Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha aceptado un acuerdo con la Fiscalía para declararse culpable de dos cargos fiscales. Admite no haber declarado al fisco a tiempo los ingresos que recibió en 2017 y 2018, y no haber pagado por ellos, a cambio de que los fiscales recomienden la libertad condicional para él, con lo que podría evitar entrar en la cárcel.
El arreglo también incluye lo que en el argot judicial de EEUU se denomina “desvío previo al juicio” en lo que se refiere al cargo de posesión ilegal de un arma de fuego. Ese mecanismo sirve para esquivar un enjuiciamiento tradicional y que el acusado pase a un programa de supervisión comunitaria. Hunter Biden acepta no consumir drogas en 24 meses y no adquirir nunca más un arma de fuego.
Si un juez federal acepta el acuerdo, esto podría suponer el fin de la investigación a Hunter Biden, que ha salpicado a su padre, Joe Biden, cuyos rivales políticos han utilizado estas pesquisas para arrojar dudas sobre los negocios del hijo en el extranjero y para describir a la familia de presidente como corrupta. El hijo del presidente tiene que presentarse en los próximos días ante el tribunal federal para declararse culpable.
Esta investigación se abrió en 2018 durante el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021) y ha sido utilizada por los republicanos desde 2020 para atacar al presidente demócrata, al que acusan de no haber hecho ningún esfuerzo para llevar esta indagación hasta el final.
“Con el anuncio de dos acuerdos entre mi cliente, Hunter Biden, y la oficina del fiscal de EEUU para el distrito de Delaware, entiendo que la investigación de cinco años sobre Hunter queda resuelta”, ha señalado su abogado en un comunicado recogido por New York Times.