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Sobre este blog

WeCoop es un espacio compartido para las mujeres de la Economía Social y Solidaria, financiado con fondos Next Generation de la Unión Europea, gestionados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Este es un espacio en el que contar y compartir experiencias, para inspirar, ayudar y dar visibilidad a proyectos de Economía Social y Solidaria liderados por mujeres.

Leire Mugerza, presidenta del Congreso de Mondragón: “El cooperativismo es el modelo económico del futuro”

Leire Mugerza fue nombrada presidenta de la cooperativa industrial más grande del mundo en 2022

Sara Rojas

8 de noviembre de 2024 11:09 h

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“La posición de la mujer en toda la sociedad es la medida exacta de su nivel de desarrollo”. Estas palabras las pronunció a principios de la década de los 60 el padre José Maria Arizmendiarrieta, fundador del grupo Mondragón, y las rescató Leire Mugerza en 2022, al ser nombrada la primera mujer presidenta del Congreso de Mondragón, el grupo empresarial más importante del País Vasco y la cooperativa industrial más grande del mundo.

Mugerza es en la actualidad la mujer con mayor cargo de responsabilidad, representación y autoridad en la Economía Social (ES) del país, pero el halo de humildad que la envuelve hace que se ruborice cuando se la define como referente. Esta ingienera técnico industrial compatibiliza la presidencia en el Congreso de Mondragón con la del Consejo Rector de Eroski (una de las empresas del grupo) y con la vicepresidencia de CEPES, la organización representativa de la Economía Social española. Además, es miembro del Consejo Económico y Social (CES), el principal órgano consultivo del Gobierno en materia socioeconómica y laboral, e integrante del grupo de trabajo de Mujeres Líderes de la Economía Social, promovido por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Es también madre de tres hijos y mentora del proyecto WeCoop Mujeres de la Economía Social y Solidaria. A pesar de tener una agenda muy apretada, Leire se muestra dispuesta y entusiasmada a la hora de colaborar en “visibilizar el papel que hemos tenido y tenemos las mujeres en la ES”, pues lo considera una función más de su cargo de responsabilidad, además de “un compromiso personal”. La presidenta de Mondragón entiende que “si queremos cambiar el futuro, tenemos que normalizar y enseñar que se puede ser madre de tres hijos y trabajar si quieres, o puedes elegir no hacerlo, lo importante es que cada persona puede decidir lo que quiera”.

Igualdad en la base: un socio, un voto

A ojos de Mugerza, hoy en día “tenemos normativas suficientes para garantizar la igualdad, pero en la práctica todavía a las mujeres nos pesa culturalmente tomar ciertas decisiones y arrastramos unas mochilas que todavía no hemos soltado”, por ejemplo con la maternidad o con la elección de ciertas carreras profesionales (“solo el 20% de las mujeres elige las ingenierías industriales”, recueda). Por eso, se muestra convencida de que “hay que acompañar ese avance de las leyes con un cambio cultural” y pone en valor iniciativas como la de WeCoop, que impulsan el liderazgo de las mujeres en la economía social.

La vicepresidenta de CEPES reconoce, no obstante, que al haber formado parte de Mondragón desde que estudiaba la carrera, “no era consciente del efecto que podía tener” en la sociedad su nombramiento como presidenta del grupo empresarial más imporante del País Vasco: “Para nosotros la igualdad es un principio básico y dentro de la corporación siempre me he sentido valorada como persona, pero cuando me nombraron presidenta me di cuenta de que fuera no era así en todas las aempresas”, cuenta.

El momento en que tomó conciencia de “la fuerza” que tenía a nivel social ese nombramiento fue días después de que se hiciera público su nombramiento. “Una mujer en una gasolinera me llamó por mi nombre y me dijo que estaba muy orgullosa de que me hubieran eledigo presidenta, me impactó muchísimo”, recueda ahora Mugerza. Para esta ingeniera con casi 30 años de experiencia en el mundo cooperativo, el ejemplo de Mondragón es referente en ese “cambio cultural” que considera necesario, pues la “transformación social” fue y es el objetivo del grupo desde que nació en 1956 gracias al impulso del padre José Maria Arizmendiarrieta.

“Mondragón hoy es fruto de lo que otros en su momento hicieron, y lo que hicieron fue dar respuesta a las necesidades que iban surgiendo en la sociedad con una mentalidad muy avanzada para la época”, elogia Mugerza, recordando que su corporación fue la que amparó a la primera cooperativa de mujeres hace 55 años, en una época en la que ellas “tenían prohibido trabajar si se casaban”. Y al calor de esa iniciativa se creó “la primera guardería del estado español”, para atender “a los niños de estas mujeres que querían trabajar”.

Esos ejemplos ilustran que, para su presidenta, “lo que diferencia a Mondragón de otras cooperativas no es lo que hacemos, sino cómo y para qué lo hacemos”. En ese sentido, afirma que las 92 cooperativas que integran el grupo se rigen por el axioma de “un socio, un voto”, graantizando que “una igualdad absoluta para todos, con independencia del género, de tu procedencia o tu situación personal”.

La importancia de Mondragón, en cifras

En ese sentido, pone en valor que todas las cooperativas del grupo operan bajo el modelo de cooperativas de trabajo asociado, de modo que “lo que aportamos a la cooperativa no es el capital, sino el trabajo”. Eso se traduce en la práctica en que “el voto mío y de cualquiera es el mismo”. Y eso “marca muchísimo cómo son las relaciones, porque luego para decidir tenemos que convencer a todos”; de ahí que “hablemos el mismo lenguaje y nos entendamos de igual a igual”.

Para garantizar esa dinámica dentro del grupo, se rigen a nivel interno por unas normas “muy restrictivas”, orientadas, por ejemplo, a blindar la solidaridad salarial con una proporción de 1 a 6. Es decir, la diferencia entre la persona que gana menor salario y la que gana más será, como máximo, seis veces superior y no 200, “como sucede en otras empresas”, según Mugerza. “Esto puede ser difícil de entender desde una tradicional perspectiva de empresa de capital que sólo busca maximizar el beneficio, pero lo cierto es que funciona”, asegura la presidenta del Congreso de Mondragón.

Y lo afirma no solo porque lo haya podido comprobar a lo largo de sus 30 años de experiencia, sino porque lo avalan los datos: en el ejercicio de 2023, Mondragón registró un volumen de ventas de 11.000 millones de euros, invirtió 370 millones de euros y consolidó 104 implantaciones en todo el mundo. En total, cuenta con 70.500 trabajadores, de los cuales, unos 10.000 trabajan fuera del País Vasco.

Las 92 cooperativas que aglutina funcionan de forma “autónoma”, pero juntas conforman una red de apoyo que da solidez al grupo. El ecosistema Mondragón abarca cuatro áreas principales: las finanzas (con su propio banco), la industria (en sectores tan diversos como el aeronáutico, el de la salud o el de los electrodomésticos con marcas como Fagor), la distribución (destacando Eroski) y el conocimiento (con su propia universidad, Mondragon Unibertsitatea. Y en todas ellas el criterio que impera no es el económico, sino el de dejar “un legado de empresas mejoradas para las generaciones futuras”.

El modelo económico del futuro

Por todo ello, Leire Mugerza es una firme convencida de que “el cooperativismo es el modelo económico del futuro”. Su experiencia y los resultados que arroja su grupo la convencen cada vez más de que “en el futuro necesitamos sociedades ricas, no socios ricos porque si hay personas ricas hay mucha desigualdad y eso genera roturas y rompe la cohesión social”. En cambio, las organizaciones cooperativas fomentan “la cohesión” y contribuyen a que haya “más transformación del entorno y el territorio”.

Al repartir la riqueza entre todos los socios, “se reduce la desigualdad y se eleva el bienestar social”, asevera. Mugerza confía en que esa fórmula basada en “la igualdad en todos los ámbitos” es la clave del éxito para afrontar los retos actuales y futuros. “Mondragón es un proyecto de futuro porque somos unas empresas que tenemos propósito, tenemos valores y estamos comprometidos con nuestro territorio”, remarca.

Además, Mondragón es el ejemplo de que se puede priorizar el valor humano frente al económico y seguir siendo competitivos. “El modelo no quiere decir que nosotros no compitamos con los mejores del mundo en todo, de hecho, por poner un ejemplo, fabricamos el 90% de las soluciones tecnológicas de los aviones de todo el mundo, pero eso no quita que luego hagamos empresa de forma diferente y repartamos la riqueza de diferente manera”, defiende la presidenta del Consejo de este grupo vasco.

En resumen, Mugerza considera que “no es excluyente crecer y ser líderes en nichos de negocio con un modelo mucho más igualitario”. De hecho, “es factible porque aquí llevamos más de 60 años”, apostilla antes de insistir en su convicción de que “este tipo de modelo que tenemos creo que puede ayudar en el futuro”.

De la cantera a la presidencia

La historia de Mondragón desde hace más de 25 años es también la de Leire Mugerza. La hoy presidenta del grupo comenzó su experiencia cooperativa durante su etapa como estudiante de Ingeniera Técnica Industrial en la Universidad de Mondragón (Mondragon Unibertsitatea). Mientras estudiaba la licenciatura, participó en el programa dual de la universidad, que permite realizar formación trabajo-estudio a través de experiencias prácticas en las empresas. Entonces empezó a trabajar para una de las cooperativas industriales del grupo (EIKA, que produce componentes para electrodomésticos). Y “ahí es cuando me enganché al modelo de las cooperativas”, confiesa ahora Mugerza, recordando que “desde el minuto cero me valoraron como persona, aunque fuera una niña de 22 años”.

A partir de ese momento, pasó de la “cantera” a ser una socia más. Y continuó avanzando hasta alcanzar el puesto de mayor responsabilidad dentro del grupo. Por eso, para Leire su propia trayectoria sirve de ejemplo para reflejar los “principios y valores” de Mondragón, donde “se valora a la persona independientemente del género o de la procedencia”. Su experiencia es también reflejo de la diversidad que encierra esta corporación.

A lo largo de las tres décadas que lleva en el grupo, ella misma ha pasado por diferentes áreas del ecosistema, desde el ala industrial en el que empezó y en el que llegó a ser presidenta del consejo rector, hasta la educativa, siendo directora de la escuela técnica Lea Artibai durante tres años. Después de tomarse un respiro tras ser madre de mellizos, comenzó una nueva etapa en la distribución Eroski, donde hoy ostenta también la presidencia del Consejo Rector.

Junto a los valores, otro elemento que “enganchó” a Leire al mundo del cooperativismo fue “la mirada a futuro”. “Yo vengo de un ámbito rural, donde mis padres siempre estaban pensando en la tierra, en sembrar para que otros recojan, y en la cooperativa de Mondragón encontré esa misma percepción”, cuenta. En ese sentido, Mugerza explica que“lo que buscamos es invertir y hacer cosas para que otros tengan una cooperativa mejor; el concepto no es pensar en ahora, en cómo enriquecerme yo en el corto plazo, sino pensar en el nosotros y en cómo enriquecer el entorno a futuro”.

Sumar esfuerzos, multiplicar resultados

Otro de los objetivos de Mondragón es “hacer que este modelo sea referente en el mundo”. Y lo están consiguiendo, pues incluso Naciones Unidas elaboró en 2023 un informe sobre las cooperativas en el desarrollo social y recogió a la corporación vasca como el ejemplo donde se pueden encontrar todos los elementos clave de ese modelo empresarial alternativo. Elementos como la distribución salarial o la intercooperación, que consiste en “ayudamos entre todas las cooperativas por ser parte de esta familia”.

De esta forma, el modelo de Mondragón genera una tupida red de solidaridad entre las empresas que conforman el grupo de manera que si alguna cierra, los trabajadores se reubican en otras empresas, o si una cooperativa pierde dinero, el resto de las cooperativas aportan de un fondo común para amortiguar la caída. Se trata, en definitiva, de crear una red entre personas que se acompañan en los momentos buenos y malos. “Yo no quiero mirar solo cuando vienen crisis o problemas, también tenemos unos fondos que acompañan en el desarrollo”, matiza la presidenta del grupo.

“Hay un montón de proyectos de intercooperación entre nosotros que es para que nos fortalezcamos, porque realmente pensamos que si sumamos esfuerzos, multiplicamos resultados”, defiende Mugerza. Y así, “entre todos intentamos impulsar esta economía social y visibilizar esta manera de hacer economía que tiene reflejo en el mercado”. Por eso, desde el grupo ponen el foco en la educación, impulsando junto con el Gobierno español y las instituciones vascas un HUB de Economía Social.

De esta forma, esperan que la experiencia Mondragón se pueda replciar en diferentes comunidades porque “el mundo se está convirtiendo en un lugar peor en cuanto a brechas económicas y desigualdades, y si realmente queremos no dejar a nadie atrás, necesitamos más experiencias cooperativas como estas”. Con todo, Leire Mugerza recuerda que “copiar nunca es bueno” y la clave está en elegir esos ingredientes del modelo que se pueden utilizar para crear otros que respeten la idiosincrasia de cada territorio.

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