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Unidos Podemos endurece su discurso contra Puigdemont tras ver bloqueada la vía del diálogo

Pablo Iglesias y Carles Puigdemont, en abril de 2016.

Aitor Riveiro

“Queremos derrotar el proyecto de los independentistas, pero no por la fuerza”. La frase de Pablo Iglesias este jueves en el Congreso de los Diputados tras darse por bloqueada, de momento, la opción del diálogo entre los Gobierno de España y Catalunya marca la nueva estrategia comunicativa de Unidos Podemos en la cuestión catalana. Más allá fue Alberto Garzón. El líder de IU calificó de “grave error” el mensaje remitido por Carles Puigdemont a Mariano Rajoy. Este endurecimiento del tono, que se mantendrá en el tiempo, cuenta con el respaldo de En Comú y, explícitamente, de Ada Colau.

El fin del intercambio epistolar entre Gobierno y Govern ha sido analizado como “un cambio de escenario” por la dirección del grupo confederal, según explica uno de sus miembros a eldiario.es. Una “pantalla distinta” que permite a Podemos e IU modificar su discurso sobre Catalunya y, en concreto, sobre la independencia. Sin cambiar el fondo. Sin modificar su apuesta por un referéndum pactado y un amplio proceso constituyente. No en vano, Catalunya aportó en las últimas generales casi un millón de votos al “espacio del cambio”. Un espacio que, reconocen en Unidos Podemos, “no existe sin Catalunya”.

El giro argumental cuenta con el beneplácito de En Comú. La confluencia catalana ha marcado la estrategia del grupo confederal desde que el conflicto entre gobiernos se hizo más cruento. Tanto Podemos como IU tienen en Catalunya en Comú su referente en dicha región, por lo que buscan la coordinación en los mensajes. “Coordinación, que no sincronización”, como matiza un dirigente del grupo a eldiario.es.

Se trata de decir lo mismo en todas partes pero cuidando la gramática en función de la zona del país en la que se dice. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, respaldaba en primera persona el mensaje con un tuit de agradecimiento a Iglesias.

Desde IU venían pidiendo este cambio desde hacía tiempo, tal y como reconocen desde la dirección. En Podemos también había cundido cierta desesperanza por la dificultad de que su mensaje fuera presentado por los medios como un apoyo cerrado a los independentistas, cuando el partido de Iglesias siempre ha defendido que Catalunya debe permanecer como una parte de España.

Críticas al Gobierno, al PSOE y a Ciudadanos

“La situación mediática es adversa”, reconocen en la dirección del grupo confederal, que ven imposible colar mensajes que tengan que ver con otros asuntos que no sean Catalunya. Pero, además, tanto en esa comunidad como en el resto de España buena parte de las bases de los partidos que integran Unidos Podemos no tienen ninguna pulsión independentista. Aunque las encuestas internas que manejan en Podemos reflejan que su suelo electoral se mantiene firme también se observa una imposibilidad de llegar a la gran masa abstencionista que se movilizó el 20 de diciembre de 2015 y se ha ido retrayendo poco a poco desde entonces. El próximo barómetro del CIS, que recogerá ya los hechos del 1 de octubre y siguientes al completo, será determinante.

Más allá de las decisiones sobre estrategia comunicativa, en Unidos Podemos-En Comú-En Marea cunde la sensación de que la situación no tiene marcha atrás y hay que prepararse para un escenario de enfrentamiento abierto.

Pese al endurecimiento de las declaraciones sobre Puigdemont sigue siendo mucho más potente el mensaje contra el Gobierno del PP y contra Ciudadanos, a quien Iglesias ha calificado este jueves de “extrema derecha”.

Pero también ha variado el mensaje contra el PSOE. Y contra su secretario general, Pedro Sánchez, que apoya la aplicación del artículo 155 en Catalunya. En la dirección del grupo confederal señalan un cambio de actitud por parte de Sánchez tras el verano. Y lo constatan en que justo antes de las vacaciones se cerró una mesa de colaboración parlamentaria que, ya avanzado el otoño, se mantiene inédita.

Las quejas se centran en un cambio de actitud del secretario general socialista, mucho más comunicativo antes de agosto, que no se circunscribe a su homólogo en Podemos. Según fuentes de En Comú, Sánchez ha ignorado de forma reiterada múltiples llamadas y mensajes de sus líderes. Entre ellos, Xavier Domènech y la propia Ada Colau, que mantiene un acuerdo de gobierno con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. Esta actitud, unido al apoyo al 155, afecta la relación entre los comunes y los socialistas catalanes y a pacto de gobierno municipal.

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