Los dilemas de China ante la guerra que Xi Jinping no quería

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La guerra en Ucrania plantea un dilema diplomático para China, pero también le ofrece una oportunidad, ya que es probable que el Gobierno de Joe Biden siga distrayéndose con Rusia antes de las elecciones estadounidenses de mitad de mandato del próximo noviembre.

La posición de China está bajo un escrutinio especialmente intenso tras la promesa que hizo Xi Jinping el 4 de febrero, con Vladímir Putin al lado, de que no habría “áreas de cooperación ‘prohibidas’” en su relación bilateral. Xi pidió este viernes a Putin que se siente a “negociar” con el Gobierno de Ucrania y subrayó que China respeta “la soberanía e integridad territorial de los Estados”.

China también está evacuando a sus ciudadanos de Ucrania ante los bombardeos rusos y la embajada ha pedido a sus ciudadanos que muestren su bandera como medida de protección.

Ya antes del inicio de la invasión de las tropas rusas, mientras la crisis de Ucrania ya acaparaba los titulares alrededor del mundo, los analistas chinos debatían la política elegida por su país. Mientras los partidarios de la línea dura abogan por una política exterior favorable a Rusia, otros piensan que Pekín debe aprovechar esta crisis para proteger sus lazos con Washington.

“En última instancia, lo que China quiere es tener una buena relación con Estados Unidos”, dice Wang Huiyao, presidente del Centre for China and Globalisation, un think-tank con sede en Pekín, que además asesora al Gobierno.

“Es cierto que Pekín y Moscú se han comprometido a cooperar más estrechamente, porque ambos países comparten preocupaciones similares sobre la injerencia externa en sus asuntos de seguridad”, dice Wang, y añade que China ve algunos paralelismos entre la expansión de la OTAN hacia el este y sus propias preocupaciones relacionadas con el Mar de China Meridional. Sin embargo, Washington y sus aliados no apoyan la reclamación de Pekín sobre gran parte del Mar de China Meridional.

El doctor Yu Jie, investigador principal sobre China en el think-tank Chatham House, con sede en Londres, dice que la crisis pone de manifiesto un “punto difícil” en la relación de Pekín con Moscú después de lo mucho que ha invertido Xi en ella. “China espera que Rusia ofrezca apoyo diplomático pleno a las diversas iniciativas globales de Pekín en el marco de la plétora de plataformas lideradas por la ONU, pero los movimientos recientes de Moscú han hecho que los deseos de China resulten más problemáticos”.

Asimismo, Yu señala que algunos estrategas de Pekín ahora ven esta situación con buenos ojos porque el Gobierno de Biden se está distrayendo y, en consecuencia, es probable que tenga menos energía y recursos para contrarrestar la creciente influencia de China en el Indo-Pacífico, al menos durante el periodo previo a las elecciones estadounidenses de mitad de mandato previstas para noviembre de este año.

Pekín no respalda la agresión

Hasta ahora, la posición de China sobre la actuación de Rusia en Ucrania ha sido clara: Pekín no respalda la agresión de Moscú. El jefe de la diplomacia china, Wang Yi, intentó dejar en claro esta postura hace unos días. “La soberanía, la independencia y la integridad territorial de cualquier país deben ser respetadas y salvaguardadas”, dijo Wang en la Conferencia de Seguridad de Múnich. “Ucrania no es la excepción”.

En apariencia, la respuesta de Pekín encaja con las doctrinas diplomáticas que hace tiempo defiende a nivel internacional. En un importante discurso con motivo del 60º aniversario de la puesta en marcha de los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, el 28 de junio de 2014, Xi reiteró “la no agresión mutua, la no injerencia en los asuntos internos del otro”.

Sin embargo, los analistas destacan la insistencia de Wang en respetar “las preocupaciones legítimas de seguridad de todos los países”, como le dijo a Antony Blinken, el secretario de Estado de EEUU, a primera hora del martes. Dicen que es una clara indicación de la simpatía de Pekín hacia la opinión de Moscú sobre la influencia de la OTAN en el este.

Los críticos también señalan la posición tomada por China en 2014, cuando Moscú se anexionó Crimea. Unos pocos meses antes del discurso pronunciado por Xi en junio de ese año, China se abstuvo en una votación de la Asamblea General de la ONU sobre una resolución que desalentaba la acción de Rusia.

China no lo tiene tan claro

Según la perspectiva de China, la crisis de Ucrania no está tan clara. Si bien Xi y Putin mantienen una relación casi fraternal, Pekín también disfruta de lazos amistosos con Kiev, y Ucrania ofrece una oportunidad comercial para la ambiciosa iniciativa económica global de Xi. El intercambio comercial de Ucrania con China en 2020 fue de 15.420 millones de dólares (unos 13.600 millones de euros). China es el principal socio comercial de Ucrania.

A última hora de la noche del lunes, la embajada de China en Kiev dijo a sus ciudadanos y empresas que se abstuvieran de viajar a “zonas donde la situación sigue siendo inestable”. La embajada también aconsejó a los ciudadanos chinos residentes en Ucrania que se aprovisionaran de artículos de primera necesidad, como alimentos y agua potable. La embajada citó “cambios significativos” en la situación en el este de Ucrania como motivo para esta advertencia urgente.

El martes por la mañana, la embajada ucraniana en Pekín publicó un comunicado en chino en la muy controlada red social del país, Weibo, en el que condenaba el comportamiento de Rusia y acusaba a Moscú de “violar gravemente los principios básicos del derecho internacional”.

La entrada pronto se convirtió en el principal “tema candente” en Weibo, seguida por el tema “Ucrania”. Hasta el martes, la etiqueta Ucrania publica una declaración en Weibo había recibido más de 300 millones de visitas. Asimismo, le siguieron más de 20.000 comentarios.

Ryan Hass, exasesor de Barack Obama y de altos funcionarios de la Casa Blanca, vio una oportunidad para que Washington “afine las opciones de Pekín” mediante esta crisis. “Esto no significa concesiones o un acercamiento más moderado a la República Popular China”, escribió en Twitter. “Más bien, exige que Pekín contemple que el camino permanece abierto a relaciones menos hostiles con Occidente y los riesgos significativos que resultan de estar vinculado a la imprudencia de Rusia”.

“El objetivo no sería tratar de obligar a Pekín a romper con Moscú. Eso no está ocurriendo. Se trataría de ayudar a Pekín a llegar a su propio juicio respecto a que sus intereses requieren que inicie una reorientación gradual y constante ante la invasión rusa en Ucrania”.

Traducción de Julián Cnochaert.

Este artículo ha sido actualizado por elDiario.es con la última información disponible sobre la posición de China.