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Sanidad da por superada la emergencia por la COVID e insta a las comunidades a reconstruir la Atención Primaria

Marta Fernández / Europa Press

Sofía Pérez Mendoza

28 de septiembre de 2021 21:59 h

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Más allá de lo que constatan los datos diarios, España empieza a hacer gestos que demuestran que el país está saliendo de la pandemia de manera definitiva. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, reúne presencialmente esta semana a todos los consejeros de salud de las comunidades autónomas. Les ha convocado a dos días de encuentro en Canarias con el objetivo de arrancar la reconstrucción del sistema sanitario. Las autoridades quieren comenzar por la base: la Atención Primaria, el eslabón más arrasado en el último año y medio. Dos congresos médicos, uno en Zaragoza y otro en Palma, exploran también en estos días, con conferencias y mesas redondas, el día después para el sistema público.

Los profesionales de Atención Primaria están “agotados”, “en una situación agónica”, “desmovilizados”, “arreactivos”. Lo dicen varios médicos y médicas con los que ha hablado elDiario.es sobre sus expectativas del encuentro entre Sanidad y las comunidades autónomas, del que previsiblemente saldrá una foto de unidad entre autoridades en el fin de la pandemia. “No podemos seguir diciendo que somos la puerta de entrada al sistema, que qué bien funcionamos, que es lo mejor que tenemos, porque nos morimos. En algún momento tenemos que tocar fondo para resurgir y estamos próximas a llegar a ese punto”, señala Rosa Magallón, médica de familia en Zaragoza y presidenta de la Red Española de Atención Primaria.

Junto a otros facultativos, Magallón ha impulsado un manifiesto para “salvar” el servicio público que se presta en los centros de salud. El documento certifica que el “exceso de actividad en la pandemia” ha exacerbado “problemas antiguos”. La pandemia ha agudizado dificultades arrastradas desde hace más de una década, como la infradotación de recursos, pero también ha creado nuevos temores. Por ejemplo, que la actividad interpuesta (citas telefónicas, telemedicina, correo electrónico...) se imponga a la presencial y eso “tenga consecuencias nefastas para la población más pobre y de más edad”, advierten los profesionales en el manifiesto. “Por no hablar de la demora diagnóstica y especializada que se ha producido en este año y medio”, añade la médica.

En el sector están molestos con los gobiernos de las comunidades autónomas, a cuyo cargo están los sistemas de salud, pero también con el Gobierno de España. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia no incluye ninguna inversión concreta para Atención Primaria, pese a que una de las líneas estratégicas es “fortalecer la Atención Primaria y Comunitaria”.

España se ha enfrentado a la pandemia con los centros de salud en el chasis. El mismo Plan de Recuperación lo subraya. “Incluso antes de la pandemia de COVID-19, el sistema ya presentaba debilidades importantes. Muchas de ellas han sido también puestas de manifiesto en los informes exhaustivos de país emitidos por la Comisión Europea en el marco del semestre europeo, [...] como la recomendación de reforzar la Atención Primaria”.



Las partidas que gastan las comunidades en los centros de salud no se recuperaron hasta 2019 desde la crisis de 2008, 11 años después, según las últimas cuentas consolidadas del Sistema Nacional de Salud. Aquel año el gasto real fue de 9.874 millones de euros frente a los 9.317 de 2009, apenas un 15% del total invertido en sanidad por las autonomías. Andalucía y Madrid están a la cola de gasto por habitante; Euskadi, a la cabeza. La estadística más reciente sobre salud de la OCDE, con datos de 2017, confirma que el gasto sanitario per cápita en España (2.371 euros) es un 15% inferior a la media de la Unión Europea (2.884 euros).



El presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Antonio Fernández, pide “presupuesto suficiente, articular medios y recursos humanos, técnicos y tecnológicos suficientes para mantener el sistema”. “Si queremos otra cosa decidamos, pero no sigamos engañando a la gente”, manifiesta este médico de familia con 40 años de experiencia en un pueblo de Toledo.

Fernández y Magallón coinciden en que la pandemia ha puesto en evidencia más que nunca la “precariedad” de la Atención Primaria. “Pero el coronavirus también ha demostrado que nos han abandonado porque se ha preferido poner en marcha medidas llamativas como montar grandes 'ifemas' en lugar de reforzar. No teníamos líneas telefónicas disponibles, pero sí grandes carpas delante de los hospitales”, critica la médica zaragozana.

“Por perder hemos perdido hasta la imagen que teníamos de cara a la sociedad. Parecía que no estábamos involucrados o incluso se llegó a decir que estábamos cerrados. Eso es injusto. La Atención Primaria ha dado la cara y ha parado el 90% de toda la pandemia. Ha evitado que se colapsaran los hospitales”, reivindica el presidente de SEMG, que lamenta la “descapitalización del sistema”. Cuenta que es el único médico de su centro de salud (en Gálvez) desde el inicio del verano.

Las sociedades médicas advierten de que es la última oportunidad para poner recursos en los centros de salud. “En los próximos años se van a jubilar muchos compañeros y compañeras. No hay recambio”, indica Lourdes Martínez, médica de familia en el Ensanche de Vallecas (Madrid) y una de las ponentes de la primera mesa redonda del Congreso de SEMERGEN que empieza este miércoles. El título es: La Atención Primaria en Reconstrucción. El personal de los centros de salud tienen otra cita esta semana en Palma (Mallorca) con el XLI Congreso de SEMFYC. Allí se hablará, entre otras cosas, de “salud comunitaria en tiempos de COVID-19”.

El Foro de Médicos de Atención Primaria cifró en 2018 el déficit de medicina de familia en 2.700 puestos. La falta de planificación, los recortes y las malas condiciones de trabajo han ido mermando las plantillas. Pero no solo es un problema de falta de personal. “Tenemos que recuperar la esencia de la AP: el conocimiento del paciente, el tiempo para la atención a sus problemas crónicos, recuperar la siempre vapuleada atención comunitaria, la educación para los autocuidados... recuperando poco a poco la presencialidad. Solo viendo y tocando se puede diagnosticar”, demanda Magallón. Martínez lo comparte. “Le dedicamos mucho tiempo a la consulta demanda. Esa hay que hacerla, pero lo otro –la prevención, las reuniones con pacientes y la educación para la salud– no se está pudiendo. No solo tratamos la enfermedad”.

Las estrecheces de la pandemia han agudizado, agregan varias de las médicas consultadas, la “visión hospitalcentrista”. “Incluso por los ciudadanos”, subraya Martínez. “Todo el gasto va a los hospitales. Hay tratamientos buenísimos y carísimos en el hospital, pero la mayoría de gente no necesita eso. Aspiramos a un cambio estructural. España no es la misma que en los años 70 cuando se diseñó este modelo: tenemos pacientes más mayores, una población más envejecida y tecnologías que agilizarían las pruebas y los diagnósticos a las que no tenemos acceso”, remata.

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