Antes de arrancar el coche, debemos asegurarnos de que está en perfectas condiciones para circular por la vía pública. Hay que comprobar regularmente la presión del neumático en frío y la rueda de repuesto, así como revisar posibles fugas de aire por las válvulas. También debemos constatar que las luces alumbran correctamente. Además, hay que cerciorarse de que el parabrisas no presenta daños, ya que es una pieza fundamental en la resistencia estructural del vehículo, recuerda la Dirección General de Tráfico (DGT).
Y cuando llueve hay que extremar la vigilancia sobre estos y otros elementos, como los neumáticos, los amortiguadores, los frenos, las luces o los limpiaparabrisas, recuerdan desde RACE.
En el caso de lluvia, los neumáticos son fundamentales porque constituyen el único punto de contacto del coche con el asfalto. Estos deben tener el dibujo con la profundidad necesaria (1,6 milímetros) para poder evacuar con efectividad el agua sobre la que pasan. Por debajo de 3 milímetros, se compromete la evacuación efectiva de agua por los canales y aumenta la posibilidad de sufrir aquaplaning: se pierde el contacto con la vía y el control sobre el coche.
También hay que tener en cuenta la presión. Si está por debajo de lo marcado, el dibujo de la banda de rodadura se deformará más de lo conveniente, reduciendo la efectividad a la hora de evacuar el agua por los canales de drenaje, explican desde esta organización.
En caso de lluvia, los especialistas aconsejan además revisar el estado de los amortiguadores, esenciales tanto para controlar los movimientos de la carrocería como para tener un óptimo tacto de la dirección que te permita mantener el eje delantero y el trasero sin pérdidas de adherencia. Si no es así, restará eficacia en nuestra reacción ante una situación comprometida.
No hay que olvidar que los frenos deben estar en perfectas condiciones si conducimos por una carretera con agua, porque la distancia de frenado aumenta, recuerda la DGT.
Limpiaparabrisas listos para días de lluvia
Cuando llueve, la visibilidad se reduce ostensiblemente. Ante la avalancha de agua, al conductor no le queda otra que reducir la velocidad y activar los limpiaparabrisas, que ayudarán a retirar el agua. Por eso, hay que revisar su estado frecuentemente porque la goma se reseca rápidamente y pierde efectividad, reduciendo la capacidad de barrido.
En la lista de imprescindibles, hay que prestar atención a las luces del vehículo y el sistema de climatización. Como mínimo, se debe circular con luces de cruce en estas situaciones para ver y ser vistos por otros usuarios, precisa la DGT. Respecto a la climatización, siempre que esté a punto, puede ayudar al usuarios a evitar el empañado de cristales. Lo recomendable es activar el aire acondicionado y fijar la temperatura entre 20 y 21 grados, añade RACE.