Vejer: planes imprescindibles en el tesoro de los Pueblos Blancos

Callejuelas blancas y estrechas. Flores en las ventanas. Un urbanismo de claro origen árabe y un encanto inigualable. Vejer de la Frontera, en Cádiz, está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Basta un paseo por su casco urbano, perderse por la judería y disfrutar de las vistas desde su castillo para comprobarlo. Pero Vejer es algo más, es un lugar donde descubrir desde otro punto de vista la comarca de La Janda y las posibilidades que da el litoral gaditano: gastronomía de calidad, paseos en todoterreno, senderismo o rutas de observación ornitológica son algunas de sus múltiples opciones. Además de, por supuesto, disfrutar de la playa en El Palmar.

Una curiosa e interesante manera de conocer la historia y los rincones de Vejer de la Frontera es a través de las visitas cantadas y teatralizadas que organiza el equipo de Marimantas. “Lo que ofrecemos son rutas guiadas en las que vamos cantando diversas historias y leyendas sobre el pueblo conservadas gracias a la tradición oral”, explica una de las responsables de esta joven firma, la italiana Elisa Pozzi, que llegó a Vejer de la Frontera hace siete años y se quedó para siempre.

En esta tercera temporada veraniega de la empresa ofrecen, por ejemplo, una ruta denominada La noche oscura en la que cada día, desde las 22.30 horas y hasta la medianoche, desgranan algunas de las historias más interesantes del municipio como las relacionadas con la cobijada (la prenda de vestir tradicional de las mujeres del pueblo) o porque hay diversos balcones tapiados. “Y todo se hace también dando nuestro propio toque, de esa gracia gaditana que tienen los guías, alguno de los cuales escribe letras para el carnaval”, subraya Pozzi.

Las rutas se pueden realizar en diversos idiomas, lengua de signos e incluso hay alguna específica para niñas y niños.

La conocida Plaza de España, con una fuente de azulejos pintados a mano de estilo sevillano, es una de las postales más significativas del pueblo, como también las diversas callejuelas que desembocan en lugares como la Iglesia de El Divino Salvador e invitan a descubrir las partes de la muralla que aún se conservan. Allí, en pleno casco histórico, se levanta un bonito edificio que originalmente fue botica. Más tarde se utilizó como cuartel, colegio, carpintería y, finalmente, casa de vecinos.

Así lo conocieron la sevillana Paloma Calvo y su marido, quienes en 2005 decidieron rehabilitar el inmueble y convertirlo en lo que es hoy, un alojamiento turístico. Se llama La Botica de Vejer y es un estupendo punto de partida para conocer este hermoso pueblo blanco y, sobre todo, su entorno natural a través del senderismo, la ornitología, el turismo de naturaleza… “Siempre intentamos recomendar a nuestros huéspedes la visita a lugares que no son los que aparecen en todas las guías. Preferimos que conozcan la esencia del lugar y, siempre, contando con la estupenda naturaleza que nos rodea”, asegura Paloma.

Observación de aves

Realizar rutas por la comarca de la Janda, que un día fue uno de los humedales más importantes de Europa, es una de las opciones a tener muy en cuenta. No sólo por la belleza del paisaje o la riqueza de flora, también por las numerosas especies ornitológicas que viven allí definitiva o temporalmente. “Vejer es un lugar de paso para todas las aves migratorias de Europa a África y viceversa y La Janda es uno de los mejores sitios para verlas”, afirma Paloma.

Los molinos de Vejer, el Parque Natural del Estrecho o el Parque Natural de Los Alcornocales son otras opciones que se pueden visitar fácilmente desde el pueblo.

En La botica de Vejer, que tiene 12 habitaciones, también recomiendan el sendero de la Torre del Tajo, que recorre parte del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate. Un precioso espacio natural donde el pinar es el protagonista pero que, además, permite conocer especies menos numerosas como las sabinas y los enebros que hay ya junto a la costa. De hecho, es ahí, en los acantilados, donde se puede disfrutar de preciosas panorámicas. La propia Torre del Tajo es uno de los mejores lugares para contemplar el paisaje, y donde siglos atrás se puedo presenciar la famosa Batalla de Trafalgar.

Para reponer fuerzas, la suerte está de lado del turista: la gastronomía es otro de los fuertes de Vejer de la Frontera. El pueblo cuenta con numerosos restaurantes donde tratan a la perfección productos del entorno como el pescado, los arroces y la carne de retinto, además de caldos como el fino o el moscatel. Un lugar donde es imposible equivocarse al pedir es la abacería La Oficina. Una “pequeña aventura” puesta en marcha por el sevillano Cándido Carballo hace ya cinco años: “Es un lugar donde importan las personas y no la gente”, asegura. Un espacio alejado de la alta cocina, en el que suenan Triana, Pata Negra, Silvio Rodríguez o El Barrio y donde predominan los productos de calidad. “Hacemos una cocina doméstica con matices”, cuenta su propietario. “Elaboramos platos muy caseros con productos muy buenos de mar y huerta, pero también carnes”, añade el restaurador.

Carnes de Galicia y Zamora, mollejas sevillanas o ibéricos de bellota de Aracena forman parte de una carta donde también aparece el atún de almadraba. “Y todo a precios familiares y populares para que a nadie le dé miedo sentarse”, subraya Carballo, también pintor y cuyos cuadros se pueden adquirir en el propio bar.

La Oficina sólo abre por ahora en julio y agosto, aunque la idea es ampliar a junio y septiembre en próximas temporadas. El verano ofrece así, una oportunidad única para visitar La Oficina, donde es indispensable pedir el tartar de atún y la lasaña de verduras.

También el mercado gastronómico de San Francisco se ha convertido, desde su hace casi tres años, en una de las referencias de Vejer de la Frontera para conocer bien sus productos. Por la mañana, el espacio funciona como lo hacía siempre, es decir, como mercado tradicional; sin embargo, a partir de mediodía es también un indispensable lugar para tapear pescaíto frito, tostas, ibéricos, ensaladas, mariscos o los clásicos almuerzos camperos. También se encuentra allí Sushi Time, un proyecto de los jóvenes vejeriegos: los chefs Juan Moreno y Daniel Ortiz. “Nuestra especialidad es sushi fusión, con productos japoneses y también del litoral gaditano”, explica Juan Moreno, que recomienda dos de sus platos estrella. Por un lado, el Tartar de atún con mango ecológico y, por otro, el denominado Cobija Roll, que fusiona el atún con frutas de La Janda como fresas de Conil y aguacate ecológico.

No muy lejos, la peña flamenca Aguilar de Vejer es otro de los espacios más atractivos del municipio. Allí también se pueden tapear productos locales, con el atún como protagonista, pero además hay numerosas actuaciones flamencas, sobre todo en verano. Como curiosidad, además, la peña está enclavada en la antigua ermita de Nuestra Señora del Rosario, de la que se cree fue mezquita originalmente.

Para el postre, la pastelería marroquí recién hecha es una de las especialidades de la panadería Ajonjolí, ubicada también en pleno casco histórico de Vejer de la Frontera. Un establecimiento que va camino de cumplir los tres años donde también hay un buen abanico de productos locales como vinos, aceites, mieles o mermeladas. “Aunque el producto estrella es el pan alemán, elaborado con diferentes cereales y harinas como la de avena o centeno”, explica Isabel Ligero, propietaria del establecimiento.

No muy lejos se encuentra el Colmado Palomita, un moderno espacio repleto de productos gourmet de toda Andalucía y que homenajea el trabajo de Manuel Sánchez Palomita, uno de los personajes más importantes en el sector de la alimentación del pueblo. Han sido dos de sus hijas las que han querido seguir sus pasos con este nuevo ultramarino, reformado además por el interiorista Gaspar Sobrino. Allí se puede encontrar desde cartuchitos de salchichón o queso hasta jamón ibérico, pasando por una selecta carta de vinos y aceites o dulces de la zona.

Además, en la antigua bodega del establecimiento, justo al lado, se ubica el denominado Armario de los sabores, en el que los responsables del Colmado Palomita organizan catas, maridajes, conferencias, cursos, talleres y un sinfín de actividades relacionadas con la gastronomía en general y con los alimentos que ellos ofrecen en particular.

Más allá del casco urbano, en plena zona natural, aparece otra de las opciones más interesantes de Vejer de la Frontera es acercarse hasta la Dehesa de Montenmedio, donde se ubica una de las propuestas culturales más únicas de España. Se trata de la Fundación NMAC, un museo de arte contemporáneo al aire libre donde diferentes artistas nacionales e internacionales han ido realizando proyectos artísticos en sintonía con el paisaje. Así, un precioso recorrido permite conocer algunas obras muy atractivas mientras se pasea por un bonito pinar. Trabajos de Olafur Eliasson, Santiago Sierra o Marina Abramovic forman parte de la colección permanente, que se completa con proyectos temporales.

Este espacio cuenta con una interesante propuesta de actividades para este verano, como un taller titulado Turrel, Mago de la Luz, centrado en la obra de James Turrel, gymkanas de arte para familias y talleres de reciclaje para niños, así como actuaciones de teatro danza y música. Además de visitas a la luz de la luna llena los días 20 de julio, 18 de agosto y 16 de septiembre.

Finalmente, por supuesto, en El Palmar los visitantes de Vejer de la Frontera puede darse ese baño que, desde finales de primavera y hasta comienzos del otoño, es todo un placer en esta parte de la zona gaditana. Un área que, sin duda, ofrece numerosas alternativas a las maravillosas playas que, en días de levante, se convierten en espacios imposibles de disfrutar.