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¿No se puede hacer nada si las víctimas de violencia machista no denuncian?

La Última Gota (trailer) from Las Tejedoras on Vimeo.

La frase de la ministra Ana Mato en 2012 fue lapidaria: “No podemos ayudarlas si no denuncian. No podemos ayudarlas, no podemos apostar, y no digo el Gobierno, digo toda la sociedad, si esas mujeres no denuncian”. Lo contó Ana Requena en una noticia en la que denunciaba que la violencia machista había salido de la agenda política y que se registraba un aumento de sobreseimiento de denuncias por violencia de género sin que las instituciones reaccionasen para detectar qué estaba fallado.

Y digo yo: si la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad tiene tan claro que no puede hacer NADA para atajar un problema social por el que 17 mujeres han sido asesinadas en España en tres meses, habrá que pedir su dimisión, por inepta, por cínica o por las dos cosas. Ayer, otra mujeres en un puesto privilegiado para volcarse contra el feminicidio y la dominación machista, la recién nombrada presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, Ángeles Carmona, se reafirmó en el discurso de la denuncia como única vía, en una entrevista realizada por Patricia Rafael para eldiario.es:

“Difundir que hay salida y que la única manera es la denuncia. Hay muchos operadores a disposición de las víctimas, pero es imprescindible la denuncia para poner en marcha todo el circuito. No podemos proteger a quien siente que no tiene por qué ser protegido”.

Me deja ojiplática que una persona que ostenta un cargo destacado en la lucha institucional contra la violencia de género se quede tan ancha afirmando que las mujeres que no denuncian lo hacen porque sienten que no necesitan protección. La periodista le recuerda que las víctimas carecen de suficiente apoyo como para embarcarse en ese proceso. La secretaria judicial contesta que sí, que la mujer tiene que estar acompañada desde el principio, y que para eso hace falta especialización. Cero concreción sobre por qué no está siendo así y cómo se puede solventar lo que no está funcionando.

Precisamente la semana pasada publicamos en Pikara Magazine una entrevista al colectivo feminista madrileño Las Tejedoras, para quienes este tipo de declaraciones políticas constituyen “un lavado de manos”: “Si no denuncias te acusan de que no quieres interrumpir esa situación de violencia. Y cuando denuncias, la situación de violencia no se interrumpe, porque las mujeres encuentran violencia institucional en un proceso judicial que además las pone en riesgo”, critican.

Escucharlas fue para mí un baño de realidad. Me dijeron cosas como las siguientes:

“Solicitar informes a profesionales -que sabemos detectar si un testimonio es veraz- es una buena práctica que la mayoría de jueces no contempla. Además, se juzga la última situación concreta que motivó la denuncia, en vez de abrir diligencias para investigar que es una violencia habitual”.

Existen muy pocos servicios sociales que no exijan presentar denuncia, y se tarda meses en tener una cita con una psicóloga. Es mínimo el porcentaje de mujeres que reciben atención previa antes de poner la denuncia.”

Es una estrategia recurrente que ellos afirmen que también sufrieron maltrato (aunque esto no se juzga como violencia de género sino como delitos comunes). El resultado suele ser una orden de alejamiento mutua o que las causas se archiven”.

Y Las Tejedoras responden al mensaje de que la denuncia es la única solución:

Hay que facilitar otros mecanismos para atajar las situaciones de violencia: a través de los centros de salud, los colectivos de mujeres, otros servicios sociales… El Estado no es sólo policía y juzgados. (...) Sólo un 30% de las mujeres en situación de maltrato se plantea interponer una denuncia, pero el 100% van al centro de salud con síntomas asociados al maltrato, como dolores de cabeza o depresión. Una mayor especialización por parte de las y los trabajadores de los servicios sociales y de salud permitiría que detecten situaciones de violencia y hagan un acompañamiento efectivo”.

Su mensaje final nos interpela: si vemos que las instituciones se lavan las manos, pesemos qué podemos hacer cada una de nosotras y nosotros.

Lean la entrevista completa: “Estamos tomando conciencia de que la respuesta institucional contra la violencia machista es insuficiente, de que tenemos que hacer algo”

“Estamos tomando conciencia de que la respuesta institucional contra la violencia machista es insuficiente, de que tenemos que hacer algo”

Las Tejedoras se encuentran presentando un cortometraje con el que buscan crear debate sobre la respuesta institucional y social que se están encontrando las víctimas de violencia machista. Lo de arriba es el tráiler.

Posdata: Me pone de los nervios cuando la gente se refiere a la violencia machista como una “lacra”. La RAE define lacra como “secuela o señal de una enfermedad o achaque”. La violencia machista no es producto de una pandemia cuya causa y cura desconocemos. E, insisto, si las y los representantes institucionales no entienden su origen ni saben cómo combatirla, que dimitan.

Te va a interesar:

Entrevista de Itziar Abad a Maitena Monroy, formadora en autodefensa feminista, quien alerta de que algunas instituciones están volviendo a mostrar a las víctimas de violencia sexista “como pasivas, débiles y frágiles”.

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