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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

No hay freno a los precios: Nestlé, Unilever, Heineken y Coca-Cola reconocen que harán más subidas

La cesta de la compra parece haber detenido su escalada de precios. Así lo indican los últimos datos de inflación, aunque hacer la compra hoy sigue siendo un 15% más caro que hace un año. Una percepción que también traslada el Gobierno. “Hemos logrado un primer efecto positivo, detener el incremento de los precios”, recalcó el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en una comparecencia ante medios de comunicación.

Es pronto para hablar de optimismo, porque el propio Planas afirmó que la rebaja del IVA no se traducirá en una caída sustancial del coste de hacer la compra hasta dentro de semanas o meses. 

Y, si es por lo que dicen algunas de las mayores multinacionales del mundo de la alimentación y el gran consumo, los precios no es que estén próximos a bajar, es que van a seguir subiendo.

Así lo han indicado en los últimos días empresas como Nestlé, Unilever, Heineken o Coca-Cola. Otras, en cambio, dicen que se ha tocado techo. Sin embargo, para hablar de bajadas, han apuntado alguna de ellas, hay que esperar a la segunda mitad del año.

“Estamos reparando nuestros márgenes”

“Todavía estamos en una situación en la que estamos reparando nuestro margen bruto. Como a todos los consumidores del mundo, nos ha golpeado la inflación. Ahora estamos tratando de arreglar el daño”, justificó el consejero delegado de Nestlé, Mark Schneider, tras presentar la evolución financiera de la empresa durante 2022. 

La multinacional suiza, dueña de marcas como Nespresso, Nesquik, Pellegrino o KitKat subió el importe de sus marcas más de un 8% en el último año y, asegura, no ha sido suficiente para solventar el golpe del coste de las materias primas. En su caso, habla de un impacto en su margen bruto (la diferencia entre ingresos y gastos) de 260 puntos básicos. La subida de precios tiró al alza de los ingresos, que crecieron un 8% hasta el equivalente a 95.510 millones de euros. En cambio, su beneficio se resintió, porque se redujo un 45%, a 9.270 millones de francos suizos (9.377 millones de euros). 

Nestlé, como casi todas las grandes multinacionales, ha hecho balance y, también, un cierto ejercicio de prospectiva. Por eso asume que seguirá subiendo precios en un año donde anticipa un crecimiento “robusto”. De momento, la inflación no ha quedado atrás. “En algunos mercados, como Estados Unidos o Reino Unido, seguimos viendo una inflación fuerte, mientras que en otros como, Europa o China, es más suave”, reconoció Schneider. 

Lo que diga Nestlé es significativo porque es el mayor fabricantes de productos de alimentación de Europa, pero es que hay otras empresas presentes en muchas despensas que también apuntan en la misma dirección.

“No hemos llegado al pico”

“Hemos pasado el pico de la inflación, pero no el pico de precios”, reconocía el consejero delegado de Unilever, Alan Jope, la pasada semana. Se trata del fabricante de marcas como Frigo, Knorr o Maicena, pero también de otras de cuidado personal como Dove o Signal. En este caso, apuntó que han traspasado a sus tarifas el 75% de la subida de los costes de producción, por la energía y las materias primas, y sí se atreve a apuntar cuándo será la bajada a la hora de reducir la factura de la compra: la segunda mitad de 2023.

El gigante de las cervezas Heineken, que en España es dueño de Cruzcampo, también asume que la espiral inflacionista va a seguir y que prevé una subida de precios, según indicó su consejero delegado, Dolf van den Brink, en una entrevista con Reuters. Lo justificó por el precio de la energía y de insumos, como la cebada. Asumió que, el pasado año, la empresa holandesa subió sus tarifas un 10%. 

Algo similar le ha ocurrido a Coca-Cola. La multinacional estadounidense reconoció que ya ha subido sus refrescos un 11% y que, este año, continuará subiendo sus precios “en todo el mundo”, según su presidente y consejero delegado, James Quincey. Eso sí, serán alzas “moderadas”, aseguró. Y, de nuevo, para que bajen habrá que esperar, al menos, hasta el verano.

“Es probable que la inflación se modere a medida que avanza el año y, por lo tanto, esperamos que la tasa a la que aumenten los precios comience a moderarse y vuelva a la normalidad a finales de año”, detalló en su análisis de resultados.

De momento, hay dos gigantes del consumo que sí aseguran públicamente que ha llegado el momento de estabilizar esta carrera de costes. Una, la rival de Coca-Cola, la también estadounidense Pepsico. La compañía, que es dueña de otros productos como el gazpacho Alvalle, los Doritos o las patatas fritas Lays, ha afirmado en los últimos días que ya no ve recorrido para más subidas después de incrementos del 14% durante el pasado ejercicio. 

Es un porcentaje de subida similar al que ha llevado a cabo Kraft Heinz, que tampoco ve más márgen. “Mirando el resto del año, actualmente, no tenemos un plan para anunciar nuevos precios en América del Norte, Europa, América Latina y la mayor parte de Asia”, indicó su presidente Miguel Patricio en la conferencia con analistas tras presentar resultados. Lo dijo tras disparar más de un 100% su beneficio, porque en 2022, la multinacional ganó más de 2.360 millones de dólares. El doble que un año antes.

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