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OPINIÓN | El artículo más popular de la Constitución, por Isaac Rosa

Cuatro patinazos de Trump en el debate electoral

Alan Yuhas

San Francisco —

“Nuestros empleos están huyendo del país, se están yendo a México y a muchos otros países. Cientos y cientos de empresas están haciendo eso”.

Trump habla principalmente del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), pero el declive a largo plazo de la producción en Estados Unidos no se puede atribuir solo al acuerdo comercial. Los economistas siguen debatiendo sus efectos en el empleo, puesto que el comercio de EEUU con Canadá y México es, en el mejor de los casos, modesto. En 2015, el Servicio de Investigación del Congreso dijo: “El NAFTA no provocó la enorme pérdida de puestos de trabajo que temían sus críticos ni las grandes ventajas económicas vaticinadas por sus defensores”.

La producción se ha reducido un 37% desde su máximo de 1979, pero este cambio tiene mucho que ver con el desplazamiento general hacia una economía de servicios, en la que EEUU ha tenido excedentes en los últimos años. Es cierto que muchos empleos industriales han sido externalizados, especialmente desde que China entró en la Organización Mundial del Comercio en 2001, pero también es cierto que Estados Unidos ha creado más de 800.000 empleos industriales desde 2010.

Trump aseguró que su plan de impuestos sería la mayor reducción desde Ronald Reagan y crearía empleo, mientras que Clinton aprobaría una enorme subida fiscal.

El plan de impuestos de Trump ayudaría de forma desproporcionada a los estadounidenses más ricos. Les ahorraría millones de dólares y sumaría billones a la deuda pública, según un análisis del think tank conservador Tax Foundation. Reduciría los impuestos de las empresas al 15%, eliminaría el impuesto de sucesiones (el “impuesto de la muerte”), que afecta principalmente a los herederos ricos, y reduciría los ingresos por impuestos en unos 5 billones de dólares. Según la fundación, el 1% de ciudadanos más ricos vería un aumento del 10,2% en su renta.

El plan de impuestos de Clinton no modificaría los tipos impositivos para la clase media, pero sí los aumentaría un 4% para quienes tengan una renta de más de 5 millones de dólares. También cerraría los resquicios que benefician a las empresas. Solo el 0,5% de las pequeñas empresas en Estados Unidos registró un beneficio de más de un millón de dólares en 2011, según la Hacienda estadounidense. Clinton aumentaría los ingresos fiscales en 1,1 billones de dólares al gravar al 1% más rico, aumentar el impuesto de sucesiones, eliminar ayudas a los combustibles fósiles e implementar una normativa fiscal más compleja, según el Tax Policy Center.

Trump no ha demostrado que pague ningún impuesto federal sobre la renta y no ha negado que no pague nada. Solo ha dicho que eso demostraría que es “inteligente”.

“Los afroamericanos y los hispanos viven en el infierno porque es muy peligroso. En Chicago han tenido miles de tiroteos desde el 1 de enero... Casi 4.000 personas han sido asesinadas en Chicago desde que Barack Obama se convirtió en presidente”.

Trump cita a menudo la crisis de tiroteos en Chicago como prueba de que Estados Unidos tiene una plaga de crímenes peligrosos, pero ni siquiera esa ciudad, que es la que más homicidios tiene de todo el país, es comparable con una “zona de guerra”, como dice Trump. En 2015, Chicago tuvo 2.988 víctimas de violencia armada, según el Chicago Tribune, y 488 homicidios en total. La ciudad ha sufrido en lo que va de este año más de 500 homicidios, de acuerdo con el periódico, y más de 2.100 víctimas de violencia armada.

En Afganistán –un país con el que Trump compara a menudo la ciudad–, entre enero y junio de 2016, 1.601 civiles han sido asesinados y 3.565 heridos, según la ONU. Estas cifras incluyen 388 niños asesinados y 1.121 heridos. La ONU registró 3.545 civiles muertos y 7.457 heridos en 2015. Más de 80.000 personas se han desplazado este año por la violencia. Las fuerzas estadounidenses y afganas controlan solo en torno al 70% del país, mientras que los talibanes y otros grupos controlan el 30% restante, según dijo al Senado el presidente del Estado Mayor Conjunto este jueves.

“El presidente Obama y la secretaria de Estado Clinton crearon un vacío” que favoreció a ISIS.

La afirmación de que Obama y Clinton crearon las condiciones para la aparición del Estado Islámico ignora que las primeras apariciones del grupo se formaron a raíz de la guerra civil que surgió tras la invasión de Irak, mientras George W. Bush era aún presidente; que el grupo se afianzó en la guerra civil de Siria, donde Estados Unidos no intervino hasta 2014; y que Obama retiró las tropas estadounidenses en 2011 cumpliendo el calendario acordado por Bush con el Gobierno iraquí.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo