¿Alguien ha oído hablar del “lujo compacto”? Dos dormitorios, 140 metros cuadrados y ni una habitación sin doble orientación o espacios exteriores. Áticos con terrazas de 15 metros. Spa, saunas, jacuzzis, gimnasios o zonas wellnes –destinadas al bienestar– en las áreas comunes. Un mar de lujo en los pequeños habitáculos que permiten edificios compactos aunque históricos, o de gran valor por su localización exclusiva, en zonas emergentes para el residente premium.
Este concepto es el que trata de popularizar Orinoquia, un grupo inversor en activos inmobiliarios que pone a la venta lotes de vivienda de lujo adquiridas, principalmente, por el pujante inversor latinoamericano que aterriza en la capital desde México o Venezuela. Chamberí e incluso ciertos puntos de Chamartín son las grandes novedades, pero Salamanca o el barrio de Jerónimos en Retiro resisten y aún están a la cabeza del mercado.
La Socimi Orinoquia Real Estate ha lanzado hace poco un lote de 12 apartamentos de obra nuevo en el número 23 de Bretón de los Herreros, entre Nuevos Ministerios –otra localización que comienza a sobresalir– y Ríos Rosas. El más barato cuesta un millón y medio de euros y consta de 152 metros cuadrados con dos dormitorios, plaza de garaje (con carga para vehículos eléctricos) y vistas al exterior.
Entre los espacios comunes, piscina, vinotecas, gimnasio equipado o spa. Zona de masajes y una ubicación privilegiada. Pero, en un mercado tan competitivo donde el acceso a la vivienda es un problema de primera magnitud, ¿quién es el cliente objetivo al que buscan estas promotoras inmobiliarias, las especializadas en el lujo? “Hay de todo, pero casi siempre hay algunos aspectos en común. Son latinoamericanos, de México o Venezuela, hombres y de cualquier ámbito del universo empresarial: tecnológicas, finanzas, marketing...”, resumen fuentes del sector. La mayoría de las promociones van a parar al público extranjero, sobre todo de estos dos países de América del Sur.
Aunque otras residencias de lujo tratan de ajustarse también a un público más local, el cliente latinoamericano tiene algunas diferencias entre sus preferencias. Que, como en todos los casos, cambian con el tiempo. “Ahora se están fijando mucho en las cocinas americanas, que son amplias, abiertas y están integradas con otras zonas comunes; mientras que los españoles y madrileños que compran siguen optando por las cocinas independientes, las de toda la vida”, señalan los promotores del nuevo lote en Bretón de los Herreros, 23.
10 años de impulso en la vivienda de lujo
Este fenómeno incipiente se aceleró en la capital entre 2014 y 2015, cuando algunas empresas del sector inmobiliario comenzaron a fijarse en este nicho de mercado España-Latinoamérica impulsado, fundamentalmente, por las similitudes culturales y lingüísticas que atraen a los grandes bolsillos de una parte del continente. “Ahora, Madrid es el nuevo Miami”, afirmaron desde la compañía, que asemeja la función que ahora ejerce la ciudad española con la que hasta la fecha se había relacionado con la capital latinoamericana en Estados Unidos. Si una es la puerta de entrada a EEUU, la otra es el acceso a Europa.
“Antes no había más opción que ir a urbanizaciones de las afueras, como La Moraleja, o comprar un piso y reformarlo. Hasta que aquel primer proyecto, en el número 5 de la Plaza de la Independencia [con vistas únicas a la Puerta de Alcalá], expuso viviendas de 400 o 600 metros de superficie que se vendieron en un abrir y cerrar de ojos”, añade Luis Valdés, director general de la asesoría de ventas residenciales en Colliers, otra consultora inmobiliaria que apuesta por la vivienda de lujo en Madrid y mira al público venezolano o mexicano.
Colliers ha sacado hace poco otro paquete de casas que sube la apuesta. A partir de casi tres millones y medio de euros están en venta distintas viviendas de obra nueva en San Bernardo número 126, un edificio modernista del siglo XX que se rehabilita y transforma para adaptarlo a la vida actual. En total son 19 apartamentos de entre dos y tres dormitorios con “grandes ventanales de suelo a techo” o “vestidores integrados y baños en suite”, según el anuncio que los promociona en un portal inmobiliario.
“Estamos hablando de personas muy ricas que comenzaban a llegar una tras otras, compraban casas enormes y luego, como no había otra, las personalizaban a su gusto. Los bancos detectaron esta tendencia y, como tenían muchos edificios enteros que cumplían los requisitos, empezaron a promoverlos. Villanueva 4, Velázquez 19... Con ellos afloró este mercado, que respondía a lo que comenzaban a pedir muchos nuevos compradores”, reseña Vélez.
Salir de sus países, “estabilidad” jurídica y “salvar” el patrimonio
En las próximas semanas su compañía, Colliers, sacará un nuevo informe sobre el estado del mercado inmobiliario de residencia de lujo en Madrid en 2024. Este nicho acrecentado hace una década cuenta ahora con estudios especializados que analizan el fenómeno en su conjunto. En la imagen completa más reciente que ofrecieron, la de 2023, sacaron a reducir algunas conclusiones. El cliente latinoamericano que pone cara a esta inclinación llega por tres causas principales, según esta promotora: la “incertidumbre económica y política en sus países de origen”, el intento de “poner a salvo su patrimonio con mayor seguridad” o la “estabilidad política y jurídica”.
Estas son las tres razones principales que exponen como impulso a la tendencia. Los primeros pasos en lo que llevamos de siglo los dio Pinar 4, un proyecto de la agencia Tiuna S.L. de finales de 2007 que alcanzó precios entre los 12.000 y 14.000 euros el metro cuadrado. Pero no fue hasta pasado el 2013 que grandes familias venezolanas como los Capriles o los González-Weil comienzan a desarrollar grandes promociones de lujo a mayor escala. Así, atrajeron a importantes fortunas que no habían reparado en Madrid.
Balaq es otro nombre que pone el foco en el mercado madrileño de la opulencia inmobiliaria. Como se hacía sobre todo hace una década, también compiten en los barrios ricos de la periferia. En Pozuelo de Alarcón, con la renta per cápita más alta de España durante años consecutivos, acaban de vender una oferta conjunta de cuatro chalets de entre tres y cuatro dormitorios. Es un espacio a las afueras donde conviven algunas de las grandes fortunas con un pie en el país.
Al momento de publicarse este artículo todas constan como vendidas salvo una, que aparece reservada. “Este negocio del lujo inmobiliario ha vuelto a dar un boom en los últimos años. ¿Por qué? Es difícil decirlo, pero apostaría por el auge de las universidades privadas, las conexiones de la T4 del aeropuerto [Adolfo Suárez] o los grandes eventos en el Bernabéu, que convierten Madrid en un caramelo para el inversor latinoamericano”, concluye Valdés como guinda en su opinión sobre el estado del sector.