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La huella del montañero Iñaki Ochoa de Olza sigue viva en el Himalaya 15 años después de su muerte

El próximo 23 de mayo se cumplirán 15 años del fallecimiento del montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna, a 7.400 metros de altitud, tras sufrir un edema pulmonar y tras toda una vida dedicada a la escalada de las grandes montañas del planeta. Cinco días estuvo en el campo cuatro de la montaña mientras toda una ola solidaria recorría los valles cercanos para rescatarle. Este domingo, amigos y familiares le recuerdan con un encuentro en Unanu (Navarra) a la vez que mantienen vivo su legado en forma de proyectos de cooperación en el valle del Makalu para fortalecer el acceso a la sanidad y educación de todos sus habitantes. 

“Para mí Iñaki era una persona muy valiente, no por ir a un monte donde se pudiera matar, sino por la coherencia con la que vivía y pensaba, lo demás le daba la risa. Cuesta mucho encontrarse con gente así: gente que viva al día, por y para una pasión y persiguiendo sus sueños”, señala su amigo, periodista y guía de montaña Óscar Gogorza sorprendido por lo rápido que ha pasado el tiempo. 

En un momento, donde el ascenso de los ochomiles está colapsado por expediciones comerciales sin escrúpulos con tal de conseguir la foto desde la cumbre, en 'Piedra de Toque' revindicamos la figura de Iñaki Ochoa de Olza siempre ligada a formas honestas y comprometidas con los valores de la montaña. “Ahora hay grandes gestas pero faltas de relato. Con Iñaki era al revés, de cada expedición traía un discurso, un mensaje que iba más allá de la actividad y que lo hacía tan atractivo”, reconoce Gogorza pensativo sobre cómo viviría el montañero navarro la tiranía actual de las rede sociales. 

Para mí Iñaki era una persona muy valiente, no por ir a un monte donde se pudiera matar, sino por la coherencia con la que vivía y pensaba, lo demás le daba la risa

Así lo han recordado también amigos y familiares en un evento de Unanu y en el que SOS Himalaya ha buscado reunir a todos sus voluntarios. “Somos más de 268 socios con sede en Pamplona y en Nepal, así como delegaciones por todo el Estado para mantener vivo el legado de Iñaki y su interés por mejorar la vida de los valles de donde eran muchos de sus amigos, porteadores y sherpas”, explica Elena Sagaseta de Ilurdoz, coordinadora de SOS Himalaya. 

Educación y sanidad en el desconocido valle del Makalu

La huella de Iñaki se materializa hoy con la construcción y mantenimiento de un hospital en Seduwa, Valle del Makalu, para garantizar la atención al año de más de sus 20.000 habitantes censados; así como la apertura de un albergue para 65 niños y niñas junto al principal colegio de la zona, además de becas escolares y apoyo al resto de escuelas del valle. 

Mientras que los valles del Makalu carecen de caminos, agua y luz, la ruta al Everest cuenta con internet y hoteles cinco estrellas. Apoyamos con nuestros proyectos a los habitantes de esos otros valles y damos un impulso a su acceso a la salud y sanidad

Mientras el trekking y ascenso al monte Everest genera más de 600.000 permisos al año, su vecino valle del Makalu tan sólo acumula 18.000 licencias anuales. “Estamos en este valle por la amistad de Iñaki con sus sherpas, por las necesidades tan urgentes que presentan y por la esperanza también de generar una manera sostenible de realizar montaña para estos valles”, explica Sagasate de Ilurdoz. 

Además de los proyectos de cooperación, han puesto en marcha también dos expediciones anuales para recorrer el valle del Makalu de una manera más sostenible, ligada a las iniciativas locales y con el objetivo de visitar los proyectos puestos en marcha. La próxima será en noviembre.

Descubre ahora en el pódcast cómo puedes impulsar también este legado, cómo vivía Ochoa de Olza y lo que supone realizar cooperación un país como Nepal. También puedes escucharlo en Piedra de Toque, Spotify, iVoox, iTunes y Google Podcast:  

El próximo 23 de mayo se cumplirán 15 años del fallecimiento del montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza en el Annapurna, a 7.400 metros de altitud, tras sufrir un edema pulmonar y tras toda una vida dedicada a la escalada de las grandes montañas del planeta. Cinco días estuvo en el campo cuatro de la montaña mientras toda una ola solidaria recorría los valles cercanos para rescatarle. Este domingo, amigos y familiares le recuerdan con un encuentro en Unanu (Navarra) a la vez que mantienen vivo su legado en forma de proyectos de cooperación en el valle del Makalu para fortalecer el acceso a la sanidad y educación de todos sus habitantes. 

“Para mí Iñaki era una persona muy valiente, no por ir a un monte donde se pudiera matar, sino por la coherencia con la que vivía y pensaba, lo demás le daba la risa. Cuesta mucho encontrarse con gente así: gente que viva al día, por y para una pasión y persiguiendo sus sueños”, señala su amigo, periodista y guía de montaña Óscar Gogorza sorprendido por lo rápido que ha pasado el tiempo.