Si el ahora exalcalde de Pamplona, Enrique Maya, considera que dejar la Alcaldía en manos de Joseba Asiron es la “peor de las pesadillas” para la ciudadanía pamplonesa, está por ver cómo define UPN de puertas adentro el resultado de la investidura en otros ayuntamientos. Porque lo ocurrido en el Ayuntamiento de la capital navarra, esa apuesta por el cambio propiciada por las urnas y por la alianza entre diversas fuerzas, no ha sido una excepción. Y, mal sueño o tsunami municipal, según quién lo defina, lo cierto es que la constitución de los ayuntamientos en Navarra confirma un cambio en el poder municipal de la comunidad. UPN, además de Pamplona, ha perdido el gobierno de los municipios más poblados de Navarra, que recaen sobre todo en manos de EH Bildu. En total, la izquierda abertzale liderará 40 consistorios, entre las mayorías absolutas que ya había conseguido el pasado 24M y las alianzas logradas. Regionalistas y socialistas son los que salen perdiendo en esas sumas, algo que parece augurar el cambio también en el próximo Gobierno Foral.
Lo ocurrido este sábado en Pamplona es un buen resumen de la nueva situación en los municipios navarros. UPN volvió a ganar las elecciones en la capital navarra y consiguió diez concejales, pero su falta de apoyos impedía que, incluso con una alianza con PSN (tres ediles), pudiera mantener el bastón de mando. La duda era si el resto de los grupos municipales lograba ponerse de acuerdo, dada su diversidad, pero desde el principio en las reuniones mantenidas entre EH Bildu, Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra se destacó más su “sintonía” que sus diferencias. Que las hay, y también se han puesto en evidencia en la investidura (con I-E pidiendo más claridad en la condena de ETA y Geroa Bai en la necesidad de evitar el revanchismo), pero eso no ha impedido el acuerdo. Joseba Asiron ya es el primer alcalde de Pamplona de EH Bildu de la historia, y también el primero que no pertenece a UPN en 16 años.
Esa fórmula de acuerdos múltiples ha prosperado en Navarra, hasta dejar fuera a UPN del gobierno de las localidades navarras. Cabe recordar que, tras los comicios de 2011, las fuerzas regionalistas lideraban ocho de las diez localidades más habitadas (de ellas, perdió después el Valle de Egüés), y ahora el cambio es unánime.
Las alcaldías más destacadas
En Tudela, I-E ha hecho valer los pronósticos y ha alcanzado la Alcaldía (recae en Eneko Larrarte) tras veinte años de gobierno regionalista, gracias a los votos del PSN, Tudela Puede y CUP. EH Bildu, por su parte, ya lidera los consistorios de Barañáin (Oihane Indakoetxea), Tafalla (Arturo Goldazarena), Estella (Koldo Leoz) y Baztan (Joseba Otondo). Y, así, hasta un total de 40 consistorios, que también incluyen Huarte, Berriozar o Ansoáin. Geroa Bai, por su parte, logra mantener Egüés (Alfonso Etxeberria), y también gobernará en Alsasua (Javier Ollo) como municipios más destacados, y Burlada también pasa de estar liderada por UPN a recaer en Cambiando Burlada, lista apoyada por Podemos.
El golpe, en cualquier caso, también es duro para el PSN, que logró 15 mayorías absolutas el 24M y, al final, según ha precisado a través de un comunicado en el que ha valorado los resultados de la jornada, contará con 18 alcaldes y alcaldesas (como San Adrián o, finalmente, Mendavia, Ribaforada y Pitillas, localidades estas que a menudo generan debate) pero sobre todo es duro para UPN. El partido regionalista venció en las elecciones en Navarra, en el Ayuntamiento de Pamplona y en la mayoría de los municipios (pero con 17 mayorías absolutas, frente a las 25 de Bildu, y también menos concejales, 281 frente a los 297 de EH Bildu), y ahora puede perder su puesto de referencia en los tres ámbitos. Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E han comenzado este viernes las reuniones a cuatro para acordar el programa del próximo Gobierno de Navarra, y la siguiente cita está prevista para este lunes, cuando la prioridad es cerrar, ya con nombres, la nueva Mesa del Parlamento. Hasta el momento, las previsiones de cambio se han cumplido.