La portada de mañana
Acceder
El Supremo amplía la investigación de los correos de la pareja de Ayuso
La Generalitat reconoció por escrito que el seguimiento de ríos es su responsabilidad
Opinión - Lobato, en su laberinto. Por Esther Palomera

Detenido en Málaga el exdirector de Pemex que apadrinó los acuerdos de la petrolera con la Xunta de Feijóo

La Policía ha detenido este martes en Málaga a Emilio Lozoya, director de Pemex durante la etapa en la que la petrolera mexicana y la Xunta de Núñez Feijóo acordaron una “alianza estratégica” que dio lugar a varios acuerdos y promesas de construcción de una veintena de buques en Galicia y miles de puestos de trabajo. Aquellos acuerdos se quedaron, no obstante, reducidos a la construcción de dos buques, la fracasada compra del astillero vigués Barreras, un montón de promesas incumplidas y una denuncia de la Fiscalía de México.

La Fiscalía General de la República (FGR) de México confirmó a las 4.30 de la tarde de este martes –hora española– la detención de Lozoya, prófugo de la Justicia desde hace tiempo y también uno de los principales señalados por la trama de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Inhabilitado ya para ocupar cargos públicos durante diez años en su país, el exdirector de Pemex fue también acusado por el Ministerio Fiscal por delitos como blanqueo de capitales en el marco de la aprobación de la compra, por parte de la petrolera, de plantas de fertilizantes que, según las acusaciones, habían sido adquiridas por grandes sumas de dinero a pesar de estar prácticamente quebradas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el conselleiro de Economía de su Gobierno, Francisco Conde, llegaron a reunirse y fotografiarse en México en 2014 con Lozoya, que fue clave en la compra del astillero Barreras por parte de Pemex, una operación denunciada por el nuevo Gobierno mexicano de López Obrador, que en una rueda de prensa junto a los nuevos gestores de Pemex puso recientemente el foco en aquel acuerdo con la Xunta y en la participación de la petrolera en el astillero vigués, que fue denunciada ante la Fiscalía.

Los nuevos mandatarios de México censuran la administración “muy deficiente y con muchos problemas” después de que la empresa azteca “nunca se involucrara en el negocio”, así como el encargo de los floteles (buques-hotel) construidos en Galicia, que “nunca se pudieron ocupar” del todo y que no se han podido vender al estar “muy por debajo del precio al que se construyeron”.

La detención de Lozoya supone un duro golpe para el anterior Gobierno mexicano presidido por Enrique Peña Nieto, aliado de Feijóo en aquellos acuerdos en Galicia, ya que el ahora detenido era uno de sus hombres de confianza y figura del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

En el caso Odebrecht, tres exdirectivos de la constructora brasileña habían asegurado que el exdirector de Pemex llegó a recibir más de 10 millones de dólares en sobornos entre 2012 y 2016 para ayudar en la firma de contratos. Pero hay más casos, como el caso Fertinal, en referencia al nombre de una de las empresas adquiridas. En este, el gabinete de López Obrador no solo implica a Lozoya. También otros directivos clave en los negocios en Galicia y que compartieron reuniones con Feijóo, con el conselleiro Francisco Conde y con otras autoridades gallegas en los años de los mencionados anuncios. Es el caso de Carlos Roa, jefe de asesores de Lozoya en Pemex y vicepresidente de Barreras hasta 2016, que según el expropietario de Fertinal fue quien negoció la venta de la fábrica.

También José Manuel Carrera Panizzo, antiguo director de la filial internacional de Pemex, PMI. Panizzo había sido uno de los protagonistas de las operaciones de los floteles y a quien la Xunta había presentado como uno de los garantes de que Pemex iba a construir en Galicia hasta 14 remolcadores que nunca fueron encargados. Fue también miembro del consejo de Barreras.

A Carrera Panizzo y la Roa los señalan las nuevas autoridades de aquel país por otra compra sospechosa en Pemex, la de Campo Nitrogenados, compañía de fertilizantes que según diversos medios mexicanos llevaba más de una década paralizada y sin posibilidad de ser reactivada cuando la petrolera la compró con presuntos sobrecostes. El nuevo Gobierno del país y la propia Fiscalía intentan esclarecer si detrás de todos estos negocios sospechosos está el expresidente Enrique Peña Nieto.