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Abel Caballero repite en Vigo “mayoría absolutísima” y hunde al PP: 16 de sus candidatos no toman posesión

Abel Caballero, investido alcalde de Vigo en su cuarto mandato consecutivo con "mayoría absolutísima"

David Reinero

Ir en los últimos puestos de una lista electoral municipal dejó de ser algo simbólico en Galicia en 2014, cuando el entonces conselleiro de Infraestructuras de la Xunta, Agustín Hernández, acabó siendo alcalde de Santiago a pesar de ocupar el último lugar en la lista del PP, el 25, en las municipales de tres años antes. Si entonces fueron varias condenas por prevaricación -después revocadas- las que forzaron la renovación de la mayoría de la lista popular en Compostela, este sábado ha sido la amplia victoria del socialista Abel Caballero en las pasadas municipales, con 20 concejales frente a sólo 4 del PP, la que se ha llevado por delante a buena parte de los candidatos de esa última formación hasta el punto de que su nuevo portavoz municipal será un hasta ahora poco conocido director general del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo que ocupaba el número 20 de la lista. Semejante movimiento obligó a que 16 personas que estaban por delante de él renunciasen a tomar posesión del acta de concejal.

La mayoría absoluta obtenida por Caballero el 26M, con el 67% de los votos, fue la más amplia de las principales ciudades españolas, sólo superada previamente en media docena de ocasiones en urbes de cierta entidad, principalmente en los comicios locales de 1983 en el conocido como cinturón rojo del sur de Madrid y Andalucía, históricos bastiones del PSOE. Tan amplia es la mayoría que en una corporación de 27 concejales como la de Vigo ir en el puesto 20 en la lista de Caballero implicó salir elegido edil mientras que el mismo puesto en la lista del PP evidencia el desastre sufrido por los populares.

Este sábado, en su cuarta investidura como alcalde, lo que lo convierte en el regidor más longevo de la ciudad al menos del último siglo, el propio Caballero fue el encargado, como edil de más edad, de presidir el pleno de constitución y de proclamarse regidor a sí mismo por “mayoría absolutísima”. El socialista presentó Vigo como “modelo” de ciudad para toda España por el número de obras en marcha en ella, reiteró sus habituales críticas a la Xunta y a Feijóo y finalizó su discurso con un “Viva Vigo”.

Frente a Caballero la oposición no la encabezó ya en este primer pleno constitutivo del mandato la cabeza de lista del PP tanto en las pasadas elecciones como en las de 2015, Elena Muñoz, exconselleira de Hacienda del Gobierno gallego. Tras empeorar por segunda vez los resultados populares, la apuesta personal de Feijóo para enfrentarse a Caballero en la que considera su ciudad dimitió una semana después de los comicios.

El nuevo fracaso electoral llevó a Feijóo a entregar el control de la agrupación local del PP a una gestora presidida por la exalcaldesa Corina Porro, que a su vez había sido reubicada en 2011 por el propio Feijóo en el Consello Económico e Social (CES) de Galicia, un organismo consultivo sin capacidad de gestión. Porro asegura que su regreso a la política viguesa será sólo para restaurar el partido y que no aspira a volver al Ayuntamiento, pero el primer paso en esa reconstrucción ha sido una renovación casi total del grupo municipal. Se concretó en que este sábado no tomaron posesión de los puestos de concejal los números 1 a 4 de la lista que se presentó a las elecciones el 26M, los cuatro puestos correspondientes al resultado de las urnas, sino los números 4, 11, 18 y 20, personas de confianza de la dirección del partido alejadas de lo hecho hasta ahora por el anterior equipo. Para eso, por el medio tuvieron que renunciar a tomar posesión del puesto y dejar correr la lista un total de 16 miembros de la candidatura.

En los últimos números de la lista el PP había incluido a varios altos cargos autonómicos de manera simbólica para dar peso político a la candidatura local. El 20 era el hasta ahora poco mediático director general de Orientación y Promoción Laboral, José Alfonso Marnotes, secretario municipal de carrera, cuya marcha deja de momento vacante su puesto en el Gobierno gallego. Como le sucedió en Santiago al entonces conselleiro Hernández hace cinco años, la situación interna del PP acaba de cambiarle la vida a otro alto cargo de Feijóo que ahora es elegido para encabezar la oposición a Caballero.

La debilidad de la oposicIón y el efecto que eso puede tener en el control democrático del gobierno local no es algo que preocupe a Caballero. “Eso lo sabrán ellos. La oposición la eligen los ciudadanos, no la elijo yo”, dijo el regidor en la campaña en una entrevista con este diario en la que también se mostró despreocupado por la viralidad de algunas de sus intervenciones públicas, especialmente aquellas relacionadas con el alumbrado de navidad o las rotondas, que llegó a calificar como “las más bonitas de España”.

En su dilatada trayectoria pública, Caballero, doctor en Económicas, fue ministro de Transportes y Turismo con 38 años, entre 1985 y 1988, con Felipe González -en su actual equipo cuenta como número 3 con otra exministra, Elena Espinosa, titular de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en los gobiernos de Zapatero-. Después de presentarse sin éxito en 1997 a la presidencia de la Xunta contra Manuel Fraga y ser superado también por el BNG, Caballero se retiró unos años de la primera línea política a su plaza en la Universidad de Vigo.

En 2005, con el PSOE en el Gobierno central y en la Xunta, volvió para ser nombrado presidente del Puerto de Vigo, puesto desde el que arrebató en 2007 en minoría la alcaldía que hasta entonces ocupaba quien ahora ha sido designada para presidir la gestora de los populares locales, Corina Porro. En los comicios sucesivos Caballero fue ganando apoyos hasta que su amplia mayoría absoluta de hace cuatro años lo llevó también a presidir la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), cargo que le gustaría seguir ocupando si así lo decide su partido. A sus 72 años el socialista bromeó en campaña con seguir siendo regidor de Vigo “unos 25 años más”.

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