El dulce típico de Semana Santa que se come en Andalucía y Extremadura pero es poco conocido en el resto de España

La Semana Santa en España es una de las festividades más arraigadas y no solo por sus procesiones y tradiciones, sino también por su riquísima gastronomía. En cada región, los dulces típicos de esta época del año cobran protagonismo con recetas que han ido evolucionando y adaptándose a versiones más contemporáneas e incluso saludables.
Mientras las torrijas, los pestiños o la leche frita son ampliamente conocidos en todo el país, hay otros postres menos populares fuera de sus regiones de origen. Es el caso del piñonate, una delicia tradicional de Andalucía y Extremadura que, a pesar de su exquisito sabor, sigue siendo un gran desconocido en el resto de España. Por ello, te explicamos cómo hacerlo en casa para que puedas disfrutarlo esta Semana Santa.
El piñonate, a pesar de no contar con la fama de otros dulces, sigue siendo un tesoro gastronómico de la Semana Santa andaluza y extremeña. Su mezcla de sabores y su origen ligado a la tradición lo convierten en un postre digno de ser disfrutado más allá de sus tierras de origen. Tal vez, en los próximos años, este bocado logre conquistar paladares en todo el país y se sume al repertorio de dulces imprescindibles de la Semana Santa. Hasta entonces, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía festiva del sur que todavía queda por descubrir.
Un dulce con raíces árabes
El nacimiento del piñonate se cree que se remonta a la época de Al-Ándalus. Su elaboración recuerda a la repostería morisca por su base de ingredientes como la miel, la canela y los frutos secos: todos ellos básicos en la gastronomía andalusí. Este dulce se prepara en distintas localidades de Andalucía y Extremadura, aunque dependiendo de la zona la receta puede presentar pequeñas variaciones.
En su versión más tradicional, el piñonate se elabora con una masa de harina, huevo y anís, que se fríe en pequeños trozos y luego se baña en una generosa capa de miel. A menudo y dependiendo del gusto de cada uno, se aromatiza con canela y cáscara de naranja o limón, lo que le da un toque tanto inconfundible como irresistible. En algunas zonas, se añaden piñones, de ahí su nombre, o almendras, para potenciar aún más su sabor.
Una tradición en Andalucía y Extremadura
Este manjar, aun por descubrir, es especialmente popular en la Sierra de Huelva y en algunas localidades de Sevilla y Cádiz, donde forma parte del repertorio de dulces que acompañan la Semana Santa. Y en Extremadura se encuentra sobre todo en la comarca de Las Hurdes y en algunas zonas de Badajoz. Aquí, en la comunidad extremeña, su consumo se mantiene gracias a la tradición familiar y a la labor de pastelerías que aún lo elaboran de manera artesanal.
A pesar de su antigüedad, este dulce no ha alcanzado la misma difusión que otros postres de esta época del año. En parte, esto se debe a que su producción suele ser casera o en pequeños obradores, lo que limita su expansión fuera de las regiones donde es tradicional.
La receta paso a paso

Para preparar unos deliciosos piñonates, necesitarás apuntar en la lista de la compra los siguientes ingredientes:
- 500 gramos de harina
- Tres huevos
- Una copa de anís
- Una cucharadita de canela en polvo
- 100 mililitros de aceite de oliva
- 250 gramos de miel
- La ralladura de un limón
- 100 gramos de piñones o almendras
- Aceite de oliva para freír
Aunque su elaboración requiere paciencia, el resultado merece la pena. Te explicamos cómo conseguirlo paso a paso:
- Comienza mezclando la harina con los huevos, el anís, la canela y la ralladura de limón en un bol grande. Cuando esté todo bien integrado, añade el aceite de oliva poco a poco mientras sigues amasando hasta obtener una masa homogénea.
- A continuación, elige una superficie donde trabajar la masa y espolvorea harina para que la mezcla no se pegue. Luego, amasa bien hasta que la masa quede elástica y manejable. Una vez lista, forma pequeños cilindros o bolitas con la masa y córtalos en trozos pequeños.
- Calienta abundante aceite en una sartén y, cuando esté bien caliente, fríe los trozos de masa hasta que estén dorados con cuidado de que no se quemen. A medida que los vayas sacando, escúrrelos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
- Mientras van reposando, derrite la miel en una cazuela a fuego lento y, si quieres, añade un poco más de anís para potenciar el sabor. Vierte la miel caliente sobre los trozos fritos y remueve bien para que se impregnen completamente.
- Como añadido para potenciar su sabor, puedes espolvorear piñones o almendras por encima si lo deseas.
- Finalmente, deja que el piñonate se enfríe y estará listo para disfrutarlo ya sea en Semana Santa o cuando más te apetezca.
Otros dulces típicos de la Semana Santa

Aunque el piñonate no es tan conocido en otros puntos del territorio, la Semana Santa ofrece una gran variedad de dulces clásicos que sí han logrado popularidad en todo el país. Algunos de los más destacados son:
- Torrijas: quizás el dulce más icónico de esta semana. Se elaboran remojando rebanadas de pan en leche aromatizada, pasándolas por huevo y friéndolas en aceite, para luego endulzarlas con miel o azúcar y canela.
- Pestiños: muy comunes también en Andalucía, los pestiños son una masa frita con matices de anís y naranja, cubierta de azúcar o miel.
- Leche frita: un postre cremoso elaborado con una base de leche, harina y azúcar, que se corta en porciones y se fríe tras ser rebozado en huevo y harina.
- Flores fritas: estas vistosas y crujientes piezas de repostería, típicas de Castilla-La Mancha y Extremadura, se elaboran con una masa ligera que se fríe en moldes de hierro con forma de flor. También son muy típicas en algunas zonas de Andalucía.
- Roscos fritos: presentes en muchas regiones, estos anillos de masa frita tienen un inconfundible aroma a limón y canela.
0