La ciudad de Alicante tiene mucho que ofrecer. Sol, playa, una oferta gastronómica abundante y de calidad, y eventos culturales. Si estás por el municipio, no dudes en perderte por su paseo marítimo, conocido como la Explanada de España. Se trata de una de las zonas más populares de la ciudad, por lo que siempre tiene mucho ambiente. Otra parada obligatoria es el Castillo de Santa Bárbara, ubicado sobre el Monte Benacantil. Tiene unas vistas espectaculares de la bahía de la ciudad.
Pero las posibilidades de ocio en Alicante van más allá de las fronteras de la capital, ya que está rodeada de parajes naturales y localidades llamativas e interesantes. Si visitas Alicante este verano, no dudes en dedicar tiempo a conocer sus alrededores; y si eres residente lánzate a explorar gran parte de la provincia a menos de una hora de casa.
Agres
A tan solo una hora en coche si vas por la A-7, este pueblo del interior de la provincia alicantina tiene mucho que ofrecer. Se vertebra entre el Parque Natural de la Sierra de Mariola y la Sierra de Agullent, lo que lo convierte en un encantador pueblo de montaña. Con una altitud de 722 metros sobre el nivel del mar y una población de alrededor de 650 habitantes, Agres es un lugar lleno de historia, cultura y belleza natural.
Es una población con una historia de raíces profundas. En los yacimientos arqueológicos de la Cueva Beneitó, la Solana, Carbonell, la Coveta El emparetano, la cueva del Moro, la cueva los Pilares, la Muela de Agres, el Pico del Águila, el Cabezo de Mariola y la Covalta, se han descubierto restos del hombre paleolítico, de 40.000 a 30.000 años antes de Cristo y del Neolítico, 500 años antes de Cristo.
La presencia romana en la zona también ha dejado su huella, con el yacimiento arqueológico del Cabezo de Mariola como ejemplo de la romanización de la región. Monedas y cerámicas romanas datadas en el siglo I atestiguan la influencia romana en Agres con la existencia de una villa en la zona baja de la Valleta.
Con la llegada de los árabes, se estableció una pequeña alquería bajo la protección de un castillo y varias torres vigías. Sin embargo, en 1245, el rey Jaime I el Conquistador conquistó el sur del Júcar, entregándolo a pobladores cristianos en 1248. Finalmente, en 1256, Agres recibió su Carta Puebla como nueva villa cristiana del reino de Valencia.
Durante siglos, Agres estuvo bajo diferentes señoríos, como el Conde de Cocentaina y la familia Calatayud. En el siglo XVIII, perteneció al Conde Cirat, siendo una de las 45 villas de señorío del reino de Valencia. Con la supresión de los señoríos en el siglo XIX, Agres se convirtió en un municipio independiente.
Hoy en día, Agres es un pueblo cuya gente mantienen la agricultura y ganadería como principal economía. Pero también con unas costumbres y cultura que se mantienen y transmiten de padres a hijos.
Denia
Si lo que quieres es seguir disfrutando de playa, pero fuera de Alicante, Denia es tu mejor baza. Al norte se encuentra la playa de Les Marines, la más extensa, mayoritariamente de arena y una de las zonas más demandadas por los turistas y visitantes para un buen baño en el Mediterráneo.
Pero también tiene una gran oferta cultural. Te proponemos empezar la visita a Dénia por la mañana y desde lo alto. En el corazón de la ciudad y sobre una pequeña colina se ubica el castillo, edificio emblemático que alberga un legado con muchos años de historia. Adicionalmente, la fortaleza ofrece impresionantes vistas panorámicas desde cualquiera de sus muchos miradores, no olvides detenerte y disfrutar de ellas.
Los alrededores del castillo invitan a dar un paseo relajado a través de las populares calles de origen medieval del Barrio Les Roques. Rodea las murallas y sorpréndete con el túnel peatonal que cruza el castillo por debajo, refugio antiaéreo durante la guerra civil española. Puedes continuar adentrándote en el centro histórico, en él puedes contemplar edificios señoriales del siglo XIX y si sigues por la animada calle principal Marqués de Campo, te dirigirá hacia el puerto.
Villajoyosa
Otro municipio costero caracterizado por su patrimonio. Este año ha sido elegido como el mejor destino “secreto” de Europa. Se trata de un lugar alejado de los grandes flujos de gente, una auténtica joya con 15 kilómetros de litoral. La localidad alberga 13 playas y calas naturales que destacan por su excelente estado de conservación y la calidad de sus aguas.
Destacan playas como Cala Fonda, un espacio reducido y de difícil acceso, pero cargado de encanto. Rodeada de acantilados esta cala está situada al norte de La Vila Joiosa. La caminata para llegar hasta la cala valdrá la pena, ya que cuenta con un bello paisaje de grandes vegetaciones, perfecta para explorar. Su superficie es rocosa, por lo que recuerda llevar calzado adecuado para el baño.
En materia de patrimonio cultural, el Barrio del Poble Nou es una parada indiscutible. Aunque ya existía con anterioridad, esta zona de La Vila Joiosa floreció a mediados del s.XIX con la construcción de un puente que la conecta con el resto de áreas del municipio. El barrio se articula en torno a la pequeña Plaza de la Luz, donde se celebra anualmente el tradicional concurso de Pebrereta con la llegada del verano el primer viernes de junio. Este concurso es toda una cita gastronómica que concentra a centenares de vecinos.
Alcalá del Júcar
Para llegar a este pintoresco municipio hay que viajar hasta la comunidad de Castilla-La Mancha, en la provincia de Albacete. Descansar por la zona después de una ruta de senderismo, la ruta del agua o de visitar los monumentos históricos de la zona puede ser la forma perfecta de completar una escapada rural.
Se trata de una localidad que cobra vida de noche, con sus viviendas encaladas cobrando vida a la luz de la luna. La iluminación es preciosa, y un paseo por el pueblo y el río antes de ir a cenar o después es un buen plan para disfrutar de la tranquilidad de las calles.
Elche
La ciudad de los palmerales, un paraíso cargado de historia. A tan solo media hora en coche desde Alicante puedes disfrutar de este municipio. Industrial y turística, moderna y celosa de sus tradiciones, con el mar al lado y las palmeras impregnando cada uno de sus rincones, la vida en Elche es agradable y laboriosa. Por su ubicación, en pleno arco del Mediterráneo, ha sido destino de distintos pueblos que fueron dejando sobre su suelo un importante legado del que hoy disfrutamos.
Un verdadero mar de palmeras integrado en la ciudad, que conforma un paisaje único en Europa: esa es la primera e irrepetible sensación que se experimenta al llegar. Este equilibrio se ha mantenido durante siglos gracias al tesón de los ilicitanos, lo que ha permitido que cuente con un patrimonio natural y cultural de primera magnitud. Prueba de ello es el entorno del Camp d'Elx, que rodea la urbe, todo un ejemplo de conservación de un modo de vida muy singular.