Milei recibe a Meloni con la mirada puesta en una Liga de Naciones Conservadoras de la ultraderecha global

Javier Milei ha guardado las garras del león (animal con el que se identifica) y se mueve como gato doméstico de anfitrión de la primera ministra italiana Giorgia Meloni en su visita a Buenos Aires. Se trata del tercer encuentro entre ambos en nueve meses, y el primero desde el triunfo de Donald Trump, con quien comparten afinidad ideológica.

En una Casa Rosada adornada con banderas italianas en su entrada, Meloni fue recibida por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia y unos minutos después se sumó su hermano y mandatario argentino. Enseguida ambos políticos mostraron gestos de cercanía, como sonrisas y frases al oído. Tras la reunión bilateral, Meloni ha dicho que Milei es su amigo y declaró: “Compartimos una idea política, somos dos líderes que luchan por la libertad de Occidente”. Al mismo tiempo reconoció un contexto favorable para las empresas italianas. No lo dijo, pero se trata de la retirada absoluta del Estado en la regulación de la economía.

Enel, empresa clave

El punto de partida son los vínculos históricos que unen a Italia y Argentina: más de un millón de italianos viven en el país, 20 millones descendientes de italianos. Hay alrededor de 300 empresas italianas en Argentina. En este marco, el intercambio comercial asciende a los 3000 millones de euros anuales. La sintonía de los gobiernos ultra podría favorecer la participación de empresas italianas en el proceso de privatización que impulsa el presidente ultraliberal.

Además, el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones( RIGI), aprobado por este gobierno en el Congreso, busca atraer capitales extranjeros para inversiones en condiciones privilegiadas para la explotación de recursos naturales.

Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exerior del Siglo XXI, señala al diario.es que Italia es un inversor fuerte. “En el proceso de privatizaciones, los italianos van a querer participar o bien asociados con sus empresas de acá o directamente desde Italia. Querrán retomar el ”joint venture“; pretenden ser la pequeña y mediana empresa europea en Argentina”. 

El ex subsecretario de Industria y Comercio durante el Gobierno de Raúl Alfonsín (radical de centroizquierda) destaca la cuestión energética, y en particular, a la empresa eléctrica estatal Enel. “Enel lleva casi diez años operando acá, y quiere participar en la generación, comercialización y transporte de la energía. La compañía decidió suspender la venta de Edesur (una distribuidora de electricidad argentina que pertenece a su grupo y que llevaba un tiempo intentando vender). No sólo no se va a ir, sino que va a pretender protagonismo”.

A respecto, la revista italiana Formiche señaló que Enel desempeña un papel estratégico en la relación bilateral. “En Argentina, la compañía eléctrica tiene una fuerte presencia y Enel ha intensificado los contactos con figuras clave como el presidente Javier Milei este año, lo que indica un interés continuo en el mercado”.  

Formiche destaca otras fuentes de interés para Italia. “El litio y los hidrocarburos (reservas estimadas en 300 años) representan una riqueza que ha despertado el interés de numerosos actores”.

El litio

Al respecto, Gabriel Puricelli, coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas señala a elDiario.es que “Italia no es un jugador fundamental en el litio como lo son EEUU, Canadá o China, entonces le interesa, sí, por la transición energética, pero a escala menor. Hay intereses de Italia en el área de energía y en obras públicas, que Milei ha paralizado. Recordemos que en la ola de privatizaciones de los´ 90 Italia se transformó en un actor importante en telecomunicaciones y energía”.

Otro de los temas en agenda es el acuerdo Unión Europea- Mercosur, el gobierno francés encabeza la protesta contra la ratificación del tratado comercial. Emmanuel Macron reivindicó su posición durante su encuentro con Milei en Buenos Aires, antes de la cumbre del G20 en Río, explicando que Francia “seguirá oponiéndose” al acuerdo. Las discusiones han estado abiertas durante más de 20 años y, según voces expertas, prevalece el escepticismo.

Puricelli sostiene que en la cumbre del G20 se evidenciaron diferencias en política exterior entre Milei y Meloni. “Todas las disidencias que planteó Milei en el G20 Meloni no las acompañó, no fue una aliada. Milei no tuvo aliados en el G20, habló contra todo pero luego firmó la declaración conjunta. Por supuesto que hay afinidades: comparen la agenda social y la postura pro EEUU y la OTAN. Milei especula con volver al G20 atrás de Trump”.

Entusiasmado con el triunfo del candidato republicano, Milei tiene en mente la conformación de una Liga de Naciones Conservadoras que trabajen en sintonía para dar la “batalla cultural” en defensa de la propiedad privada, el capitalismo y las “ideas de la libertad”. 

Meloni comparte la “batalla cultural” de la ultraderecha global. Ambos se vieron en febrero, en Roma, ocasión en la que la líder de Hermanos de Italia invitó al mandatario argentino a participar de la cumbre del G7 en la región italiana de Apulia, en donde se encontraron por segunda vez. 

Para Ponce, “Milei es una suerte de representante de Trump en América latina y algunos dicen que Meloni quiere ser la representante en Europa”. No por nada, el presidente argentino ya estuvo en Estados Unidos y se sacó su tan ansiada foto con el republicano en Palm Beach.