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La guerra fría de Podem Catalunya

Fachin en un mítin de Barcelona en Comú durante las pasadas municipales

Arturo Puente

“¿Guerra? No sé si tanto. Dicen que guerra fría, ¿no?”. La expresión que esta semana empleaba un cargo de Podem para quitarle importancia a la disputa interna describe con precisión el estado de las cosas en las izquierdas catalanas y, más en concreto, en Podem Catalunya. Guerra, pero fría. Pese a la sensación que podría dar la publicación actual de reproches hechos hace meses, la relación entre Colau e Iglesias no pasa por mal momento, según afirman. Pero son dos potencias cuyos proyectos políticos para Catalunya divergen y, antes o después, parecen condenados a chocar. Si bien no de forma abierta, la tensión entre esos dos puntos de vista ya se está dando en la batalla por el control del territorio en disputa en el que se ha convertido Podem.

Podem Catalunya ha tenido una incidencia discreta en la escena política catalana hasta ahora. Su participación electoral ha consistido en una treintena de confluencias municipalistas en las elecciones municipales, en la candidatura junto a ICV y EUiA al Parlament y en la victoriosa En Comú Podem para las generales. Dos victorias rotundas cuando han concurrido bajo el paraguas de Colau y un fracaso cuando no ha sido así. Pero la apuesta de Ada Colau por convertir su movimiento en un partido catalán ha convertido la formación morada en una pieza clave.

“Somos la candidatura más votada en la ciudad más grande y en el pueblo más pequeño de Catalunya”, repetía este miércoles en TV3 Xavier Domènech, diputado de En Comú Podem en el Congreso. Con esta imagen contundente Domènech alude al potencial de la fórmula que le convirtió en el cabeza de lista más votado en las pasadas elecciones. De la necesidad de canalizar ese potencial surge la idea de convertir las diversas candidaturas de confluencia en una estructura permanente –un partido, empleando un lenguaje que la formación tiene casi vetado–, de ámbito catalán.

Hasta este punto, el de construir una organización de confluencia de ámbito catalán y con vocación de permanencia como proponen los comunes, los planes son compartidos por todos los llamados a confluir. Otra cosa es cuando se avanza más allá y se entra en la estructura que debe tener la organización. ICV se decanta por que el nuevo partido catalán respete su identidad y sus estructuras, para lo que proponen una “cooperativa política”, algo que a falta de definir en profundidad se asemejaría a una federación. Es una idea similar a la que propone Podemos. Mientras, para En Comú la idea es tender a una disolución progresiva de las siglas para acabar formando un sujeto unitario.

La importancia de Podem para En Comú

Y Podem, ¿de qué lado está? Este es uno de los principales puntos a dirimir en las primarias, una cita para la que la formación todavía no ha fijado fecha pero en la que ya se prevén dos candidaturas contrarias: la de Albano-Dante Fachin y la de Raimundo Viejo. Los primeros aseguran estar dispuestos a “llegar hasta donde haya que llegar” para hacer que la confluencia de En Comú llegue a buen puerto. ¿Disolución del partido incluida? “No consideramos que se necesite llegar hasta eso”, explica un colaborador de Fachin.

Los de Viejo también están por la confluencia, pero pisan el freno del proceso intentando bajar la velocidad que han tomado las cosas. “El modelo de Barcelona en Comú es bueno para Barcelona, pero no es trasplantable al conjunto de Catalunya”, aseguraban desde la candidatura la semana pasada, poco antes de presentar su manifiesto en el que extendían la mano a los de Fachin para una candidatura unitaria. “El consenso”, replicó Fachin en una carta a la militancia con la que rechazó la propuesta de unidad de Viejo, “no se consigue evadiendo los debates”.

Atravesando ambas posturas sobre la confluencia hay un debate sobre la relación que debe tener Podem Catalunya con Podemos estatal. Las dos candidaturas hablan de la necesidad de autonomía de Podem, pero unos inciden en la autonomía respecto de En Comú mientras los otros lo hacen respecto de Podemos. La candidatura de Fachin no oculta su molestia con el bloqueo de las primarias de Podem por parte de la dirección estatal de Podemos, a quienes acusan de haberlo hecho sin pensar en los intereses de la formación catalana.

El resultado de la partida interna en Podem tendrá un efecto importante en los equilibrios internos a la hora de negociar el partido de confluencia de las izquierdas catalanas. Para los de Colau, no es lo mismo que todos los partidos se sitúen en frente, reticentes a la disolución, que contar con la aceptación de Podem. Y no solo en el escenario catalán. También en la negociación con la dirección de Podemos, con quienes hasta ahora se han negociado directamente todas las candidaturas, la posición en la que se sitúe Podem puede decantar la balanza.

Calma hasta mayo

Por encima de las diferencias de planteamiento entre las diferentes tendencias, todas ellas se afanan en transmitir una imagen de unidad de acción de cara al exterior. Igual que ocurre en el escenario estatal, en Catalunya todas las fuerzas están dirigidas a un fin común. “El objetivo de Podemos es ganar”, aseguran desde la candidatura de Fachin. Ellos aseguran que no desean perjudicar al partido a nivel estatal y ratifican su compromiso total con la estrategia que está llevando a cabo su formación en la búsqueda de pactos para la investidura española.

Pese a reclamar la celebración de primarias, una reivindicación que está extendida en varios círculos, son comprensivos con el hecho de que se pospongan hasta que el escenario en el Congreso tenga un desenlace, sin descartar volver a elecciones. Según este calendario, las primarias de Podem podrían no llegar hasta finales de mayo. Mientras tanto la candidatura continuará tratando de articular los círculos, tarea en la que vienen trabajando desde hace meses. Consideran que su incidencia en las bases es el mejor vehículo no solo para ganar las primarias sino para robustecer la organización.

En la otra parte, la candidatura oficialista está menos cocinada. Aunque muchos dan por hecho que será Viejo quien la encabece y él no lo rechaza, este punto no está tan claro. Viejo cuenta con el apoyo de la dirección madrileña, pero podría acabar dando el relevo a otra persona más en contacto con la organización catalana. Por eso todas las miradas están puestas en Jessica Albiach, la única diputada en el Parlament de los cuatro de Podem que no ha respaldado publicamente la candidatura de Fachin.

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