Por segunda vez, el partido ultra Alternativa para Alemania (AfD) ha sido declarado como agrupación “extremista”. En esta ocasión, ha sido la Oficina para la Protección de la Constitución de Sajonia Anhalt, en el este de Alemania, la que ha categorizado con esta etiqueta a la sección regional del partido de extrema derecha, como ya ocurrió en la vecina Turingia en 2021.
La Oficina para la Protección de la Constitución es el nombre que reciben en Alemania los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior. A nivel federal, AfD figura hasta ahora como “sospechosa” de ser extremista de derechas, al igual que su organización juvenil, la “Joven Alternativa para Alemania”. La AfD es considerada en una decena de estados alemanes como “sospechosa” de ese extremismo del que ya están seguros en Sajonia-Anhalt y Turingia.
Ese estatus implica que tanto sospechosos como confirmados de extremismo de derechas podrán ser investigados y observados por los espías del Ministerio del Interior. El presidente de la Oficina para la Protección de la Constitución de Sajonia Anhalt dijo que se ha recogido material que muestra posiciones del partido contrarias a la dignidad humana, a la democracia y a los principios del estado de Derecho, y han constatado posturas discriminatorias ante los inmigrantes. “Desde la pandemia se ha radicalizado de tal manera que una observación sistemática con recursos de los servicios secretos está justificada”, sostuvo.
En Sajonia Anhalt, AfD es actualmente la principal fuerza de oposición en el parlamento regional. El partido de extrema derecha ha obtenido sus apoyos más firmes en el este del país, pero ahora vuelta alto en las encuestas de intención de voto y, recientemente, se hizo con una parte sustancial de los sufragios en elecciones estatales del oeste.
Los votantes de esos dos estados federados, que suman un cuarto de toda la población del país, situaron a la formación ultra como la gran ganadora de la jornada electoral debido a su avance en las urnas. “Podemos estar orgullosos de este resultado, que supera a todos los anteriores ”, sostuvo la copresidenta de AfD, Alice Weidel, a sus seguidores en la capital de Hesse, Wiesbaden.
En Hesse, el partido se hizo con un 18,4% de los votos, solo superados por la victoriosa CDU (34,6%). En Baviera, AfD logró el apoyo del 14,8% de los votantes. Solo los partidos en el Gobierno bávaro, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU, 37%) y los Electores Libres (15,8%), mejoraron el registro de la formación. El partido mejoró sus resultados en Baviera y en Hesse cuatro y cinco puntos respectivamente respecto la anterior cita con las urnas en esos länder, celebrada en 2018.
AfD protagonizó allí el hito de ser la segunda fuerza política más votada en unas elecciones del oeste alemán. Los resultados del partido ultra en lo que fue la Alemania Occidental en tiempos de la Guerra Fría siempre habían sido más discretos que los que solía obtener en los länder del este, es decir, en los territorios de lo que fue la extinta República Democrática de Alemania (RDA). Prestigiosos diarios conservadores como el Frankfurter Allgemeine Zeitung certificaron que AfD “también se ha establecido en el oeste”, como rezaba el titular del artículo que firmaba uno de sus más célebres analistas para la política nacional, Jasper von Altenbockum. “Hessen y Baviera son una señal de que AfD puede construir sobre una base tan sólida en el oeste como en el este”, escribió Von Altenbockum. El diario generalista berlinés Der Tagesspiegel también lo dejaba negro sobre blanco: “AfD no es un fenómeno del este”.
Votos a AfD por convencimiento
Precisamente en Baviera, en septiembre se conoció que el Tribunal Administrativo dio el visto bueno a que la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, nombre que reciben los servicios de inteligencia del Ministerio del Interior, vigilara la actividad de la formación ultraderechista en este rico land del sur. La AfD de Baviera trató en los tribunales de evitar que los servicios de inteligencia la siguieran de cerca. No tuvo éxito.
Pese a ese estatus de partido vigilado por radical, en Hesse, según encuestas del instituto demoscópico Infratest dimap, cada vez son más los que votan a AfD por una cuestión de “convencimiento” y menos por “protestar”. Casi un 40% de los votantes del partido lo hicieron en este estado por asumir las tesis del partido. En Baviera, un land con reconocida fama por lo arraigado que está allí el conservadurismo, el 47% votó a AfD por puro convencimiento.
A nivel federal, las encuestas sitúan en estos momentos a AfD como segunda fuerza en intención de voto –fueron la quinta en las elecciones de 2021–. Un resultado así colocaría al partido ultra por encima de los miembros del Gobierno del canciller Olaf Scholz: socialdemócratas, verdes y liberales. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) es la única que supera a la formación ultra.
Campaña con lemas nazis
A nivel internacional, la formación de ultraderecha genera menos entusiasmo, incluso en la familia de las fuerzas más conservadoras de Europa. De hecho, otras fuerzas de la ultraderecha del continente dieron la espalda a AfD este verano. El pasado junio, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, reunió en Budapest a distintas fuerzas de ultraderecha europeas, entre las que figuraban responsables de la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), de los Demócratas Suecos y de Vox, según recogió el dominical alemán Welt am Sonntag.
La reunión se siguió con especial atención en Alemania porque nadie de AfD figuraba en la lista de invitados de Orbán. “Para Orbán, AfD es demasiado radical”, tituló el diario conservador germano Die Welt, que daba cuenta de cómo el primer ministro húngaro está dispuesto a “sacrificar” la relación que haya podido tener con AfD debido a los posicionamientos extremos de la formación de ultraderecha alemana.
De cara a las elecciones europeas del año próximo, AfD ha elegido como candidato a un polémico político pro-Rusia y pro-China: Maximilian Krah. Este jurista de 46 años publicó este año un libro titulado Politik von Rechts, ein Manifest [Política de derechas, un manifiesto] (Ed. Verlag Antaios, 2023). El texto no ha dejado indiferente, incluso, a miembros de su propio partido. Norbert Kleinwächter, diputado de AfD en el Bundestag, se ha referido al libro de Krah como un documento “anticonservador, antiliberal, antilibertad, anticiudadano, anticristiano, antindividual, anti-Estado de derecho, antiético, antisoberanista y, sobre todo, antianglosajón y antioccidental”, según ha dejado escrito en su web este diputado por la ciudad de Falkenberg/Elster, en Brandeburgo, land del este alemán que envuelve a Berlín.
“Yo, por mi parte, no quiero tener que experimentar nunca la prueba práctica de sus puntos de vista en Alemania”, asegura Kleinwächter en un texto que sacó a relucir Correctiv, un medio independiente de investigación y especializado en verificación de datos. De sí mismo, Krah dice ser de “derechas”, no “conservador” –una forma de desquitarse de su etapa de miembro de la CDU–. Originario del este alemán, Krah es situado ideológicamente cerca de Björn Höcke, líder de AfD en Turingia, estado del este alemán donde los estudios de intención de voto perfilan una victoria de la formación de ultraderecha en las elecciones regionales. La próxima cita con las urnas allí tendrá lugar en septiembre de 2024.
Höcke, a quien han levantado la inmunidad parlamentaria –es diputado regional en Turingia– en siete ocasiones, tiene pendiente varias causas con la Justicia. Las dos últimas tienen que ver con un supuesto “delito de odio” y la otra con una presunta difusión de propaganda nazi pues, en un mitin de 2021, soltó un “¡todo por Alemania!”. Ese eslogan formaba parte de los gritos de las conocidas como “tropas de Asalto” de Hitler, las SA, algo que recoge como delito el Código Penal alemán.
Los puestos de dirección de AfD rechazan el uso de ese eslogan. No obstante, este partido también es el mismo en el que se ha dicho, por ejemplo, “Hitler y los nazis solo son una cagada de pájaro en los más de 1.000 años de exitosa historia alemana”, una frase ya célebre que fue pronunciada en 2018 por Alexander Gauland, fundador y presidente en su día de AfD. Höcke ha sido, de siempre, un protegido de Gauland.
En cuanto a la cercanía de Krah con el sector más duro de AfD, el dominical Welt am Sonntag, ya ha dado voz a críticos que, desde dentro del partido, le han echado en cara haber apoyado en Francia a Éric Zemmour, un polémico político que es una versión más radical que la ultraderechista Marine Le Pen.
En público, Krah dice querer participar en la organización del Grupo Parlamentario Identidad y Democracia del Parlamento Europeo de cara al escenario posterior a los próximos comicios continentales. En dicho grupo parlamentario se encuentran, entre otros, la RN, el FPÖ austriaco o la Liga de Matteo Salvini. La cita que organizó Orbán en Budapest el pasado junio tenía esa finalidad organizativa. Pero, de momento, en Europa, con Krah al frente, AfD parece situarse en la derecha de la ultraderecha.