Las subidas de los tipos de interés oficiales del BCE sumaron cerca de 10.000 millones de ingresos a los bancos españoles en 2023 solo por tener dinero aparcado –exceso de liquidez, en la jerga financiera– en el Eurosistema (el Banco de España en nuestro caso, y el resto de bancos centrales de cada país del euro: Bundesbank, Banca d'Italia o Banque de France).
En esta crisis de inflación, las entidades financieras han logrado beneficios récord por distintas vías, la mayoría favorecidas por el endurecimiento de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Mientras, las familias, las empresas no financieras y los Estados han sufrido un daño histórico en su capacidad de consumir o de invertir.
Junto al crecimiento de los márgenes de intereses (el negocio de las entidades por prestar dinero) por la escalada del Euríbor –propiciada también por el aumento del precio del dinero de referencia para luchar contra las subidas de precios– y junto a lo que sacan en comisiones, los bancos se apuntan otros ingresos por actividades financieras (participación en el mercado de deuda, por ejemplo). Entre estas últimas, hay una exenta de riesgo y muy bien remunerada: dejar parado efectivo en los bancos centrales.
En otras palabras, los bancos tienen acceso al mejor depósito que existe (por cierto, público). Concretamente, a un tipo de interés del 4%, hasta donde el BCE ha subido “la facilidad de depósito” desde el 0% en el que estaba en julio de 2022 (en este enlace el Banco de España explica las diferencias entre los tres tipos de interés oficiales de la eurozona). Es una de las consecuencias más contradictorias de su estrategia de encarecer la financiación para ahogar la economía y moderar así la inflación.
Solo desde julio de 2023, los bancos no perciben nada por las reservas mínimas exigidas (“un 1% de los depósitos de sus clientes y de otros valores distintos de acciones con vencimientos de hasta dos años”, según explica el propio BCE). Hasta entonces, también este dinero estaba remunerado por “la facilidad de depósito”.
Todo el 'cash' o efectivo de los bancos se apunta en su cuenta de resultados en el epígrafe “Efectivo, saldos en efectivo en bancos centrales y otros depósitos a la vista”, dentro de su activo. Ahí, cada entidad recoge las reservas mínimas, el dinero que está aparcado en el Eurosistema (exceso de liquidez) y el resto que ni invierte ni presta. No hay mayor desglose. Lo que sí sabemos, porque lo publica el BCE, es lo que los bancos de cada país tienen en conjunto de “exceso de liquidez” en la “facilidad de depósito” de su banco central correspondiente.
Estas cifras arrojan que las entidades financieras más beneficiadas por este mecanismo en 2023 fueron las alemanas, con 46.600 millones de ingresos extraordinarios en total (más datos en el primer gráfico, con datos del BCE extraídos). En España, se acercaron a los 10.000 millones (otras estimaciones como la que recoge el portavoz económico de Sumar en el Congreso, Carlos Martín Urriza, se quedan algo por debajo de esa cifra).
Los ingresos íntegros del Santander el año pasado fueron 57.423 millones; los de BBVA, 29.542 millones; y los de Caixabank, 14.231 millones. Es complicado saber cuánto supone de estas cantidades individuales la remuneración de la “facilidad de depósito”, incluso para expertos en el sector.
Eric Dor, director de Estudios Económicos del IÉSEG School of Management, hace un cálculo aproximativo para elDiario.es: “Caixabank tiene en 'efectivo, saldos en efectivo en bancos centrales y otros depósitos a la vista' 37.861 millones. Probablemente, la mayor parte está en el Banco de España [esto es distinto para entidades con negocio fuera de nuestro país, como Santander o BBVA]. Hay que separar las reservas requeridas y el exceso de liquidez en la facilidad de depósito. Una estimación gruesa se queda en casi 4.000 millones de reservas obligatorias. Por tanto, el importe remunerado con facilidad de depósito ascendería hasta unos 34.000 millones de euros y produciría unos ingresos por intereses anuales de 1.300 millones”.
Petición de un aumento de las reservas mínimas de los bancos
“Los bancos de la eurozona están obteniendo sustanciales beneficios extraordinarios libres de riesgo que superan los 140.000 millones de euros al año, simplemente depositando fondos en el Eurosistema”, arranca una carta abierta publicada recientemente por Positive Money EU, una organización sin ánimo de lucro que pelea por un sistema monetario y bancario más justo y equitativo.
“Instamos al Consejo de Gobierno [del BCE] a considerar una revisión de las reservas mínimas requeridas”, continúa esta misiva. “Es muy preocupante que mientras los bancos reciben un 4% por el dinero que dejan en el Eurosistema, sus clientes reciben una remuneración mínima sobre sus ahorros”, incide esta denuncia pública, que firman expertos como Yuemei Ji, de la University College London; Paul De Grauwe, de la London School of Economics; Sebastian Diessner, de la Leiden University; Andrea Roventini, de la Scuola Superiore Sant’Anna; o Philipp Heimberger, de la Vienna Institute for International Economic Studies.
“Como resultado, los hogares comunes no están cosechando los beneficios de los altos tipos de interés fijados por el BCE, al tiempo que soportan los costes de los mayores pagos de intereses sobre sus préstamos e hipotecas”, recalcan desde Positive Money EU. En el siguiente gráfico está reflejado el caso de España.
“En 2012, el BCE redujo su exigencia de reservas mínimas del 2% al 1%, sentando un precedente que subraya la adaptabilidad de las políticas en respuesta al contexto macroeconómico”, detallan los economistas que firman la carta. “En el actual ciclo de ajuste, la institución que preside Christine Lagarde ya ha dado un paso para frenar los ingresos extraordinarios al introducir una remuneración del 0% sobre las reservas mínimas en julio de 2023”, añade. “Pero solo es una pequeña mella en las transferencias extraordinarias que los bancos perciben hoy”.
“Estas circunstancias requieren un aumento rápido y deliberado de las reservas mínimas no remuneradas de los bancos que esté en línea con los objetivos actuales de la política monetaria y que contribuya a un sistema financiero más estable y equitativo en la eurozona”, concluyen.
“Vemos cómo los bancos pueden depositar su liquidez en la facilidad de depósito al 4%, pero en cambio a las familias que ahorran solo se lo remuneran entre el 0,12% y el 1,9%”, lamentó, en la misma línea, Carlos Martín Urriza, portavoz de Economía y Hacienda del grupo parlamentario de Sumar, en la última comisión de Economía, Comercio y Empresa del Congreso de los Diputados.
¿Qué es la facilidad de depósito?
“La facilidad de depósito es el suelo mecánico de los tipos de interés en general en la eurozona”, resume el profesor Eric Dor. Al elevarla, el BCE incentiva que los bancos encarezcan la financiación (hipotecas, préstamos...) por encima del nivel al que quede fijado este tipo de interés de referencia, para obtener más rentabilidad. “Es costoso para los bancos centrales nacionales del Eurosistema y una fuente indebida de beneficios para los bancos”, considera este experto. “Pero es la herramienta que tiene el BCE”, aclara.
“Ahora cabe preguntarse si era realmente necesario aumentar tanto los tipos de interés de los préstamos bancarios y dañar la demanda agregada [de familias, empresas...], para contrarrestar una inflación impulsada esencialmente por shocks de oferta, un aumento exógeno de los precios de la energía y el incremento de los márgenes de beneficios en algunos sectores. Pero esta es otra cuestión”, finaliza.
1.400 millones para el impuesto al sector
De seguir todo como está planteado hasta el momento, los bancos españoles obtendrán un mayor beneficio en 2024. La banca seguirá pagando el impuesto específico del sector. Este tributo se instauró en 2022 con vistas a gravar el crecimiento extraordinario de los beneficios de los bancos –también de las energéticas–, a finales del año pasado. El real decreto de medidas anticrisis prolongó su vigencia también durante este ejercicio. El sector ha lamentado este gravamen desde el primer momento y, aunque ha modulado el tono contra el Gobierno en las presentaciones de resultados de los últimos días, ha sido crítico con su mantenimiento.
“No tiene sentido hablar de beneficios extraordinarios”, planteó este viernes José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank. “La mejor manera de mejorar el impuesto es eliminarlo”, señaló sobre un hipotético cambio a la baja de este tributo en línea con el que se ha aprobado para las empresas energéticas. El sector planteó durante meses que la implantación del impuesto supondría un freno en la concesión de crédito por parte de los bancos, si bien esto se ha producido fundamentalmente por la subida de los tipos. El propio expresidente de Bankia reconocía que es “imposible saber en este momento cuánto ha afectado el impuesto”.
Con los resultados del pasado ejercicio de estos cinco bancos sobre la mesa, el Estado va a recibir 1.400 millones de euros por el impuesto al sector este 2024. A ello falta por añadir otras entidades que también están afectadas como Unicaja, Kutxabank o Abanca. El gravamen se aplica solo sobre la actividad en España, que generó 38.000 millones de euros en ingresos, un 25% más, y 11.400 millones de beneficio, un 47% más que en 2022.