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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La Casa Real hace otro simulacro de transparencia que deja fuera las donaciones en especie al emérito

Un viernes por la tarde de un caluroso mes de mayo. Es la fecha que ha elegido la Casa Real para publicar todos los datos relativos a la actividad de la institución en el año 2021, incluida la información económica. Una semana después de que Juan Carlos I aterrizara en España casi dos años después de su salida –acuciado por los escándalos de su fortuna opaca– en un jet privado cortesía de su anfitrión, el emir Mohamed bin Zayed. Nada de lo relativo a la vida del monarca emérito, que es huésped de ese jeque, figura en el último intento de transparencia que ha hecho Zarzuela y que, de nuevo, se queda corto.

Aunque Juan Carlos de Borbón sigue siendo miembro de la familia real –figura así en la web de Casa Real, pero sobre todo el BOE sigue confiriéndole honores de Estado–, Felipe VI ha dejado fuera a su padre del listado de regalos que decidió hacer público anualmente cuando accedió al trono. Los obsequios destinados al emérito ya desaparecieron en 2020, cuando el actual jefe del Estado le dejó sin asignación presupuestaria y renunció a su herencia ante las revelaciones de los pagos procedentes de Arabia Saudí meses antes de que Juan Carlos I pusiera rumbo a Abu Dabi (también en un avión privado que no figura en los listados de regalos recibidos aquel año).

Precisamente ese tipo de donación en especie en forma de viajes pagados fue lo que tuvo que regularizar Juan Carlos I ante Hacienda en plena investigación de la Fiscalía. En total, abonó a la Agencia Tributaria 4,4 millones de euros que se correspondían con deudas fiscales derivadas de los ocho millones de euros que Juan Carlos I recibió para vuelos realizados en una compañía de jet privados y que financió hasta 2018 la fundación Zagatka, propiedad de su primo lejano Álvaro de Orleans.

Tanto Zarzuela como el Gobierno se desmarcan de la vida que lleva ahora mismo el emérito tanto en Emiratos Árabes Unidos como en su visita (y futuras visitas) a España. Lo sitúan en el ámbito privado para no tener que pronunciarse. Sin embargo, la actitud de Juan Carlos I supone una vulneración de las reglas de conducta que aprobó su hijo en el inicio de su reinado, precisamente para marcar distancias con los desmanes de su padre, que durante décadas se pasaron por alto.

La normativa interna de la Casa Real establece que “los miembros de la Familia Real no aceptarán para sí regalos que superen los usos habituales, sociales o de cortesía, ni aceptarán favores o servicios en condiciones ventajosas que puedan condicionar el desarrollo de sus funciones”. El código de conducta establece como principio la “austeridad”, que está lejos del modo de vida del emérito en Abu Dabi y de las actividades que desarrolló en su estancia en Sanxenxo, entre otras, a bordo del yate 'Bribón'. Mientras no hay rastro de los beneficios percibidos por Juan Carlos I, Zarzuela publica un listado con 307 regalos, principalmente libros, sombreros y pendientes.

Tras meses de negociaciones con Zarzuela y de acuerdo con el PP, Moncloa impulsó un nuevo reglamento de funcionamiento de la Casa Real en el que recogía las principales medidas de transparencia y buen gobierno que Felipe VI ha llevado a cabo desde 2014. Era una forma de dar rango legal a esos pequeños gestos, pero no incorporó ningún tipo de régimen sancionador. Por lo que la conducta del emérito no recibirá más que el reproche verbal y muy medido por parte del ala socialista del Ejecutivo, que insiste en que debería dar explicaciones y pedir perdón. La jefatura del Estado zanjó la primera reunión entre padre e hijo con un comunicado en el que no había ninguna recriminación. “S.M. el Rey y don Juan Carlos han mantenido un tiempo amplio de conversación sobre cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española desde que el padre del Rey decidió trasladarse a Abu Dabi el 3 de agosto del año 2020”, se limitaba a decir.

Tanto el decreto como el último intento de Zarzuela por la transparencia se quedan, además, a medias en lo que a la información económica se refiere. Sigue siendo imposible rastrear cuál es el coste real de la monarquía más allá de los 8,4 millones de euros de asignación directa que recogen anualmente los Presupuestos Generales del Estado. El dato de los cuatro millones de euros que la Casa Real invierte en personal no refleja ni de lejos el verdadero gasto ya que en esa partida solo están incluidos los sueldos del personal de dirección (once personas), del único empleado directo que tiene contratado Zarzuela y de los complementos salariales (2,5 millones de euros), que son una suerte de bonus que recibe la plantilla que presta sus servicios para la monarquía pero que depende de otros departamentos: 146 empleados lo hacen del Ministerio de Presidencia, cerca de un centenar de Patrimonio Nacional...

La otra gran partida a la que se destina la asignación de la Casa Real (2,9 millones de euros) es a la gestión diaria de la Zarzuela en lo que se denomina 'gastos corrientes en bienes y servicios' (arrendamientos, viajes del personal, materiales y suministros, atenciones protocolarias y representativas...); pero ni siquiera incluye el mantenimiento del complejo, que depende en buena medida de Patrimonio Nacional, que es quien asume, por ejemplo, los contratos de conservación de los edificios e incluso de las tres piscinas de las que disfrutan los reyes y sus hijas. Entre 2005 y 2020, sufragó un total de 54 millones de euros en suministros y conservación de Zarzuela. Es esa institución, que depende jerárquicamente del Ministerio de Presidencia, la que tiene contratados a los tres ayudantes de cámara que acompañan al emérito en Abu Dabi.

Ministerios deudores con la Casa Real

El grueso de la actividad de la Jefatura del Estado está sufragada por los ministerios, aunque no ofrecen el coste detallado. El informe de la Intervención General del Estado publicado este viernes da pequeños datos en esa dirección al señalar a varios departamentos como deudores con la Casa Real. La mayoría de los 402.364,19 euros que se le deben a Zarzuela corresponden “a pagos anticipados por la Casa de S.M. el Rey que finalmente son asumidos por otros Organismos o Instituciones y cuyo reembolso se encuentra en trámite o pendiente de ingreso”.

“A fecha 31 de diciembre de 2021 se ha procedido a la imputación contable como gasto de los bienes integrantes de la cuenta 'Obligaciones por otros organismos' dado el cambio de procedimiento de compensación de gastos con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, el cual asumirá directamente los mismos sin que sean anticipados y compensados por la Casa de S.M. el Rey”, recoge el informe del departamento dependiente de Hacienda. El principal deudor es el departamento que dirige José Manuel Albares, pero también el parque móvil está en ese listado. Casa Real también adelanta dinero que luego se carga al presupuesto del Ministerio de Presidencia.

“También se incluyen entre los deudores los pagos satisfechos por la entidad, como mediador de pago, por cuenta de miembros de la Familia Real, para su posterior reembolso por parte de los mismos”, señala el documento, que da por hecho que las deudas serán satisfechas: “Dada la naturaleza de los deudores no se considera probable el deterioro de los mencionados derechos de cobro”. 

Los ejercicios de transparencia que ha implementado Felipe VI –y que permiten conocer datos como que su patrimonio asciende a 2,5 millones de euros o que la Casa Real cerró 2021 con casi seis millones de euros en sus cuentas– se quedan a medias y no parece que ni Zarzuela ni el Gobierno tengan previsto dar nuevos pasos que permitan conocer el coste real de la monarquía.

La comisión de investigación planteada por ERC y otras fuerzas progresistas para conocer el desglose de los costes se topa con el rechazo del PSOE, que considera que los datos publicados ya son suficientes. “En cuanto a la publicidad activa de algunos ministerios (...) es tal que ustedes la han publicado, en relación con algunos ministerios, de tal manera que no hay ninguna duda de que se conocen por la ciudadanía y de que se pueden conocer”, respondió Félix Bolaños en referencia a las informaciones de elDiario.es.