Los modelos más demandados del catálogo de Mazda, el CX-30 y el Mazda3, suman entre los dos el 53% de las ventas de la marca en España. Ambos estrenan en estos días un nuevo motor de gasolina 2.5 que sustituye al ya veterano 2.0 disponible hasta ahora y que supondrá más del 75% de las entregas a partir de este momento, de modo que estamos en presencia de versiones que veremos con mucha frecuencia por nuestras carreteras.
De entrada llama la atención que Mazda haya desarrollado un motor de mucha cilindrada que es capaz de entregar solo 140 caballos. Lo que se buscaba aquí era obtener no una gran cifra de potencia, sino sobre todo empuje a revoluciones bajas y medias para hacer más cómoda la conducción diaria, y hacerlo con parecidas emisiones a las del bloque precedente y menores consumos, porque construir un motor grande que gaste mucho es algo que la industria del automóvil tiene superado desde hace décadas.
El propulsor 2.5 e-Skyactiv G desarrolla 238 Nm de par máximo a 3.300 revoluciones por minuto, dispone de un empuje enérgico a partir de 1.500 rpm y lo mantiene, aunque ya mitigado, por encima de las 5.500. Se acompaña además de un sistema de desactivación de cilindros y de la tecnología de hibridación ligera M Hybrid, esta última responsable del distintivo Eco que lucen en el cristal tanto el Mazda3 como el CX-30.
El nuevo motor se basa en el anterior e-Skyactiv G de dos litros de cilindrada, al que se le ha ampliado la carrera e introducido modificaciones para controlar con alta precisión el volumen de admisión de aire, la inyección de combustible y la sincronización del encendido, todo ello al objeto de que la respuesta sea más elástica y la conducción resultante, más fluida y natural, siempre con consumos ajustados.
De una primera toma de contacto podemos sacar la conclusión de que el trabajo ha merecido la pena especialmente en lo que a finura y suavidad de funcionamiento se refiere. En particular nos ha agradado la manera en que el coche soporta una marcha relativamente larga -tercera, incluso cuarta- a baja velocidad, por ejemplo al salir de una rotonda, o cómo acelera con bastante alegría en sexta cuando circulamos, digamos a 100 km/h, en carretera y queremos adelantar a otro vehículo.
Durante el recorrido por carreteras secundarias -más un ligero tramo de autovía- de la Comunidad de Madrid, el consumo se ha situado en torno a 6,5 litros/100 km, y el desempeño nos ha parecido igualmente satisfactorio en el modelo compacto de Mazda como en el SUV, ambos equipados en nuestro caso con caja de cambios manual de seis marchas.
Las cifras en prueba de homologación oficial son de 6 litros/100 km en los dos vehículos, unas décimas más si incorporan transmisión automática (también de seis velocidades). El CX-30, a diferencia del Mazda3, puede llevar tracción delantera o a las cuatro ruedas.
Una vez retirado el motor 2.0 e-Skyactiv G, la gama de uno y otro coche se compone a partir de ahora del nuevo motor 2.5 del que estamos hablando y del e-Skyactiv X de 186 CV, un propulsor más complejo técnicamente -y más caro de producir- que, entre otras soluciones, utiliza el sistema SPCCI para crear en la cámara de combustión dos zonas de mezcla aire-combustible diferenciadas.
Para no pasarnos de prolijos, diremos en conclusión que el nuevo propulsor supera incluso a una maquinaria tan sofisticada como el motor e-Skyactiv X en entrega de par en todo el rango de revoluciones, y particularmente en regímenes inferiores a 3.000 rpm.
Funciones mejoradas
En otro orden de cosas, los Mazda3 y CX-30 presentan la novedad de incorporar el asistente virtual Alexa, con la singularidad de que sirve tanto para manejar a distancia distintos dispositivos domésticos como para activar funciones del propio vehículo. La conexión inalámbrica Apple CarPlay y Android Auto es de serie en toda la gama, y la carga para móviles igualmente sin cable se proporciona desde el segundo nivel de acabado previsto (Centre-Line).
En cuanto al head-up display, se ofrece también de serie en todas las versiones e incluye las indicaciones no ya del navegador nativo del coche, sino también las que se obtienen vía Android Auto (Google Maps, Waze…) o Apple CarPlay, en este caso a través de la aplicación Mapas.
En el capítulo de seguridad hay que mencionar la inclusión de ayudas a la conducción como el control de velocidad adaptativo con función stop & go y el asistente de tráfico y crucero, que ahora puede funcionar hasta los 150 km/h. Como señalábamos más arriba, en el CX-30 cabe solicitar el sistema de tracción i-Activ AWD para asegurar el agarre y la estabilidad en toda clase de condiciones de conducción.
En una iniciativa que esperamos tenga muchos imitadores, Mazda ha decidido rebajar el precio de las nuevas versiones con motor 2.5 e-Skyactiv G, entre 700 y 1.530 euros, con respecto a las equivalentes del desaparecido 2.0. El Mazda3 parte de 27.350 euros de tarifa oficial, por 30.790 del CX-30.
Todos los clientes del modelo compacto se benefician actualmente de un descuento general de 2.000 euros, a los que pueden sumarse 700 euros si eligen la financiación flexible de la marca y 550 euros más si ya son propietarios de un Mazda. Para el CX-30, las campañas permiten rebajar 3.200, 1.400 y 600 euros, respectivamente, por los mismos conceptos.
La gama de ambos vehículos se compone de seis acabados: Prime-Line, Centre-Line, Exclusive-Line, Takumi, Homura y Nagisa, este último introducido en los modelos del año pasado y que se sigue ofreciendo en los Mazda3 y CX-30 de 2025. Dicha versión presenta un acabado más lujoso, llantas de aleación negra de 18 pulgadas, un interior negro con detalles en color terracota y equipo de sonido Bose.