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Mabel Lozano: “La trata tiene un gran entramado económico que lo sustenta”

Lozano es autora de 'El Proxeneta', la historia de un capo de la trata

Ana I. Bernal Triviño

Compromiso social y Mabel Lozano van juntos. Estos días se presiona a sí misma para dar visibilidad a Tribus de la Inquisición, nominada al Goya. En él retrata a una Bolivia que ostenta el macabro ranking de linchamientos a manos de civiles. Hizo ese trabajo solo para denunciar y ayudar en su operación a uno de los hombres que se salvaron de morir quemado, tras ser rociado con gasolina en uno de esos linchamientos públicos. Y a la vez que Mabel intenta que se conozca esa brutal realidad, sigue sin callar aquella que lleva contando más de 12 años: la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

Sabía la historia de estas mujeres. Ha hablado muchas horas con ellas. Ahora tiene, por primera vez, la otra parte de la historia que no conocía: la del esclavista. Con el libro El Proxeneta, Mabel Lozano da voz a Miguel, El Músico, que se convirtió en amo de este perverso sistema. Con él descubrió lo que no conocía hasta el momento; qué había detrás y cómo se monta este puro negocio. Así El Proxeneta despieza, con su propia palabra, la transición de la prostitución de los años 80 a la actualidad. Cómo 1992 fue fecha clave para el mercado de la trata. Y cómo, desde la página primera hasta la última, el peso de la responsabilidad recae en la ineficacia de los Gobiernos y en grupos de presión que blanquean todo. El Proxeneta, en definitiva, es la muestra de la maquinaria perfecta que sustenta un delito, muestra cómo la burbuja económica lo alentó, y abre las tripas de un sistema de explotación cargado de cómplices comprados.

-Quien se acerque a El Proxeneta debe saber que es un libro incómodo, que escuece. El Proxeneta

Con el libro va a ver la transición entre la “prostitución” y la trata. Al principio, el negocio estaba en manos de chulos y macarras, no eran libres. Ellas aún no eran esclavas, pero eran mujeres de pueblos de España en situaciones económicas y emocionales muy vulnerables, con situaciones de violencia familiar, a las que enamoraban y seducían para engañarlas. Desde entonces esos hombres vivían de “pan de coño”. Es así como lo explican los proxenetas: “Estos también vivían de pan de coño”. De ahí a la trata está la bonanza económica de un país.

-El proxeneta habla de estas mujeres como carne, como ganado y las compara con un whisky o coca-cola. Es la cosificación absoluta.

Con la llegada de la Expo’92 y de las Olimpiadas hacía falta carne en ese ocio. Pero no había suficientes mujeres. ¿Solución? Había que captarlas. En El Proxeneta se cuenta que ellos aprendieron de los tratantes portugueses, los primeros que trajeron a víctimas de trata de Brasil. Por 6.000 euros, como un objeto, compraban a estas mujeres. Y ven que el gran negocio no era solo explotarlas, sino que el gran beneficio estaba en captar mujeres en el gran supermercado de los países pobres y alto nivel de corrupción. Cuando ellos mismos captan y explotan, brotan los euros. Y no tiene fin porque la materia prima para ellos, estas mujeres explotadas, se deteriora. Cuando ya no les sirven, buscan más carne fresca. Él mismo dice que ninguna mujer nace puta, sino que le dan caza.

-Ellos saben que esas mujeres tienen fecha de caducidad para su negocio.

Saben que la media es de unos 3 años y a los 3 años se las venden a clubes de segunda y tercera. Esto es importante para responder cuando salta todo ese sector que te dice: “Oye, que la prostitución es una cosa y las víctimas de trata son otra”. Y yo les digo: “¿Y dónde están las mujeres víctimas de trata? ¿Son panaderas? ¿Peluqueras?” No. Están en la prostitución. Luego la prostitución se nutre, en gran parte, de la trata.

-Son mujeres a las que nadie les da otra alternativa y no pueden salir de ahí.

Cero, no tienen nada. Ni el Gobierno se las va a dar. Una vez que las explotas en tu negocio durante tres años, ¿dónde las mandas? O a la calle o a clubs de segunda o tercera. ¿Podría haber trata con fines de explotación sexual sin prostitución? No, es imposible. Los clubes son los teatros de operaciones de los proxenetas.

-Así que tuvimos la puesta de largo de la Expo 92 y las Olimpiadas, unos tipos que aprovechan vacíos legales y una sociedad que ni se entera de que entraban esclavas sexuales a España.

Estos tipos son analfabetos, pero son espabilados porque ante todas estas lagunas en las leyes, ¿qué hacen? Contratan a sueldo a los mejores abogados, notarios, juristas, periodistas… Ellos no necesitaban conocer la ley, sino adelantarse a la ley; y se siguen adelantando teniendo en nómina a los mejores. Yo lo he visto en un juicio de trata. El abogado del proxeneta era un crack, ¿por qué? Pues porque el proxeneta tenía 120 mujeres explotadas en Marconi y con eso se compran el mejor abogado.  

-Y cuando el tema empieza a oler mal, y saltan las primeras alarmas, crean ANELA.

Esa voz de alerta no la da el Gobierno, la dan las asociaciones como APRAM, que van a los clubes. En uno ven que hay 100 colombianas y, en otro club, otras 100 colombianas más y eso despierta esa alarma. ANELA es el gran lavado de cara y centrifugado de la prostitución. Se vende como la gran asociación de empresarios de club de alterne.

-El lenguaje es fundamental para este lavado de imagen. De explotadores pasan a ser empresarios…

Claro, no te lo pierdas, empresarios. Yo conocí a ANELA y conocí a su presidente en una tertulia de Antena Tres y me decía si yo estaba loca. La realidad está ahora en este libro, en voz de este ex proxeneta, donde quedan al descubierto. Es el lavado de cara de la prostitución para legalizar o regularizar y, por detrás, está la consigna de cómo coaccionar más a las mujeres para que no se vayan de la lengua.

-Incluso el proxeneta habla de cómo las usaban para llevarlas a las televisiones, donde afirmaban que ejercían de forma libre cuando, en verdad, estaban obligadas por la deuda y las amenazas.

Él dice que si conseguimos que mientan delante de los jueces que son víctimas de trata, cómo no lo vamos a conseguir en un plató de televisión.

-Y es la mejor publicidad.

Totalmente. Él me hablaba mucho, y yo lo cuento en el libro, sobre los grupos de presión y asociaciones para regularizar la prostitución. Detrás, al final, lo que hay es un negocio donde muchos sacan tajada de las víctimas de trata. La trata tiene un gran entramado económico que lo sustenta, con cientos de complicidades.

-Y el mismo proxeneta reconoce cómo usan las redes sociales para atacar a quienes habláis de trata.

Está todo calculado. Él conocía mi trabajo desde hacía años. Recuerdo el día que estrené un corto, Escúchame, en El País Digital. Diez minutos después había 500 hombres insultándome. Yo pensaba si todos esos no tenían otra cosa que hacer que insultarme, cuando el corto trataba solo de trata de mujeres. Decían que esto no es verdad, que te lo inventas, feminazi, tonta del culo, malfollada… Luego él mismo me reconoció que esos hombres tan crueles, en la mayoría de los casos, son ellos. Por una razón facilísima. Si ahora yo quiero tener opciones al Goya por Tribus de la Inquisición, ¿qué debo hacer?

-Promocionarte.

Pues esto es lo mismo. Igual que un carnicero promociona sus chuletas baratísimas. Si todos promocionan sus trabajos, ¿estos que tienen un negocio multimillonario no lo van a hacer? Las redes sociales les dan una cosa importantísima: anonimato. Yo entro con mi nombre y mi foto. Todo el mundo sabe quién soy. Desde el anonimato ellos insultan.

-Ellos... y algunas mujeres que se dicen feministas y sostienen el mismo discurso que ellos.

Claro que llegan, pero yo no he entendido nunca el feminismo que perpetúa roles de violencia y desigualdad. Como decía una compañera es igual al que hace chorizos de cerdo y dice que son veganos. Es imposible.

-Lo importante en El Proxeneta es que se ve cómo nace este negocio y cómo sortean todos los impedimentos en el camino. Y aquí veo tres grandes causas. La primera, el Gobierno…El Proxeneta

Los gobiernos, en plural, porque aquí recibimos pero salen de Colombia, de Paraguay…. Hay un trabajo transversal que no se hace. Ahora, en Colombia, están captando a las hijas de toda una generación que se captó en su día. ¡A las hijas! Es horrible. Y ahora, en vez de llegar a los clubs, las llevan a los pisos, que eso es muy difícil de controlar. Vienen del mismo sitio, del eje cafetero, manda narices… Después de 20 años. Y Paraguay, después de 10 años, sigue igual. Y España, igual. O no hacen nada o es insuficiente.

-El segundo, que supieron cómo manejar a la UCRIF (Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales) y conseguir una estrategia redonda.

Absolutamente. El tema tiene fondo porque ellos se consideran hombres de honor, con códigos de honor.  Pero quien manda es el dinero. Así que el proxeneta se dedica a denunciar a sus propios compañeros. Así, eliminaban la presión de la UCRIF, quitaban la competencia, se quedaban con sus clubs y con sus mujeres. Quienes, además, agradecen ser liberadas, sin saber que él mismo las cogería y las volvería a explotar.

-Y la tercera parte. Los cómplices, por todos lados: abogados, notarios, médicos, periodistas, taxistas, laboratorios, medios de comunicación y sus anuncios… ¿Cuánta gente estaba comiendo de esto?

Son pieza fundamental. Mira el revuelvo el otro día por la velada de boxeo femenino suspendida patrocinada por clubes. Lo llevan haciendo toda la vida. Como los clubes están en zonas de carretera, van al pueblo pequeño que tienen al lado con pequeñas dádivas, como hacer las camisetas de fútbol del equipo alevín, las fiestas, los fuegos artificiales del pueblo… Eso hace que el Ayuntamiento mire para otro lado y que el club, que está dado de alta para tener 40 mujeres, tenga 200. Suma emisoras de radios que publicitan sus fiestas los fines de semana, abogados, médicos o banqueros. Todos los cómplices de la trata son igual de delincuentes.

-Quizás hay un cuarto factor. Esos bancos que les abren las puertas, esa inversión en ladrillo o comprar billetes de lotería para blanquear… Y, encima, Hacienda les devuelve todos los años.

Eso es para alucinar, pero tiene sentido. Él decía que todos querían nuestro dinero menos Hacienda, que lo devolvía. Tenían todas esas empresas tapadera que perdían dinero y se las presentaban a Hacienda. Les devuelven siendo multimillonarios y teniendo que unir todas las mesas del comedor para poner los billetes para contarlos.

-La trata es una maquinaria perfecta.

La trata es y fue una maquinaria perfecta, amparada por la corrupción y una burbuja económica en España donde todo valía. Si la gente ganaba tanta pasta, ¿esos constructores dónde crees que celebraban las fiestas? En los clubes. El Músico me contaba que los vicios son el termómetro de la economía.

-En el libro cuenta cómo una mujer que hace seis servicios por 300 euros sólo termina recibiendo 90 euros. Y sin contar con el maquillaje, peluquería, preservativos, lubricantes, analíticas… que ella tiene que pagar. Desglosa tantos cargos que se suman a la deuda que una se pregunta, ¿cuándo para de crecer esta cifra?

Nunca. Por eso se suicidan, como Lucía. Por eso en España hay una forma de explotación que es la diaria, el sistema de plaza, que se creó en la Rosa Azul de Ciudad Real. Las únicas personas del mundo que pagan dinero antes de trabajar son estas mujeres. Ellas, antes de salir al salón, pagan 70 euros, trabajen o no. Los clubs tienen más mujeres que clientes porque de esta manera siempre dejan plazas pendientes, así se generan siempre las deudas. Si no has podido cubrir tu plaza, debes la de ese día y la de mañana cuando vuelvas. En vez de 2 servicios, debes hacer 5, y llevarte las migajas.

-Se habla poco de lo que estas mujeres sufren psíquicamente.

Una amiga fiscal siempre dice que las víctimas de trata tienen secuelas similares a las de los judíos que salían de campos de concentración. Están destrozadas física y psíquicamente. La mayoría de estas mujeres nunca jamás vuelven a sus países porque no ganan dinero y porque, en muchos casos, el estigma y la vergüenza de las familias les impiden volver. Muchas mueren sin haber vuelto a ver a sus hijos, porque además no las quieren como madres, son solo las proveedoras de dinero. Es un drama horrible.

-Otro punto que narra El Proxeneta es cómo la justicia miraba hacia otro lado cuando testificaban estas mujeres.El Proxeneta

Porque desconocen qué es la trata. Esto ha ocurrido hasta antes de ayer en España. Ahora sí se empieza con más formación y concienciación. Nadie veía nada malo, eran solo putas. Tenemos tan asumida la prostitución con esas raíces, desde el machismo y desde el patriarcado, que se veía normal.

-Al final del libro hablas de que la captación de españolas ya ha empezado.

Es que venimos de una tremenda y larguísima crisis. Y el origen de la trata es la precariedad, la desigualdad, la pobreza, la corrupción, la falta de alternativas... Y todo el mundo tiene el sueño migratorio de dar una oportunidad a tus hijos. Hemos visto desahucios, cómo la pobreza ataca más a la mujer, mujeres separadas, sin nada, que se han acercado a la prostitución y no van a poder salir. Y ellas están en esos clubes con las víctimas de trata. Ellas dicen que lo han elegido libre, a ver… ¿por qué lo has elegido? ¿Has podido elegir entre ser periodista y prostituta? No. Entonces es porque no hay alternativa. Pero es más, es que aunque me digas que elegiste, eres víctima del sistema de explotación.

-Ahora vuelve la campaña de la regularización.

Regularizar es una involución de los derechos humanos, la más incuestionable que se puede tratar. Mira lo que pasa en Holanda, Alemania y Bélgica, si ni siquiera ellas se han querido regularizar allí. Solo gana el Estado. Se ha demostrado que la explotación es salvaje y la trata no se ha erradicado. En Alemania ni un 1% de mujeres regularizaron. Visto el resultado, las defensoras ya no quieren el modelo europeo, quieren el neozeolandés.

-Hace poco leí a una de estas defensoras de la regularización decir que tú nunca habías hablado con las prostitutas.

Yo he hablado con cientos de mujeres prostituidas, pero el discurso de esta minoría que quiere regularizar es el mismo. Ellas dicen que el sistema viola sus derechos, ¿quién? Si dices que eres libre, que  no tienes proxeneta y eres mayor de edad, ¿por qué no te das de alta en autónomos? Yo lo soy desde hace 25 años, nadie viola tu derecho a darte de alta. No hay epígrafe de trabajadoras del sexo, pero tampoco hay epígrafe de guionistas, nos ponemos como escritoras, por ejemplo. Y porque tú estés bien, no significa que la mayoría esté así. Las leyes se hacen por las más vulnerables, que son las víctimas de trata.

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