Cristóbal Colón te enseña dónde vivió durante sus años en Córdoba

Si uno coge el plano callejero de Córdoba se dará cuenta que las vías que delimitan el edificio que acoge la Diputación Provincial tienen algo en común: la avenida de América, la calle Reyes Católicos, la calle Doce de Octubre y los Jardines de Colón rodean al Palacio de la Merced, que acoge actualmente a la administración provincial. Y es que los nombres de estas calles ofrecen todas las pistas para apuntar a uno de los personajes históricos que pasó parte de su vida precisamente en este lugar de la capital cordobesa.

Este episodio histórico de relevancia forma parte de las visitas guiadas y teatralizadas que desde abril se ofrecen de manera gratuita y en grupos reducidos en el Palacio de la Merced, donde a lo largo de casi dos horas se visitan las estancias principales del actual edificio mientras se desgrana la historia de siglos de este espacio con intervenciones de ilustres personajes que lo habitaron. Un paseo desde la Edad Media hasta la actualidad en el que se da a conocer el germen de lo que hoy es la sede administrativa provincial.

El Patio Blanco es el punto de partida de esta visita guiada. Fue el claustro del primitivo Convento de la Merced que la orden de los mercedarios fundó a su llegada a Córdoba en la primera mitad del siglo XIII y que contaba con una capilla y amplios huertos que se extendían hacia el norte y este del convento –conocido antiguamente como el Campo de la Merced- en lo que hoy son barrios de la ciudad. Y fue en este convento donde acogieron a Cristóbal Colón cuando en 1485 éste viajó hasta Córdoba para entrevistarse en el Alcázar con los Reyes Cristianos y darles cuenta de su idea de viajar a las Indias. Los reyes habían marchado hacia Granada y, en ese tiempo, los monjes mercedarios le cedieron una de sus celdas a Colón, que vivió varios años.

El propio personaje del descubridor de América es el encargado de contar sus vivencias en Córdoba a los participantes en esta visita guiada. E interactuando con ellos da cuenta de cómo en ese tiempo gestó su plan de viaje y de cómo en tierras cordobesas también encontró el amor con Beatriz Enríquez de Arana, con la que tuvo a su segundo hijo: Fernando Colón.

Así, éste es el primer episodio de la historia del primitivo convento que protagoniza la visita al Palacio de la Merced, donde el público podrá conocer las estancias más importantes del edificio, construido a partir del siglo XVIII sobre el antiguo convento mercedario. De esa época es la Iglesia de la Merced que se inscribe en mitad de la fachada del palacio y que el personaje de uno de los monjes mercedarios enseña al visitante. Su planta de cruz latina, una impresionante cúpula y un retablo de madera tallada y dorada caracterizan a este templo que lleva el nombre de la orden que lo originó y donde se encuentra una talla del Cristo de la Merced del siglo XIV ante el que –se cuenta- rezó Cristóbal Colón antes de su viaje a América.

A partir de ahí, la visita lleva al espectador a través de la historia hasta la época contemporánea del Palacio de la Merced, conociendo espacios como el Patio Barroco, el Salón de Plenos de la institución provincial y la vida política-administrativa actual que allí tiene lugar, el Patio del Reloj y el Salón del Artesonado. Éste último espacio da cuenta de la vida del edificio a partir de los años 70 del siglo XX, cuando se instaura la Diputación Provincial y se recibe allí a mandatarios, jefes de estado y reyes en visitas oficiales.

Para explicar estos episodios y sus anécdotas, el personaje de un oficial de Protocolo de la casa a finales del siglo pasado es quien conduce a los visitantes por un espacio con el sello del arquitecto Rafael de la Hoz en esta zona más palaciega del edificio.

Allí se encontraba el Comedor de Gala para las grandes ocasiones y se conserva aún en vitrinas la vajilla que se utilizaba cuando los príncipes, ministros y jefes de estado de distintos países visitaron el Palacio de la Merced, como testimonian las fotografías y recuerdos de esos momentos que se pueden ver también en esta visita.

Las visitas teatralizadas acogen cada viernes a las 20.00 horas a grupos de una treintena de personas que deben apuntarse con anterioridad a través de la Diputación Provincial. Asimismo, durante los fines de semana, también se celebran otras visitas guiadas por el edificio para conocer su historia, pero éstas sin teatralizar.