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La pseudociencia entra en el Congreso de México con la forma de dos falsos alienígenas

El Rastreador

13 de septiembre de 2023 20:46 h

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Las certezas científicas siempre son provisionales, pero si algo sabemos es que todo hallazgo o avance debe ser evaluado –y evaluable– de manera independiente para poder darlo por cierto. Son paneles de expertos independientes los que avalan los descubrimientos. Esos hallazgos se publican en revistas tras superar rigurosos filtros. Nada de eso ha ocurrido en el Congreso de México este martes. La insólita exhibición de dos falsos cuerpos alienígenas ha recordado al número de esos charlatanes ambulantes que vendían crecepelo y bálsamos mágicos de pueblo en pueblo.

Jaime Maussan, un falso experto en vida extraterrestre –que ya fue cazado en el pasado inventando descubrimientos de hombrecillos verdes– ha llevado a la sede de las soberanía popular mexicana lo que, en palabras del paleoantropólogo Miguel Botella, citado por El Mundo, son sin duda simples muñecos: “Pongo la mano en el fuego de que lo de hoy es mentira”.

Como en la serie Expediente X, siempre habrá alguien tentado de querer creer, y pedirá al menos el beneficio de la duda. No cabe duda de la falsedad en este caso. Y no cabe duda, porque estos falsos expertos conocen perfectamente los canales para avalar un hallazgo científico: trabajo de campo, análisis, paper, evaluación por pares y publicación reglada. Nada de eso se ha hecho en esta ocasión. ¿Por qué? Porque todo es falso.

Se citó en el evento unas supuestas comprobaciones por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sorprende que no hayan llegado esas conclusiones escritas a Science, Nature o cualquier otra publicación avalada. Sus autores se harían mundialmente famosos en el acto. Recibirían sin duda el Nobel. No es descartable un inminente desmentido de la UNAM

La pantomima del Congreso mexicano llega en vísperas de que la NASA publique un informe sobre “los posibles datos que podrían recogerse en el futuro para arrojar luz sobre la naturaleza y el origen de los FANI” (los Fenómenos Anómalos No Identificados, la nueva denominación de los ovnis de toda la vida).

La NASA define los FANI como observaciones de sucesos en el cielo que no pueden identificarse como aeronaves o fenómenos naturales conocidos desde una perspectiva científica. En los últimos meses la NASA ya viene advirtiendo de que carece de pruebas concluyentes sobre el carácter extraterrestre de esos objetos.

El pasado mes de julio, tres militares retirados que comparecieron ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, afirmaron haber presenciado FANI. El testimonio de David Grusch, un exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, fue el que más llamó la atención. Dijo que las autoridades poseen naves de origen extraterrestre y restos de sus ocupantes “no humanos”, pero se negó a ofrecer detalles concretos.

El espacio aéreo de EEUU es objeto de especial escrutinio ante la llegada de drones y otro tipo de artefactos no tripulados provenientes de potencias extranjeras. Esa misma preocupación es la que ha movido al Congreso mexicano a organizar unas sesiones que han acabado convirtiéndose en un show televisado en directo.

Sin embargo, el pasado mes de febrero varios “objetos no identificados” fueron abatidos por el Departamento de Defensa de EEUU. Al menos uno de ellos fue señalado como un supuesto globo espía chino. “No hay indicación de aliens o actividad extraterrestre con estos derribos recientes”, dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karines Jean-Pierre, quien añadió: “Me encanta la película ET, pero lo voy a dejar ahí”.

Las certezas científicas siempre son provisionales, pero si algo sabemos es que todo hallazgo o avance debe ser evaluado –y evaluable– de manera independiente para poder darlo por cierto. Son paneles de expertos independientes los que avalan los descubrimientos. Esos hallazgos se publican en revistas tras superar rigurosos filtros. Nada de eso ha ocurrido en el Congreso de México este martes. La insólita exhibición de dos falsos cuerpos alienígenas ha recordado al número de esos charlatanes ambulantes que vendían crecepelo y bálsamos mágicos de pueblo en pueblo.

Jaime Maussan, un falso experto en vida extraterrestre –que ya fue cazado en el pasado inventando descubrimientos de hombrecillos verdes– ha llevado a la sede de las soberanía popular mexicana lo que, en palabras del paleoantropólogo Miguel Botella, citado por El Mundo, son sin duda simples muñecos: “Pongo la mano en el fuego de que lo de hoy es mentira”.