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Opinión - España: una democracia atascada. Por Rosa María Artal

Arrasa en la Policía el nuevo sindicato que exige 2.500 euros para los novatos

Cerca de 30.000 agentes de la autoridad, miembros del Cuerpo Nacional de Policía, han votado como representantes sindicales a Jupol, una organización nueva que desprecia los 800 millones de euros destinados a subirles el sueldo un 10% más que al resto de funcionarios, lo que supone un crecimiento neto en su nómina de 400 euros de media, según los datos del Ministerio del Interior.

Su argumento es que los agentes de Mossos d’Esquadra y Ertzaintza ganan más y se jubilan mejor y, por ello, Jupol advierte de que no parará en sus revindicaciones, de una agresividad inédita en la Policía, hasta que un agente recién salido de la academia, sin necesidad de estudios superiores, gane 2.500 euros brutos al mes, lo que ellos calculan que obtiene un novato de las policías autonómicas.

“La culpa es de 30 años de gobiernos que han incumplido su promesa de equiparación salarial con las policías autonómicas y de las concesiones a los nacionalistas”, afirma Natan Espinosa, el líder de Jupol, agente destinado en Granada. Espinosa rechaza las críticas acerca de una actitud insolidaria con otros funcionarios o con el resto de trabajadores en un mercado laboral maltrecho desde la última gran crisis para regresar una y otra vez a la diferencia salarial con los policías autonómicos.

El representante sindical considera que un policía merece lo que reclaman porque “se juega la vida a diario”, pese al bajo índice de criminalidad en España. También alude al riesgo superior de ir a la cárcel para un policía tan solo por equivocarse al tomar una decisión respecto a si eso ocurre en cualquier otra profesión. Espinosa enmarca en esas decisiones erróneas las que provocan condenas por detención ilegal que el líder de Jupol considera frecuentes.

La victoria aplastante de Jupol en las elecciones sindicales redibuja el mapa sindical en la Policía. El sindicato mayoritario hasta ahora, el SUP, pasa de tener 7 vocales (en las últimas elecciones se disputaban 16 y en las últimas, 14) a dos. En los comicios del pasado miércoles, Jupol solo ha dejado un vocal a la CEP, otro a la UFP y dos en la escala superior al SPP.

El caso del SUP es paradigmático: sigue siendo el sindicato con más afiliación (19.000 por 15.000 de Jupol), pero no ha llegado a los 10.000 votos, lo que significa que la mitad de sus afiliados continúan pagando la cuota pero han votado al nuevo sindicato. Los policías se afilian a las centrales porque éstas les garantizan un servicio jurídico ante eventuales problemas legales, además de formación y, en algunos casos, intermediación en la consecución de puestos y medallas.

Todos los sindicatos tradicionales señalan a Jupol como un sindicato extremista, con reinvindicaciones inalcanzables y que se ha dedicado a atacarles duramente desde su creación. Las centrales denuncian campañas en las redes sociales, donde policías que defienden los postulados de Jupol realizan ataques concertados a otros sindicalistas, a periodistas o a políticos ocultos tras perfiles anónimos. En otros casos, el “campo de batalla” es real, por ejemplo, los tablones de las comisarías, donde se han vertido graves insultos a candidatos o representantes sindicales de otros sindicatos. Jupol se desvincula oficialmente de esas actuaciones.

La primera medida anunciada por el sindicato tras su victoria es la declaración de “un conflicto laboral permanente” con la Administración hasta que no comience la negociación para la “equiparación salarial”. Se trata de mantener paralizada cualquier medida que necesite de su aprobación en el Consejo de la Policía, el órgano que reúne a sindicatos y Administración. En la práctica, explican fuentes policiales, solo afectará a normativa interna de régimen estatutario, esto es, relativa a las condiciones de trabajo, y a los expedientes disciplinarios, contra los que pueden alegar los sindicatos. Espinosa, por su parte, asegura que su conflicto laboral “no va a afectar a los ciudadanos en ningún momento”.

Objetivo: Catalunya

Jusapol, el germen de Jupol, comenzó a ser visible fuera de la Policía cuando organizó una gran manifestación en Barcelona el 20 de enero de 2018. Habían pasado varios meses desde que Ciudadanos incluyera la subida salarial a los policías para prestar su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado y la formación de Albert Rivera apoyó con entusiasmo la marcha en la capital de Catalunya, en plena indignación independentista por la “represión” al procés.

El líder de Ciudadanos, junto a otros políticos como Xavier García Albiol, del PP, encabezaron la marcha. Natan Espinosa alega que en ese momento Jusapol ya había hecho decenas de protestas, que querían aprovechar donde estaba “el foco de atención” y homenajear a los “compañeros” de la Operación Copérnico contra la celebración del referéndum del 1-O.

Ciudadanos y Vox han sido los dos partidos que se han puesto al frente de las pancartas en esas manifestaciones de Jusapol por toda España. El secretario general del partido ultraderechista, Javier Ortega Smith, no ha dudado en vestirse con una camiseta homenaje a la Operación Copérnico y arengar en los actos de Jusapol a los policías con su mensaje ultranacionalista mientras los congregados le vitoreaban. Tras una de esas manifestaciones en Bilbao, Ortega Smith se fue a comer con policías y guardias civiles y con ellos brindó por la cárcel de los políticos investigados en la causa del procés [la escena se puede consultar en este vídeo de la información de eldiario.es].

Espinosa insiste en que Jupol es un sindicato “apolítico”. Defiende que el único partido con cuya dirección no se ha reunido ha sido con Vox y que espera hacerlo en breve con su grupo parlamentario. Añade que ha sido felicitado por Izquierda Unida, Podemos, Ciudadanos y los ultraderechistas, que solo PSOE y PP no les han llamado tras el resultado en las elecciones sindicales. Preguntado por si aprecia que Vox tiene un respaldo mayoritario entre los policías, defiende que en el Cuerpo hay agentes de todas las tendencias políticas pero que entiende que obtenga respaldo en las Fuerzas de Seguridad “un partido que les habla de España y de la Policía y la Guardia Civil”.

Frente a esta esgrimida neutralidad hay vídeos de manifestantes con las camisetas y banderas de Jusapol increpando a una periodista de TV3 durante la protesta de enero de 2018 o de otros llamando “comepollas” y “asqueroso” a Carles Puigdemont con banderas de España frente a la casa de Waterloo donde reside. El Ministerio del Interior ha evitado investigar si son policías y si están incurriendo en faltas disciplinarias. Tampoco ha rastreado las campañas de acoso e insultos en las redes sociales, salvo cuando un youtuber que se identifica con Jusapol se refirió al anterior titular del departamento, Juan Ignacio Zoido, la única sanción de la que informa Interior cuando se le pregunta por esta dinámica. El agente fue castigado con quince días de empleo y sueldo.

Los chats ultras con insultos a políticos de la izquierda

Los comportamientos ultraderechistas de simpatizantes de Jusapol ya se visibilizaron al poco de nacer la asociación, en el verano de 2017. El 5 septiembre, eldiario.es reveló que el chat de la asociación que ha sido el germen de Jupol recogía comentarios del tipo: “La seguridad es lo que más preocupa a la ciudadanía. Atentados y demás. Hay que aprovechar eso”. Ese chat se llamaba Jusapol Nacional. Era la época en que periodistas dedicados a cubrir información policial e incluso directores de periódico se fotografiaban y publicaban en redes fotos de apoyo a la reivindicación de Jusapol.

El 25 de ese mismo mes de septiembre, eldiario.es reveló que policías nacionales utilizaron un chat denominado Jusapol Zaragoza para organizar el asedio a una reunión de la dirección de Unidas Podemos que mantuvo retenidos en un pabellón a sus dirigentes durante horas. En el chat, del que se desvincula Jusapol como organización, se vertían graves insultos contra los políticos. “No se atreven a salir las ratas” o “mira la violencia de la que habla el hijo de la gran puta de Garzón”, se podía leer en los comentarios.

Con motivo de la publicación de eldiario.es del contenido de ambos chats, la Dirección General de la Policía anunció oficialmente la apertura de sendas investigaciones. Era falso. Esas investigaciones nunca llegaron a producirse pese a que este medio había constatado que los autores de esos comentarios eran agentes en ejercicio del Cuerpo Nacional de Policía. El Ministerio del Interior estaba dirigido por Juan Ignacio Zoido.

La política de tolerancia con esos comportamientos protagonizados por agentes de la autoridad ha tornado en una honda preocupación en el Ministerio del Interior por la victoria de Jupol en las elecciones sindicales de la Policía y en una oferta inmediata de diálogo por parte de Fernando Grande-Marlaska. El actual equipo de Interior, que ha continuado con la política de tolerancia hacia los comportamientos extremistas en el seno de la reivindicación salarial, compara el fenómeno de la radicalización que acompaña a Jupol con el que se ha producido en toda España con la irrupción de Vox, como parte de la sociedad que son los miembros de las Fuerzas de Seguridad, señalan fuentes de ese departamento.

El equipo de Marlaska añade también lo que considera una gestión desastrosa de sus antecesores ante las reivindicaciones salariales de equiparación y el acuerdo alcanzado en la etapa del PP con los sindicatos policiales. Consideran que se trató de “comprar” la fidelidad de las Fuerzas de Seguridad después del “fiasco” protagonizado por la cúpula de Interior en Catalunya. Afirman que no se pueden firmar “acuerdos bilaterales” en cada ministerio con su colectivo, como se hizo, “saltándose la función pública y a Hacienda”. “Lo que homologas por una parte, lo rompes por otra”, señalan las fuentes consultadas.

Las previsiones de Interior son que en el periodo 2018-2020, un policía nacional habrá visto cómo crece su nómina a finales de ese periodo en un 19% respecto a 2017, 529 euros más al mes de media. En la Guardia Civil, cuerpo que elegirá a los representantes de sus asociaciones en un par de años, la subida será mayor, según la previsión de Interior: un 23,8% y 620 euros más de media en la nómina cada mes. Las partidas para la subida en 2019 representan ya casi el 10% de todo el presupuesto del poderoso Ministerio del Interior.

Para Jupol es absolutamente insuficiente. Se trata, dicen, de “una subida de la función pública” que aumenta la brecha con las policías autonómicas porque, al ganar más los agentes de Mossos y Ertzaintza, aunque tengan un aumento menor, ese porcentaje les supone más dinero en la nómina. De media, asegura Jupol, siguen ganando 500 euros más al mes. Eso, sin contar, añaden, que las subidas en Policía y Guardia Civil no afectan a los que se encuentran jubilados o en régimen de segunda actividad. Espinosa defiende que un mosso en su jubilación gana 800 euros más al mes de media que un policía. También reclaman igualdad en las pagas extraordinarias –“nos sacan ahí más de 1.000 euros”, asegura-, cobrar los “servicios extraordinarios” o cuando tienen que comparecer en un juicio. “Lo que nosotros decimos es que no hemos venido a por una subida salarial sino a por una igualdad. A mismo trabajo, mismo salario”, añade.

Desde Interior insisten en desterrar las promesas de la etapa de Interior respecto a la equiparación: “Son funcionarios de la Administración General del Estado. Plantear la equiparación de estos funcionarios con otros de las comunidades autónomas escapa a las competencias de los ministerios”.