile, mientras que Ballenoil ha pasado a manos de Moeve, la antigua Cepsa, pero Petroprix no se plantea una operación de este tipo ni dar entrada a terceros en su capital: “Estamos muy enfocados en el crecimiento internacional” y “no es el momento de perder el tiempo en una operación corporativa”, algo que “distrae mucho”, según su primer ejecutivo. 

En enero iniciaron su internacionalización con la primera gasolinera en Portugal. Allí esperan tener 50 en funcionamiento en 2026. Están construyendo estaciones de servicio en Panamá y Chile y preparan su desembarco en otro país europeo. “No es el momento de pensar en vender la compañía o traer socios, estamos funcionando muy bien desde el punto de vista de la rentabilidad”, asegura.

Electrolineras sin negocio

La empresa tiene firmados acuerdos con la portuguesa EdP y Emovili para la instalación de puntos de recarga rápida de vehículos eléctricos en sus gasolineras. Actualmente tiene unos 70-80 cargadores entre las dos empresas. Pero “a día de hoy no hay un gran negocio detrás” y “es más un posicionamiento de largo plazo”, en vista de que las ventas de vehículos eléctricos no despegan. “Somos precavidos y nos gustaría ver algo más de masa antes de hacer inversiones propias”. Por eso están recurriendo a socios.

Petroprix se fundó en el momento en que empezaba a abrirse más competencia en un mercado que, según su CEO, “tiende a ser monopolístico”. A Santiago se le adivina una sonrisa al otro lado del teléfono cuando recuerda cómo en aquellos años proliferaron advertencias de los operadores tradicionales sobre la peligrosidad de las llamadas gasolineras “desatendidas”, o la destrucción de empleo que iban a provocar. 

Mientras la CNMC instaba a dinamizar las gasolineras automáticas, varias comunidades autónomas les intentaron obligar a tener personal. “Fue la Comisión Europea la que dictaminó que esas normativas eran contrarias al derecho europeo”.

Otro de los “mitos” que han derribado, alimentado “por las grandes petroleras”, era que el carburante que vendían no era de la misma calidad que el de los operadores tradicionales. “Había mucha gente que era reacia”, pero “se ha ido desmontando con los años”: la normativa europea de combustibles “es superestricta” al regular las características que debe tener el producto que llega a los surtidores, que en su inmensa mayoría compran a las grandes petroleras con capacidad de refino en España.

10 años después, “el modelo está totalmente consolidado, el público lo ha aceptado y somos parte del ecosistema de distribución español de combustibles”. Tampoco ha habido “ningún incidente grave” en esas gasolineras sin empleados. Sí perduran trabas administrativas a nivel local, con algunos ayuntamientos “que te hacen la vida imposible o te imponen plazos de tramitación de cuatro años”.

El grupo en total tiene unos 370 empleados. Cerca de 300 corresponden a Petroprix y el resto se reparte en la filial de seguros de coche (Hello Auto), la de soluciones de pagos (Wipay) y la estructura que da soporte a diferentes áreas. La gestión se lleva desde Madrid, pero en Martos mantienen unas 150 personas.

“Es la zona de Jaén de más crecimiento”, subraya Santiago. De hecho, en agosto la Fundación Cotec señalaba a esta localidad de cerca de 25.000 habitantes, basándose en el análisis de datos de afiliados a la Seguridad Social, como la segunda ciudad pequeña de España (entre 10.001 y 50.000 habitantes) con mayor porcentaje de empleo tecnológico, un 39,1%, solo por detrás de Beasáin (Guipúzcoa), sede de empresas como el fabricante de trenes CAF.

En el caso de Martos, el dato se explica por un efecto arrastre de la planta que tiene allí la multinacional francesa Valeo y contrasta con la decadencia que ha sufrido en las últimas décadas la cercana Linares, antigua sede de la extinta Santana Motor. La localidad jiennense puede presumir ahora de tener un representante con un lugar destacado en las páginas del diario financiero de referencia mundial.

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