Facebook llevaba meses luchando para que no salieran a la luz, argumentando que no presentan una imagen equilibrada sobre las actividades de la compañía. No lo ha conseguido: este miércoles, NBC News liberó un caché de 7.000 documentos internos de la empresa de Mark Zuckerberg, 1.200 categorizados como “altamente confidencial”, que incluyen correos, notas, comunicados, mensajes, presentaciones y sumarios de reuniones producidas entre 2011 y 2015. La actividad que presenta es la consolidación de un modelo de especulación con los datos de sus usuarios. Facebook ha favorecido a las empresas que más publicidad compran en la plataforma con un acceso exclusivo y no consensuado por parte de los usuarios, y ha bloqueado a los competidores de sus productos, servicios y Apps.
“Son viejos documentos sacados de contexto por alguien con malas intenciones con respecto a Facebook, y que han sido distribuidos públicamente con un desprecio total por la legislación”, ha dicho en un comunicado Paul Grewal, Vicepresidente y Abogado General Adjunto de Facebook, a varios medios de comunicación. Se refiere a una startup llamada Six4Three, que demandó al gigante en 2014, cuando cerró acceso a los datos de los usuarios a su producto, una app que encontraba fotos en bikini de los contactos en Facebook. Los documentos fueron compilados durante la investigación preliminar, para demostrar la manera discriminatoria y punitiva en la que Facebook comercia con el acceso a datos de sus usuarios.
NBC News los ha categorizado en cuatro grupos principales: pruebas selladas; pruebas regulares; Notas y resumen de las pruebas y Memorandum.
Qué hacer para tener acceso VIP a los usuarios de Facebook
Según los documentos, Facebook trabajó en varios modelos de “compensación” por acceso a los datos de usuarios, incluyendo gasto publicitario, quid pro quo y también un formato de venta directa de datos de usuarios para los clientes especiales, sin esperar consentimiento ni modificar los términos de uso. Finalmente, abrazaron los modelos de reciprocidad y de acceso exclusivo, por el que se premiaría con un acceso VIP a los amigos personales de Zuckerberg, a las empresas que más gastaran en publicidad o a las que tuvieran datos apetecibles para Facebook. Y, a partir de su Plataforma 3.0, exigió que los productos o servicios que usan datos de Facebook compartieran los suyos en reciprocidad.
Al mismo tiempo, otras empresas como Twitter, Pinterest y YouTube vieron su acceso restringido para obstaculizar su crecimiento. “Puedes asegurarte de que bloqueamos el acceso de la API de Twitter a la lista de amigos?”, escribe un empleado en un correo. “Youtube no tiene permiso para ver usuarios que no estén ya en su aplicación -le responde otro -, así que verá una lista pero será solo de los amigos que ya están en Youtube. Esto no se implementó nunca para Twitter”. Curiosamente, Amazon estaba en las dos listas: en la lista de bloqueo por competencia y en la lista VIP por su inversión publicitaria. Los documentos indican que pesó más la inversión.
El bloqueo es punitivo para las grandes empresas pero mortal para las que tratan de abrirse paso, aunque les vaya muy bien. La aplicación de mensajería MessageMe fue bloqueada porque su creciente popularidad suponía una amenaza para Facebook Messenger. Facebook apuntó a la Sección 10 de sus normas: “Replicar la funcionalidad principal: no usarás Facebook para promocionar o para exportar datos de usuarios a un producto o servicio que imita un producto o servicio principal de Facebook sin nuestro permiso”. No fue la única. Ese año, Facebook compró una compañía israelí de análisis web móvil llamada Onavo para analizar el tráfico de las Apps -sin conocimiento o permiso- para valorar su tráfico y descargas. Los resultados eran utilizados para saber qué compañías comprar y qué compañías bloquear.
Al mismo tiempo, los documentos muestran cómo la empresa trabajaba con sus responsables de marketing para presentar los bloqueos como ajustes para proteger la privacidad de los usuarios. “Me preocupa la percepción de que no somos coherentes [escribe otro empleado]. Vamos a tope con el relato de la confianza del usuario como argumento para la nueva versión del [Facebook Graph API] v4 y sería una pena que los periodistas descubran que hay un acceso simple y evidente para iOS”.
Un ratón sí puede cambiar el mundo
Six4Three era una empresa pequeña y debería haber sido un caso pequeño, especialmente porque es difícil no apoyar a Facebook en el cierre de su aplicación pero la demanda tuvo consecuencias inesperadas. Principalmente, porque se trata de la época en la que Cambridge Analytica consiguió los datos de al menos 87 millones de personas en Facebook y los usó para hacer campañas selectivas y clandestinas en favor del Brexit y de Donald Trump. Cuando estalló el escándalo en 2018, un congresista británico llamado Damian Collins exigió la liberación de los documentos para la investigación del parlamento británico sobre las operaciones de la empresa de marketing político para el referéndum del Brexit.
El parlamentario aprovechó que el fundador de Six4Three, Ted Kramer, estaba en Inglaterra para amenazarlo con la cárcel si no compartía la información con el Gobierno británico. Después hizo uso de sus poderes especiales para publicar una pequeña parte. “La Comisión de lo Digital, Cultura, Medios de Comunicación y Deportes ha recibido los documentos que pidió a Six4Three en relación a Facebook”, informó poco después en un tuit. “Bajo la ley británica y el privilegio parlamentario podemos publicar los documentos que consideremos parte de nuestra investigación”.
Como respuesta al escándalo, en abril de 2018 Facebook aseguró que había restringido fuertemente el acceso a los datos por parte de los desarrolladores y que había contratado auditores externos para tratar de comprender lo que había pasado. “Si esos datos todavía existen, -anunciaron en un post- sería una grave violación de las normas de Facebook y una violación inaceptable de la confianza y el compromiso que estos grupos han hecho”. Hoy sabemos que la empresa siguió compartiendo cantidades ingentes de datos con empresas como Netflix, Amazon y Spotify. Y el martes pasado, reconoció que varios cientos de desarrolladores habían tenido un “acceso indebido” a datos de usuarios, incluyendo los nombres y perfiles de los integrantes de grupos privados.
Otro frente en California
Duncan Campbell dice que recibió la filtración en febrero, el mismo día que el Comité de investigación británico publicaba su primer informe. Pero la existencia de esos documentos parece haber levantado otra liebre. El mismo miércoles, el fiscal general de California, Xaviar Becerra, presentó una demanda contra Facebook por no colaborar con la investigación que su departamento abrió en junio de 2018.
La investigación original giraba acerca de su gestión de la privacidad de los usuarios de la plataforma. Pero, después que el Comité británico compartiera parte de los documentos filtrados, se convirtió en “una investigación para determinar si Facebook ha violado las leyes de California mediante engaños a los usuarios e ignorando sus propias políticas al permitir a terceros un amplio acceso a los datos de los usuarios”. Están buscando la orden judicial para obtener los documentos que Facebook no quiere entregar. Si pierde también este pulso, los documentos que se publiquen serán aún más interesantes que estos, y servirán a los legisladores de todos los lugares donde opera para comprender exactamente la clase de empresa que es y a qué se dedica.