La consultora norteamericana Gartner ha hecho público el ciclo de sobreexpectación que realiza cada año referente a las tecnologías emergentes. Este gráfico representa en qué punto se encuentran las tecnologías del futuro en relación con su impacto mediático, su madurez y su aplicación comercial.
Las conclusiones a las que se llega a través de esta curva resultan sorprendentes. Por una parte, la consultora sitúa productos como los 'wearables' o las criptomonedas de camino hacia lo que se denomina “abismo de la desilusión”, el punto más bajo de la gráfica, al que van a parar las tecnologías emergentes que, después de haber tenido mucho protagonismo en los medios, no han llegado a cumplir con las expectativas generadas.
Más allá de plantear si esto podría indicar que productos como los relojes inteligentes o las ansiadas Google Glass nunca llegarán a tener una fuerte presnecia en el mercado de los cacharros electrónicos, es momento de mirar qué se situará en el centro de la atención tecnológica en los próximos años.
Los vehículos autónomos y la traducción digital simultánea (conocida como 'speech to speech translation') son, según el gráfico publicado por la consultora, las tecnologías innovadoras que se convertirán en el centro de todas las miradas en los próximos años. Le acompañan por detrás la publicidad inteligente o los biochips.
No obstante, esto no tiene por qué suponer el final del camino para cacharros como los relojes inteligentes o para el mundo Bitcoin y las demás criptomonedas. La curva de sobreexpectación reserva dos fases más (la “rampa de consolidación” y la “meseta de productividad”) para las innovaciones tecnologicas que, a pesar de haber perdido presencia en los medios, siguen siendo desarrolladas por las empresas hasta alcanzar cierta aplicación comercial.
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