La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha entregado a la Corte Penal Internacional (CPI) los resultados de su investigación oficial sobre la muerte de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, del canal Al Jazeera. El ministro palestino de Exteriores, Riyad al Maliki, ha presentado personalmente la documentación en La Haya al fiscal de la CPI, Karim Khan, con los resultados de su indagación sobre la muerte de Akleh el 11 de mayo en Yenín, en Cisjordania ocupada, según ha informado el Ministerio.
La investigación del fiscal general de la ANP, publicada hace dos semanas, determinó que la periodista fue asesinada “deliberadamente” por parte de soldados israelíes, que le dispararon letalmente en la cara, pese a que estaba perfectamente identificada como prensa con chaleco y casco.
El ministro Maliki ha instado al fiscal a llevar a los “responsables de ese crimen y otros crímenes contra civiles, niños, mujeres, periodistas, médicos y otros grupos protegidos ante la justicia internacional”.
“Israel comete crímenes a plena luz del día, se jacta de sus crímenes, aprueba leyes que promueven crímenes de guerra y lesa humanidad, adopta presupuestos y establece políticas, todo en público, y mata frente a las cámaras”, ha afirmado. “¿Qué espera el Ministerio Público de la CPI para seguir adelante con una investigación transparente y tangible?”, ha reclamado.
La documentación entregada este jueves será agregada al expediente de la investigación abierta en la CPI por supuestos crímenes de guerra de Israel y grupos armados palestinos desde 2014.
Las conclusiones de la investigación oficial del fiscal palestino coinciden con la acusación inicial tanto de líderes palestinos como de testigos presenciales, versión apoyada también por analistas independientes.
Israel, por su parte, acusó inicialmente a milicianos palestinos de haber disparado contra la reportera de Al Jazeera, aunque luego un portavoz del Ejército y miembros del Gobierno señalaron que no contaban con información concluyente para establecer quién la mató sin tener la bala. Las autoridades israelíes solicitaron una investigación conjunta con la ANP, que siempre se negó y se ocupó por su cuenta de practicarle la autopsia en Nablus el mismo día de su muerte y de la investigación posterior.