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Pedro Sánchez justifica la venta de armas a Arabia Saudí para “defender los intereses de España”

Pedro Sánchez durante su comparecencia en el Congreso.

Irene Castro

Pedro Sánchez mantendrá la venta de armas a Arabia Saudí a pesar de las violaciones de derechos humanos y de la “consternación” que le ha causado el asesinato del periodista Jamal Kashoggi. Así lo ha reconocido en una comparecencia en el Congreso en la que ha asumido que no siempre se pueden convertir “los ideales en realidades”. “Si me piden dónde tengo que estar hoy y aquí es en la defensa de los intereses de España y el trabajo de sectores estratégicos situados muchos de ellos en zonas muy afectadas por el drama del desempleo”, ha sentenciado Sánchez.

El presidente ha admitido que la brutalidad del régimen absolutista “no puede impedir que actuemos con responsabilidad” y se ha comprometido a priorizar los intereses comerciales, económicos y laborales de España. Sánchez no ha ocultado que en su decisión pesan los 6.000 puestos de empleo que la construcción de cinco corbetas para Arabia Saudí permiten en Cádiz.

Unidos Podemos pidió la comparecencia de Sánchez a raíz de la decisión del Gobierno de mantener la venta de armas al régimen saudí en contra del criterio de la ministra de Defensa, Margarita Robles. El brutal asesinato de Jamal Kashoggi en el consulado en Turquía ha vuelto a trasladar la presión sobre Sánchez después de que Alemania anunciara la paralización de la venta de armas a Arabia Saudí. No obstante, la UE busca una respuesta común ya que ninguno de los veintiocho ha secundado a Angela Merkel, aunque el Parlamento Europeo sí reclama un embargo común. El debate se produce en plena precampaña en Andalucía, donde los contratos comerciales con Arabia Saudí tienen una especial incidencia.

“El Gobierno ha respondido situándose del lado de la ONU y la UE”, ha dicho Sánchez sobre la posición de España ante el asesinato del periodista Jamal Kashoggi: “Nuestra posición es clara: investigación para esclarecer los hechos y que actúe la justicia para que caiga todo el peso de la ley sobre los responsables de este terrible crimen”.

Sánchez ha reconocido “la gravedad de estos hechos que son terribles no pueden impedir que actuemos con responsabilidad”. “La exportación de armamento es un ejemplo de la complejidad de la política y de la dificultad de llevar adelante ideas sin tener en cuenta la necesidad de los acuerdos y de entender la gestión de la vida pública”, ha afirmado.

El mandatario socialista ha asegurado que los contratos objeto de discordia vienen del pasado, de la época de Mariano Rajoy. No obstante, el Gobierno los defendió al asegurar que las bombas no se iban a utilizar para matar yemeníes. “Les pido que tengamos en cuenta el peso de las relaciones internacionales construidas durante décadas con países con los que tenemos relaciones estratégicas en el terreno económico comercial”, ha dicho incluyendo el caso concreto de Arabia Saudí. No obstante, en su segunda intervención el presidente ha enfatizado que el actual Gobierno “no ha vendido” nuevas armas a Arabia Saudí: “No hay nada en trámite ni firmado”.

Sánchez anuncia más control, pero sin concretar

Sánchez, que ha defendido los “requisitos” de la autorización de venta de material militar “equiparables si no superiores” al del resto de países del entorno, se ha limitado a comprometerse a que su Gobierno mejore los mecanismos de control y transparencia en la venta de armamento y ha prometido que su propuesta situará a España “a la cabeza” en esas herramientas.

Consciente de la dificultad del asunto y de las críticas que genera en la izquierda española la venta de armamento a países como Arabia Saudí, Sánchez ha mandado un mensaje a sus aliados de Unidos Podemos, que le reclaman el cese de la venta. “¿Alguien duda de los principios de los alcaldes progresistas de la Bahía de Cádiz con el antimilitarismo y la defensa paz mundial?”, se ha preguntado en una referencia velada, por ejemplo, al regidor de Cádiz: “Tienen una prioridad inmediata no buscada que son los trabajadores de Navantia y sus familiares y yo lo entiendo”.

El presidente se ha escudado en la complejidad de gobernar y “conjugar los intereses en conflicto” –que en este caso son los éticos por la vulneración de derechos humanos en Arabia Saudí y los comerciales de España–: “Debo conciliar intereses desde una perspectiva que otros no tienen por la posición que no ostentan”, ha expresado Sánchez, que cree que quienes no tienen la responsabilidad de tomar decisiones miran “en corto” y crean “conflictos artificiales”.

La portavoz socialista ha enfatizado el mensaje de Sánchez frente a las críticas por mantener la venta de bombas a Arabia Saudí cuya puesta en cuestión amenazó el contrato con Navantia para la construcción de cinco corbetas por un valor de 2.000 millones de euros y que permiten 6.000 empleos en la bahía de Cádiz: “Se le puede pedir al Gobierno que defienda los derechos humanos en todo el mundo pero sobre todo debemos pedirle que defienda el interés general de España, que no es otro que el de los trabajadores”, ha expresado Adriana Lastra.

Sánchez también se ha escudado en el corto tiempo que lleva en Moncloa y ha deslizado que potenciar otros sectores productivos en España permitiría no ser tan dependientes de la venta de armamento a terceros. Por eso ha reclamado “la necesidad de construir grandes acuerdos en materia internacional”.

Sánchez, a Casado y Rivera: “No tienen escrúpulos”

PP y Ciudadanos están de acuerdo con la posición del PSOE respecto a la venta de armas, como quedó reflejado en la Comisión de Defensa este martes. No obstante, Pablo Casado y Albert Rivera han aprovechado la presencia del presidente en el Congreso para atacarle con temas diversos.

El líder del PP le ha reprochado que advierta de los riesgos del Brexit a los independentistas mientras se apoya en ellos para gobernar e incluso le ha acusado de ser “partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España”.

“Hay cosas que no son aceptables. No es algo aceptable hacerme participe y responsable del golpe de estado en Catalunya”, le ha respondido Sánchez, que le ha pedido que retirara esa frase en su segunda intervención. “Si mantiene esas palabras, usted y yo no tenemos nada más de lo que hablar”, ha expresado Sánchez a continuación, dando por rota su relación con Casado -prácticamente inexistente desde la única reunión que mantuvieron a principios de agosto-.

Rivera ha hecho un discurso prácticamente calcado al del PP y también ha aireado las vulneraciones de derechos humanos en Cuba y Venezuela. “Ustedes son políticos sin escrúpulos –les ha espetado Sánchez– porque están utilizando para consumo doméstico el sufrimiento y el dolor del pueblo venezolano”. En el caso del viaje a La Habana que Rivera le ha recriminado a Sánchez, el presidente le ha recordado que han viajado ya tres papas. “Le he preguntado qué va a hacer en Cuba –ha contestado Rivera–. Ya sé que usted se cree el papa, un líder mesiánico”.

El PNV se ha mostrado comprensivo con la posición de Sánchez y le ha emplazado a encontrar una solución a nivel europeo, aunque le apoyaría si optara por frenar la venta de armas en solitario. “Arabia Saudí es como el doctor Jekyll y míster Hyde, en el sentido de que dependemos mucho de ellos”, ha admitido el portavoz, Aitor Esteban.

Los socios de Sánchez le reprochan la venta de armas

Por el contrario, los aliados parlamentarios del Gobierno han sido beligerantes con la posición de Sánchez respecto a Arabia Saudí. Pablo Iglesias ha afeado que España siga vendiendo armas al reino absolutista: “No ha estado a la altura del espíritu de la moción de censura”, le ha dicho el líder de Podemos a Sánchez en su primera discrepancia tras el acuerdo presupuestario y le ha animado a ignorar las “presiones”.

También el portavoz de ERC, Joan Tardà, ha sido duro en su intervención: “Usted es el responsable último del uso de las bombas”, ha advertido a Sánchez sobre las 400 bombas de precisión que finalmente el Gobierno autorizó. “Esto es una ilegalidad”, ha rematado. El PDeCAT ha reclamado al Gobierno que se “aleje del agujero negro de Arabia Saudí”.

Compromís ha pedido a Sánchez que plantee alternativas a Navantia para que los empleos no dependan de la venta de armamento a Arabia Saudí y ha pedido al Gobierno que paralice la venta de armas “si existe riesgo como es este caso para masacrar a la población”. La diputada de Coalición Canarias, Ana Oramas, ha tachado de “cobarde” al Gobierno por haberse limitado a enviar una “nota de prensa” tras el asesinato de Kashoggi por parte de un régimen que “masacra” a la población.

En su réplica, Sánchez ha insistido en su tesis de que tiene que cumplir los compromisos adquiridos y conservar los puestos de empleo que España consigue gracias a las relaciones comerciales de distinta índole con Arabia Saudí: “Tenemos que ser conscientes de que nuestra relación con Arabia Saudí no se circunscribe solo a la venta de armamento sino a múltiples ámbitos intereses empresariales y comerciales que crean empleo en España”. “Tenemos que combinar ese respeto que tiene el Gobierno respecto al multilateralismo, la defensa de la paz y de los derechos humanos con el cumplimiento de contratos”, ha subrayado.

A lo que sí ha emplazado al resto de formaciones políticas es a plantear alternativas para la industria armamentística española, pero ha dejado claro que se trataría de un cambio a largo plazo: “Estamos dispuestos a hablar sobre la necesidad de reorientar la industria armamentística de nuestro país, pero esto no podemos hacerlo en dos días ni en tres ni en cuatro. Démonos plazos. Les puedo garantizar que el Gobierno está abierto a sus sugerencias”, ha expresado.

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