El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha decidido confirmar la condena de tres años de cárcel impuesta a un agente de Policía Nacional que se inventó un falso caso de tráfico de drogas para perjudicar a un vecino con el que mantenía una mala relación. Los jueces avalan tanto la declaración de la víctima, que descubrió todo cuando un día le dijeron en comisaría que tenía antecedentes por trapichear con droga, como el de la compañera de patrulla del condenado cuya firma fue falsamente estampada en la documentación del caso.
Los hechos, según ha sabido elDiario.es, ocurrieron en Madrid a lo largo de 2013. El acusado ejercía como Policía Nacional en la comisaría del distrito Centro de la calle Leganitos con funciones de radiopatrulla, en el ámbito de la seguridad ciudadana. La víctima era su vecino en la localidad madrileña de Parla, con el que mantenía una mala relación que incluía denuncias hechas en el pasado.
Fue en noviembre de ese año cuando el policía rellenó un acta de denuncia en el que afirmaba, falsamente, que había detenido a su vecino en la calle Valverde, próxima a la Gran Vía, con una bolsa conteniendo “una sustancia polvorienta de color blanco al parecer cocaína”. La realidad es que esa detención no se había producido y que el agente, incluso, llegó a falsificar la firma de su compañera de patrulla para darle más credibilidad al documento.
Esa denuncia no tuvo recorrido y el vecino del policía no descubrió los hechos hasta dos años más tarde, cuando acudió a comisaría a denunciar al agente por lesiones y disputas vecinales. Allí la Policía le informó de que tenía antecedentes por haber sido detenido en Madrid con una bolsa de cocaína dos años antes.
La Audiencia Provincial de Madrid impuso una condena de tres años de cárcel a este agente por un delito de falsedad documental, condena que acaba de confirma el Tribunal Superior de Justicia regional. Una condena que incluye, además, dos años de inhabilitación para ejercer como policía y una multa de 2.700 euros junto con la obligación de indemnizar a la víctima con 3.000 euros más.
La detención “nunca se produjo”
Los jueces rechazan todos los argumentos del agente condenado, que podría perder la placa en caso de que su condena sea declarada firme. Argumentaba, entre otras cosas, que no había pruebas de que hubiera falsificado la firma de su compañera o que el testimonio de la víctima no era creíble por el amplio historial de conflictos que habían mantenido en el pasado.
Para los jueces del TSJM, la declaración del afectado “se ha venido a mantener firme y persistente a lo largo de las actuaciones, ofreciendo en el plenario un relato rotundo y sin fisuras”. Su “empeño” en saber de dónde habían salido esos antecedentes por posesión de drogas, destacan los jueces, ha sido lo que ha llevado el caso hasta una sentencia en un caso “que había tropezado hasta con cuatro sobreseimientos en la fase de instrucción”.
Los jueces también destacan que, además de la mención a una detención que nunca existió, la existencia de esos antecedentes podrían haber tenido consecuencias para el afectado, que trabaja en el sector de la seguridad privada.