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Reducir el agotamiento en la era de la ultraproductividad para que los días ‘duren el triple’

Mujer en el metro

Azahara García

Los términos son muchos, que si generación cansada, que si burnout, que si la era del agotamiento… Una sencilla búsqueda en Internet de alguno de estos términos devolverá infinidad de posibilidades que en esencia se resumen en tres palabras: estamos muy cansados. 

El fenómeno no es reciente. Ya antes de la pandemia triunfó un libro de Otessa Moshfegh con el evocador nombre de Mi año de descanso y relajación pero desde entonces no ha parado de crecer. En las conversaciones familiares, los chats de amigos o los descansos en el trabajo es extraño que alguien no declare que está realmente cansado, que siente que vive muchas vidas —la familiar, la laboral, la social— en un solo día y que no es capaz de llegar a todas como le gustaría.Y no como un sentimiento puntual, que puede achacar a una circunstancia concreta, sino que se alarga en el tiempo y no se sabe demasiado bien cómo neutralizar. 

No hay que olvidar que vivimos en sociedades ultra-productivas y es bastante habitual que el cansancio sea una señal de aviso del cuerpo que pide bajar el ritmo o sencillamente parar, por lo que es importante controlar y supervisar los niveles de estrés y ansiedad.

La importancia de los hábitos 

Es en ese momento cuando se empiezan a evaluar los hábitos de vida y se repasan las horas de sueño necesarias. Dependerá de la edad, pero en general los adultos necesitan entre 7 y 9 horas. El estudio Gender and Time for Sleep among U.S. Adults — Tiempo de sueño entre los adultos de Estados Unidos por género—, de la revista científica American Sociological Review, analiza si las mujeres precisan de más tiempo de sueño por cuestiones hormonales, si es una buena idea hacer algo más de deporte —al menos 30 minutos de actividad física moderada todos los días—, o si se está comiendo lo suficientemente sano, sin desatender las recomendaciones nutricionales y sin que haya carencias en las vitaminas y minerales esenciales. 

Por esto, no es de extrañar que cada vez haya más alimentos complementados con vitaminas, minerales o aminoácidos. El magnesio, por ejemplo, se ha erigido como una de las claves para ayudar frente al cansancio ya que contribuye al funcionamiento normal de los músculos y ayuda a disminuir la fatiga . Ese es precisamente uno de los elementos que Actimel ha escogido para su nueva fórmula Actimel Triple Acción, una nueva fórmula reforzada con magnesio y vitamina C y que, como ellos mismos explican, además de ayudar al sistema inmunitario gracias a su vitamina D, ayuda a reducir el cansancio y tiene un efecto antioxidante. Este nuevo Actimel, disponible en sabor frutos del bosque y naranja multifrutas, sigue la misma premisa que busca ayudar al sistema inmunitario gracias a su probiótico natural exclusivo L. casei CNCM-1518, acompañado de magnesio para hacer frente al cansancio, vitamina C por sus propiedades antioxidantes y vitamina D.

La clave, un sistema inmunitario sano

Hay que tener en cuenta que el cansancio puede ser una señal de que el sistema inmunitario no se encuentra todo lo sano que debería y, aunque se crea que su labor está destinada solo a combatir las posibles sustancias dañinas que acechan el organismo, lo cierto es que el sistema inmunitario también regula y equilibra el cuerpo. Hacerlo trabajar de más puede hacer que aparezca el cansancio aunque los hábitos sean los correctos, no hay que olvidar además que, con el paso de los años,  el cuerpo produce menos células inmunitarias por lo que es habitual que según avance la edad, se esté algo más expuesto a algunas enfermedades y, sobre todo, recuperarse cueste algo más.  

El estrés en general tampoco ayuda a tener un sistema inmunitario sano. Cuando el cuerpo se estresa libera adrenalina y cortisol que sirven para poder atender a una situación desafiante de una forma rápida pero si esa situación se alarga en el tiempo esto perjudica al sistema inmunitario afectando a su importante función en la defensa del organismo.Un estilo de vida saludable marca la diferencia en el bienestar general y la fortaleza del sistema inmunitario. Adoptar una dieta equilibrada, mantenerse hidratado, hacer ejercicio con regularidad y descansar de manera adecuada, son hábitos que no solo contribuyen a reducir el impacto del estrés, sino que también fortalecen las defensas naturales. El cuidado del cuerpo y de la mente es el mejor aliado para enfrentar los retos diarios con energía y vitalidad.

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