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Vox y PP fuerzan a Ciudadanos a retratarse en Andalucía en plena negociación de pactos en todo el Estado

Vox registra su enmienda a la totalidad a los Presupuestos andaluces del Gobierno de PP-A y Cs para este año

Daniel Cela

El grupo parlamentario Vox en Andalucía ha presentado este jueves en el registro de la Cámara la anunciada enmienda a la totalidad con propuesta de devolución contra los primeros Presupuestos del Gobierno de PP y Ciudadanos. Es la misma iniciativa que han registrado los otros dos partidos de la oposición -PSOE y Adelante Andalucía- y que puede impedir que arranque la tramitación parlamentaria de las cuentas de 2019, obligando a la Junta a mantener la prórroga del Presupuesto de 2018.

El debate de totalidad tendrá lugar el próximo miércoles 12 de junio. PP y Ciudadanos tienen de plazo hasta entonces para negociar a contrarreloj unas cuentas de casi 36.000 millones de euros, porque su discrepancia no es puntual -algo que podría negociarse en el trámite posterior de enmiendas parciales- sino un rechazo absoluto “al espíritu de unas cuentas continuistas con las políticas del PSOE”, y que difícilmente podrán reconducirse en los próximos seis días. Vox no ha descartado exigir a la Junta que prorrogue sus cuentas y centrar la negociación (con más tiempo y en una mesa a tres bandas) en el nuevo Presupuesto para 2020, que empezará a diseñarse en las próximas semanas y que debe llegar al Consejo de Gobierno antes del 31 de octubre.

Pero el mensaje que Vox quería trasladar este jueves iba dirigido a un partido concreto: Ciudadanos. La formación de extrema derecha dio su apoyo a la investidura del presidente Juan Manuel Moreno Bonilla, a partir de un acuerdo firmado exclusivamente con el PP, pero ahora quiere negociar “con el Gobierno en su conjunto”. Esto significa hacer extensible su acuerdo con Ciudadanos, que hasta ahora se ha negado a vincularse políticamente con Vox, y sacar de la “equidistancia” a los naranjas, obligándoles a retratarse junto a ellos en una alianza a tres. En España, hay cuatro comunidades autónomas y 20 grandes ciudades que dependerían de una alianza PP-Cs-Vox, entre ellas Granada, Córdoba y Jaén. “Ellos ya sabían que para sacar unos Presupuestos necesitan los votos de los 12 diputados de Vox. Que salgan o no salgan estas cuentas no depende de Vox, sino de la irresponsabilidad del Gobierno de PP y Cs”, ha subrayado el portavoz parlamentario del grupo, Alejandro Hernández.

El partido de Albert Rivera mantiene ese veto a la formación de Santiago Abascal, no sólo en Andalucía, sino en el marco de la negociación de los pactos municipales y autonómicos en el conjunto del país. Pero el órdago de Vox en el Parlamento andaluz busca, sobre todo, derribar ese muro y “retratar” a Rivera. La presión de Vox desde Andalucía sobre Ciudadanos busca comprometer a los naranjas en negociaciones y acuerdos tripartitos de gobierno en ayuntamientos y parlamentos autonómicos, siguiendo la fórmula andaluza. “No podemos aprobar los Presupuestos de la mitad de un Gobierno. Ciudadanos, ¿qué va a pretender, estar cuatro años aprobando sus Presupuestos sin Vox? Eso es imposible”, ha recalcado el diputado del partido conservador, Manuel Gavira.

También el PP comparte esa tesis y presiona a sus socios para que, finalmente, asuma que los votos de los 12 diputados de Vox son claves para la estabilidad del Gobierno andaluz. Los populares aprietan a los naranjas para que abandonen la equidistancia y se sientan a negociar cara a cara con el tercer aliado andaluz, el partido de Abascal. El mismo líder nacional de Vox ha admitido este jueves, tras su audiencia con el rey Felipe VI en Zarzuela, que la enmienda de su grupo a los Presupuestos de Andalucía está directamente vinculada a las negociaciones con PP y Cs en otros territorios. “Todas las negociaciones están relacionadas. Seguimos pensando que es posible formar gobiernos alternativos a la izquierda en toda España y ponernos de acuerdo en Andalucía para que algunas de las propuestas de Vox se lleven a cabo en los próximos presupuestos”, asegura.

El PSOE andaluz también ha justificado su enmienda a la totalidad en que los Presupuestos de la Junta abundan en “recortes” en el gasto social y en políticas para las rentas altas. El portavoz socialista, Mario Jiménez, cree que Vox terminará retirando su órdago y anticipa ya un discurso combativo contra los socios de Gobierno y su tercer aliado. “Los tres son muy de derechas. Pero la derechita cobarde en Andalucía es Vox, al que le duran los retos 48 horas, y no tienen lo que hay que tener para defender sus principios sociales”, afirma Jiménez. Y advierte: “Si al final se retira la enmienda, habrá que preguntarse a qué precio lo paga Moreno Bonilla en términos de libertades políticas”. El diputado del PSOE niega las acusaciones de Vox y de Adelante, que coinciden en que las cuentas de PP y Cs son “continuistas”, y asegura que el Ejecutivo andaluz “está en crisis”. “El presidente de la Junta es un pato cojo cinco meses después de tomar posesión”, concluye Jiménez.

El portavoz de Ciudadanos en el Parlamento, Sergio Romero, ha hecho un enorme esfuerzo retórico para explicar que el Gobierno andaluz se puede sentar a negociar con Vox, pero no Ciudadanos. “Para mí valen más 8,5 millones de andaluces que una alcaldía de Madrid o una comunidad de Madrid. No se trata de canjear un Presupuesto por una foto. Aquí no negocia ni el PP ni Cs, es un Gobierno. Si lo que quieren es una foto, que vayan a un estudio de fotografía”, advierte Romero.

En mitad de la tormenta política, el consejero de Hacienda, Juan Bravo, se ha cargado con toda la presión al asegurar que “el único responsable de que no se llegue a ese acuerdo en el ámbito del Gobierno es el consejero”. El órdago de Vox ha generado las primeras contradicciones entre los socios del Ejecutivo: el PP prometiendo generosidad con la extrema derecha, y Ciudadanos barajando ya la posibilidad de un presupuesto prorrogado. El vicepresidente de la Junta y líder andaluz de Cs, Juan Marín, se ha quejado de que se use “Andalucía como moneda de cambio” siguiendo “estrategias nacionales”, en alusión a Abascal. El vicepresidente asegura que, “si finalmente no se aprueban las cuentas del 2019, trabajaremos en las de 2020”.

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