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Diferencia entre hiper e hipotiroidismo: cómo identificarlos por sus síntomas

Según un estudio de 2017 de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, un 10% de la población española padece alguna alteración más o menos grave en el funcionamiento de la glándula tiroides y solo la mitad de estas personas es consciente de ello y por lo tanto trata su enfermedad. Esto quiere decir que casi cinco millones de personas tienen problemas de hiper o hipotiroidismo en sus diferentes variantes, pero hay dos millones y medio que no le ponen remedio.

No es una cuestión menor, pues como veremos a continuación estas alteraciones pueden suponer una importante merma de la salud y la calidad de vida de la persona enferma. Por otro lado, tal como destacaba el doctor Luis Vila, encargado del citado estudio, la detección de la enfermedad puede ser crucial en mujeres embarazadas: “Durante la gestación parte del desarrollo cerebral del bebé depende de la hormona de la tiroides que hace la madre, la tiroxina”.

“Si se llega a la gestación con hipotiroidismo franco, no diagnosticado y por tanto no tratado, puede suponer un riesgo para el feto. Adicionalmente, también se han visto más problemas durante la gestación, por ejemplo más abortos, cuando la glándula no funciona bien”, añadía el doctor Vila en declaraciones anexas al estudio. Además, es fundamental detectar el hipotiroidismo en niños y adolescentes porque es un factor que merma su normal crecimiento y su desarrollo mental.

¿Qué es la glándula tiroides?

La glándula tiroides es un órgano endocrino -encargado de fabricar diferentes hormonas- en forma de mariposa que se sitúa por encima de las clavículas y alrededor del cuello. Un dato curioso, y afortunadamente hoy anecdótico, es que la falta de yodo en la dieta dificultaba el trabajo de la citada glándula para producir determinadas hormonas y por tanto la obligaba a la hipertrofia para seguir estimulada, con lo que se hacía evidente en el cuello con un bulto que se conoce como “bocio”. 

Hoy en día es raro de ver porque las personas que lo padecen son detectadas y tratadas, pero en el siglo XIX y principios del XX, en algunas zonas de la España rural con una dieta donde no entraba el pescado marino, y por tanto con bajas tasas de yodo en los alimentos que ingerían, era habitual ver individuos con bocio y los ojos saltones, lo que se bautizó como “bocio exoftálmico”. También interviene en el descenso del bocio el que productos como la sal de mesa se ofrezcan en la versión yodada.

La función de la glándula tiroides es producir las hormonas que en buena medida regulan el metabolismo, así como el ritmo cardíaco, los ciclos circadianos, etc. Es decir hormonas importantes para nuestra fisiología y nuestra salud. Intervienen también en la regulación del estrés, la diuresis o la fijación del calcio y el fósforo en el hueso, así como muchos otros procesos, por lo que eventuales alteraciones de la misma generarán síntomas bastante evidentes.

Hipotiroidismo: qué es y qué síntomas tiene

Pero por lo pronto hay que distinguir entre dos tipos generales de alteración: el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. En el primer caso nos referimos a un deficiente funcionamiento de la glándula tiroides, que produce menos hormonas de las necesarias para el funcionamiento del cuerpo.

Los síntomas del hipotiroidismo son sobre todo la fatiga, ya que la persona está siempre cansada porque su metabolismo funciona al ralentí y apenas obtiene la energía necesaria de los alimentos. También muestra un aumento de la sensibilidad al frío pues le cuesta regular la temperatura corporal. Otros síntomas son estreñimiento, piel seca o aumento de peso al disminuir la actividad y enviar el metabolismo los alimentos no aprovechados a acumular materia grasa.

Por la misma razón el nivel de colesterol en sangre suele ser elevado en estas personas, a la vez que muestran debilidad muscular y dolores articulares. El tener un cabello muy fino puede ser otro síntoma, así como un ritmo cardíaco lento o uñas quebradizas, también una memoria deficiente e incluso se ha demostrado que el hipotiroidismo aumenta la tendencia a la depresión. En casos extremos se puede dar hinchazón de la cara y bocio, además de una pronunciada ronquera al hablar.

Hipertiroidismo: qué es y qué síntomas tiene

En el segundo caso, el hipertiroidismo, ocurre lo contrario: la glándula trabaja demasiado y llena la sangre de hormonas tiroideas. En este caso, en lugar de ralentizar el metabolismo lo acelera en exceso, aumentando la hiperactividad y la ansiedad en la persona, así como su ritmo cardíaco con el lógico peligro. Puede estar producido por la existencia de tumores benignos en la glándula tiroides, un exceso de yodo en la alimentación, una infección vírica o estar siendo tratado con hormonas tiroideas.

Los síntomas más frecuentes del hipertiroidismo son el nerviosismo y la ansiedad incontrolable, no motivada por traumas ni circunstancias vitales difíciles. Como consecuencia, la dificultad para conciliar el sueño se presenta con frecuencia; pero al contrario de lo que suele ser normal, la persona no engorda sino que pierde peso rápidamente a pesar de que tiene más apetito del normal y come más. Además se siente muy débil y se le cae el pelo. También se da aumento de la sudoración y la frecuencia cardíaca, así como temblores de las manos. Adicionalmente aumentan las diarreas.

Ambos, tanto el hipo como el hipertiroidismo, se pueden detectar con un simple análisis de sangre donde se estudiarán los niveles de las hormonas TSH, T4 y T3. La TSH es la hormona que estimula a la glándula tiroides a trabajar, y las otras dos son hormonas producidas por dicha glándula. En líneas generales, o si se quiere a groso modo, un nivel alto de TSH y niveles bajos de T3 y T4, indicarán hipotiroidismo. Al contrario, niveles bajos de TSH y altos de las otras dos hormonas señalan hipertiroidismo. Ambas alteraciones tienen tratamiento médico, aunque sus causas deben ser estudiadas. 

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