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Estas son las verdaderas causas de las manchas blancas en las uñas

Foto: Jordi Riba, Palanca

Marta Chavarrías

Una uña normal, tanto de las manos como de los pies, suele ser de color rosado pálido, con una forma de media luna más clara en la parte inferior (conocida como lúnula, que es donde se encuentra la matriz en la que crece la uña). Las uñas, como la piel o el cabello, hablan mucho sobre la salud en general y están formadas básicamente por queratina y otras proteínas. La uña es un organismo vivo y en crecimiento.

Suele crecer un centímetro al mes en las manos y un centímetro cada nueve meses en los pies. Las uñas sanas son lisas, uniformes en color y consistencia y libres de manchas y decoloraciones. Pero, ¿qué ocurre cuando aparecen defectos en las uñas? ¿Pueden estas revelar pistas sobre nuestro estado de salud en general? Manchas blancas, blandas o débiles, de color amarillo, encarnadas… todo ello pueden ser síntomas de enfermedades.

Manchas blancas

Las manchas blancas, o leuconiquia, es en la mayoría de los casos, una alteración inofensiva. Cuando las manchas son pequeñas, suelen ser el resultado de una lesión en la uña porque se muerde, porque se ha producido un golpe excesivo o por alguna reacción alérgica a productos para uñas. Pueden producirse lesiones en las uñas sin que se haya producido dolor durante la realización de tareas cotidianas. La mayoría de las manchas blancas tienden a curarse por sí solas y suelen desaparecer una vez que la uña ha crecido completamente, al cabo de aproximadamente seis a ocho meses.

Sin embargo, en algunos casos, cuidado cuando la mancha blanca es grande, ya que podría indicar síntomas subyacentes graves como insuficiencia renal o cirrosis. Observar la frecuencia y el número de manchas nos ayudará a valorar la situación. Si se presenta una sola mancha en una sola uña, lo más probable es que sea fruto de un golpe.

Si se presentan varias manchas en la mayoría de las uñas, pueden estar relacionadas con enfermedades de la piel o, en los casos más severos (cuando casi la mitad de la uña está entera) puede ser síntoma, como hemos comentado, de problemas en el hígado o riñón. En estos casos es necesario acudir al médico.

Contrariamente a la creencia popular, la leuconoquia no está causada por la deficiencia de calcio, pero sí se sabe que la deficiencia de zinc o las deficiencias de albúmina podrían causar las manchas. El zinc juega un papel importante en muchos sistemas de enzimas en el cuerpo y su deficiencia puede tener efectos adversos, entre los que se incluye la leuconiquia.

Qué otras cosas nos ‘dicen’ las uñas

Las uñas, por tanto, se convierten en el espejo de nuestro organismo. En ellas se pueden apreciar otros defectos que nos indican que hay algún problema. Según el libro Enfermedades de las Uñas, del Dr. Vicente Delgado, dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), los principales problemas son:

Estrías. Las longitudinales suelen aparecer con la edad y no están asociadas a ninguna patología. De origen casi siempre hereditario, no tienen tratamiento específico. Las transversales, en cambio, pueden estar provocadas por procesos febriles agudo o alteraciones nutricionales.

Uñas blandas y débiles. Suelen romperse con facilidad y pueden deberse a enfermedades crónicas, reumáticas…

Uñas de color amarillo. Este problema puede estar provocado por el abuso de lacas, psoriasis o por infecciones por hongos o bacterias.

Uñas encarnadas en los pies. De origen hereditario. Cuando la uña se clava en la carne esta se inflama. Para evitarlo, es aconsejable no cortar los bordes de la uña, solo la zona central, es decir, dejar la uña en forma cuadrada.

Microtraumatismos. Suelen ocurrir tras realizar deportes agresivos que hacen que aparezcan pequeñas rayas amarillentas. Este problema desaparece solo al dejar de hacer la actividad. También se crean microtraumatismos si las uñas se muerden (onicofagia) ya que estas no pueden crecer; se altera su anatomía y, en ocasiones, aparecen pequeñas heridas en el dedo.

Hongos. Es quizás uno de los problemas más frecuentes. Pueden aparecer zonas amarillentas o blanquecinas, o pueden suceder que la uña se separe.

Problemas asociados al uso de esmaltes. El uso excesivo de lacas puede hacer que la uña se vuelva áspera y sin brillo, incluso que adopte un tono amarillento porque los pigmentos de la laca penetran en su interior.

Cómo deben cuidarse las uñas

Las uñas, aunque no lo parezca, necesitan ser mimadas y requieren unos cuidados básicos de higiene, como:

Mantener secas y limpias para evitar que crezcan bacterias debajo. Debe prestarse atención también a evitar el contacto repetido y prolongado con el agua y con productos químicos fuertes.

Una buena higiene de las uñas pasa por cortarlas en línea recta y después redondear las puntas en forma de curva pero suave.

Las uñas también deben hidratarse con la misma crema que usamos para las manos.

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