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Rivera reaparece para dar clases de liderazgo en pleno abordaje del PP a Ciudadanos

Carmen Moraga

18 de marzo de 2021 22:28 h

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Albert Rivera vuelve a dar señales de vida después de varias semanas desaparecido. Pero no lo ha hecho precisamente para terciar en la grave crisis en la que está inmersa la formación que dirigió durante 13 años, sino que ha sido para confirmar en un escueto comentario en su cuenta de Twitter que a partir de ahora dirigirá el nuevo Instituto de Liderazgo y Formación Política en el Centro de Enseñanza Superior Cardenal Cisneros, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, y dependiente de la Comunidad de Madrid. “Estoy muy ilusionado de sumarme al patronato del Cardenal Cisneros para dirigir un proyecto pionero en España: el instituto de liderazgo y formación política”.

Rivera pasa a formar parte del patronato de dicho centro, a propuesta de su dirección, una decisión que, según informa Europa Press, fue ratificada por el anterior consejero de Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid, Eduardo Sicilia, destituido el pasado día 10 de marzo junto con el vicepresidente, Ignacio Aguado, y el resto de consejeros de Ciudadanos. Desde ese día el patronato lo dirige, sin embargo, un hombre de Isabel Díaz Ayuso, Enrique Ossorio, que ha asumido Educación, Ciencia, Cultura, Turismo, y Juventud y es, además, portavoz del Gobierno autonómico. Los estudios, que tendrán categoría de postgrado, incluirán asignaturas como filosofía política, economía o derecho, pero también otros asuntos como oratoria, protocolo o comunicación.

Rivera abrió hace meses un canal de Telegram, que cuenta ya con más de cuatro mil seguidores, llamado “Líderes por el cambio” y en el que ha estado impulsando conferencias y charlas online –dado que la pandemia le impedía hacerlo de manera presencial–, con objeto de animar a los “emprendedores” a compartir sus experiencias e ideas. El lanzamiento de este proyecto tuvo lugar el pasado mes de mayo y también lo anunció en Twitter. Aquellos actos fueron organizados en la red por la consultora Thinking Heads.

Durante varios meses Rivera ha tenido entretenidos a sus seguidores invitándoles a seguir otras charlas. En la última de ellas, a finales de noviembre del año pasado, Rivera montó un nuevo seminario sobre liderazgo y comunicación en el que contó con expertos en esas materias y en el que participaron, entre otros, su antiguo secretario de Comunicación, Fernando de Páramo, y el exministro de Justicia y exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.

Desde esa fecha ha mantenido el canal de Telegram sin actividad, aunque a él se siguen uniendo simpatizantes que no pueden mandar mensajes ya que es un foro unidireccional. Poco antes, estos simpatizantes fueron invitados por el exlíder de Ciudadanos a seguir por streaming la presentación de su libro 'Un ciudadano libre' y les que animó a comprarlo para conocer sus opiniones. En ese acto deslizó los primeros reproches a su sucesora por su giro estratégico.

Desde que Arrimadas fue designada presidenta del partido, hace ahora un año –Asamblea telemática en la que participó con un vídeo de compromiso–, Rivera ha estado muy activo en las redes, arremetiendo contra Sánchez, pero sin lanzar ni un solo mensaje de apoyo a la que fue su compañera durante tantos años y a la que le dio el testigo del partido. Lo que sí ha hecho en más de una ocasión es manifestar su descontento con las medidas que ha adoptado.

En uno de esos actos públicos para promocionar su libro, después de levantarse el confinamiento, sentenció, justo cuando Arrimadas se había mostrado dispuesta a negociar los Presupuestos Generales del Estado: “Saben que yo no aguanto ni un minuto cosas en las que no creo y cuando veo lo que pasa (…) menos mal que dimití, porque si tengo que aguantar todo esto tengo que ir escoltado frente a mis votantes”. Según dijo, “la dignidad cuando la pierdes ya no se recupera”. Ante el revuelo organizado desmintió que esas andanadas fuera contra Arrimadas y ella no quiso tensar la cuerda y afirmo que “no se había dado por aludida”.

Su silencio a lo largo de estas últimas semanas ha inquietado a los suyos. Sobre todo, por el hecho de que ni siquiera desmintiera la información publicada a mitad del mes de marzo por el diario La Razón en la que se aseguraba que estaba maniobrando en Génova para captar dirigentes de Ciudadanos para el PP. “El ex presidente de Ciudadanos interviene en la crisis naranja y llama a cargos del partido para incitarles a forzar la salida de Arrimadas, en línea con la estrategia del PP”, aseguraba el periódico. Y relacionaba estas maniobras con el hecho de que el bufete de Rivera, Martínez-Echevarría, había sido encargado de presentarse varios recursos del PP ante el Tribunal Constitucional.

Justo cuando Arrimadas vive sus peores horas tras el batacazo del partido en las elecciones catalanas y la malograda moción de censura en Murcia contra el Gobierno, en Ciudadanos se suceden las deserciones. El golpe más duro ha sido ver cómo el lugarteniente de Rivera, y antaño todopoderosos secretario de Organización del partido, Fran Hervías, se fugaba al PP provocando tras de sí una cascada de dimisiones y de abandonos de militancia de importantes cargos públicos: dos senadores –Ruth Goñi y Emilio Argüeso–; dos diputados nacionales –Pablo Cambronero y Marta Martín– y otros tres de la Asamblea de Madrid - Marta Marbán, Sergio Brabezo y Enrique Martínez Cantero. A la lista hay que sumar el portazo dado por el hasta esta semana coordinador de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, Toni Cantó. Un goteo incesante de abandonos que la dirección de Ciudadanos atribuye a una operación orquestada por el PP con ayuda de Hervías.

Dado que el responsable de Organización era un dirigente de los más cercanos a Rivera, hay quien sigue sospechando que detrás de esta operación también está el propio Rivera. Pero varios dirigentes de la nueva dirección, entre ellos el nuevo candidato a las elecciones en la Comunidad de Madrid, Edmundo Bal, insisten con vehemencia en que “Albert no está en eso” y aseguran que el ex líder del partido está “muy feliz con su trabajo de abogado y ahora, con este nuevo proyecto en el Instituto Cardenal Cisneros”. Pero el silencio que Rivera guarda en las redes inquieta y mucho.