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NO2: Así de perjudicial es el aire que respiramos en Madrid

Los picos de contaminación acompañados de una previsión meteorológica desfavorable han obligado al Ayuntamiento de Madrid a activar por primera vez tras las vacaciones el protocolo anticontaminación. El Consistorio de la capital puso en marcha el escenario 1, el menos exigente de un total de cuatro, que limita la velocidad de circulación a los 70 km/h en la M-30 y las vías de accesos durante este viernes y sábado.

“La semana pasada estuvo a punto de activarse el protocolo”, asegura a eldiario.es Paco Segura, coordinador de Ecologistas en Acción. “El viernes llovió durante unas horas en Madrid y esa inestabilidad atmosférica hizo que finalmente no tuviera que aplicarse”, explica.

El Gobierno municipal activó el jueves a medianoche el protocolo debido a la alta contaminación en el aire por dióxido de nitrógeno (NO), que en niveles muy altos resulta muy dañina para la salud. En dos estaciones de la ciudad (Ramón y Cajal y Escuelas Aguirre) se superaron los 180 microgramos de NO por metro cúbico durante dos horas consecutivas. A estos datos hay que sumarle la estabilidad atmosférica que juega en contra.

Una de las mayores críticas que ha recibido este viernes el Gobierno de Manuela Carmena es la poca antelación con la que avisó de la puesta en marcha del protocolo: las doce de la noche para unas medidas que iban empezar a funcionar apenas seis horas después. Desde el Consistorio explican que el compromiso de avisar con 24 horas de antelación es para las restricciones de tráfico, que se contemplan en los escenarios 2, 3 y 4, no en una limitación de velocidad.

Además, recuerdan, los picos de contaminación se producen por la noche mientras que por el día “los niveles de dióxido de nitrógeno bajan”. Las dos horas consecutivas con niveles superiores a los 180 mg por metro cúbico necesarias para activar el protocolo fueron las diez y las once de la noche de este jueves.

Esta última alarma de Madrid ha saltado por los altos valores detectados de NO en el aire, cuya principal fuente de origen es el tubo de escape de los vehículos diésel. La medida puesta en marcha este viernes y sábado (reducción de la velocidad a 70km/h en M-30 y las vías de acceso) será permanente a partir del próximo año. Otra de las recomendaciones del Consistorio es el uso del transporte público frente al coche privado. Según los datos municipales, los turismos representan el 81,2% de los recorridos realizados en toda la capital, de los cuales el 62,8% son diésel.

“La única medida es reducir el tráfico del coche”, consideran desde Ecologistas en Acción. Aunque en 2016 ha subido notablemente el uso del transporte público respecto a años anteriores, la recuperación económica también ha vuelto a incrementar la circulación del coche, que había disminuido durante la crisis. Esto hace que la reducción de las emisiones en Madrid todavía esté lejos de cumplir con la normativa.

La directiva europea y el Plan A

Es la primera vez tras el verano que el Ayuntamiento ha reactivado el protocolo, pero es también la primera vez que lo ha hecho desde la puesta en marcha del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático, que incluye medidas estructurales encaminadas a terminar con estos picos de contaminación.

Este Plan también busca cumplir con las exigencias de Bruselas. Actualmente, Madrid (también Barcelona) incumple con los niveles de dióxido de nitrógeno que permite la Unión Europea. La normativa europea obliga a que ninguna de las estaciones de la capital, en su media anual, supere los 40 microgramos por metro cúbico. Un límite, junto al de que ninguna estación sobrepase los 200 mg/m³ más de 18 veces al año. El incumplimiento de la normativa legal comenzó en 2010 en la capital y se ha repetido cada año.

Con las medidas puestas en marcha en el Plan A, el Consistorio no cumplirá con Bruselas hasta 2020. La universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha elaborado un informe sobre el impacto que tendrán las medidas del Plan A en la calidad del aire de la ciudad. Las conclusiones que arroja este estudio estiman que la reducción de concentración de NO será de un 23% en 2020 respecto a 2012, el año del último inventario nacional de emisiones.

NO2: nocivo para la salud

El dióxido de nitrógeno es un gas tóxico para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado en numerosas ocasiones de los peligros de la contaminación ambiental para la salud global y ha estimado que cerca de 3 millones de muertes al año están relacionadas con la exposición a la contaminación de aire de exteriores. Según este organismo, “mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de mortalidad derivada de accidentes cardiovasculares, cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma”.

Paco Segura, de Ecologistas en Acción, habla también de los efectos que tiene para la salud a corto plazo. Los picos de contaminación como los registrados este jueves inhiben el funcionamiento del sistema inmunitario. “Por este motivo, enfermamos con más facilidad”. “Hay estudios que relacionan el aumento de los ingresos hospitalarios con estos picos”, explica.

Son especialmente vulnerables los niños, las personas de avanzada edad y los que ya tienen problemas respiratorios. La contaminación ambiental incrementa la probabilidad de que los niños padezcan enfermedades respiratorias como la bronquiolitis, una patología que se deriva, principalmente, de las emisiones de los vehículos de motores diésel.

La situación empeora cada invierno

Situaciones como la que se vive estos días en Madrid se repiten cíclicamente debido a las condiciones meteorológicas que se suelen dar durante el invierno, un fenómeno conocido como inversión térmica, explica Paco Segura. Este proceso se puede dar en cualquier época del año, pero es más común en las noches de invierno y en situaciones anticiclónicas fuertes que impiden el ascenso del aire. Esto provoca que las capas de aire más cercanas al suelo de la ciudad queden inmovilizadas, dejando los contaminantes suspendidos a baja altura.

Los ciudadanos pueden consultar los niveles de contaminación de sus distritos gracias a la red de estaciones de medición que hay repartidas por todo el área de la capital a través de la página web del Ayuntamiento, donde se puede acceder a un mapa con la localización de todas las estaciones y sus mediciones.