Hace tres años Torrelavega se enfrentaba a una situación nunca vista en la ciudad. El grupo político Asamblea Ciudadana por Torrelavega (ACpT), respaldado por gran parte de la ciudadanía, reclamaba la cesión de un espacio inutilizado para el uso recreativo de los vecinos.
Lo que comenzó como una gran idea terminó por convertirse en una pesadilla para el líder de este partido, que tuvo que ver cómo el acuerdo verbal al que se había llegado con los propietarios de ese espacio se desmoronaba a medida que las agrupaciones políticas contrarias “calentaron y empujaron” al conflicto.
“La gente nunca entendió cómo los partidos a los que votaban podían ser tan críticos con esta iniciativa”, comenta el concejal de ACpT, Iván Martínez. Una extraña nebulosa apareció y se mantuvo durante meses en este pequeño rincón de la calle Argumosa después de que se produjese la denuncia dirigida a Martínez, cabeza visible y uno de los precursores del proyecto. “Me denunciaron a mí porque denunciar a un colectivo está peor visto, además es más fácil dirigir los tiros a una persona sola, aunque yo sabía que tenía detrás a una organización que no me iba a dejar solo” afirma el edil.
Pasaron los meses y los años -dos en concreto- y Martínez fue absuelto por el presunto delito de usurpación del que se le acusaba. Corría octubre de 2017 y al fin parecía que esa nebulosa comenzaba a desaparecer. “Lo mejor de todo esto ha sido el cariño de la gente y el respeto que ha habido desde siempre hacia el rincón”, afirma el concejal.
Un cariño que se ha terminado por convertir en respeto hacia esa plaza llena de colores, libros y flores. “Espacio Argumosa jamás ha sido pintado ni dañado a diferencia de otros sitios de Torrelavega. Esto es un indicador claro de que la gente lo mima y quizá de que lo siente un poco más suyo que el resto de lugares de la ciudad...”, se plantea el edil.
La cesión a la Asamblea Espacio Argumosa
Esta isla digna de convertirse en una utopía en mitad de la ciudad se cedió por parte de uno de los propietarios -Francisco, al que el concejal recuerda con cariño- al grupo político, y este a su vez ha dejado que sea gestionado por la Asamblea Espacio Argumosa. “Nosotros nacimos poco después que el espacio con la finalidad de gestionar la limpieza, el cuidado y las actividades culturales”, comentan desde la asamblea.
Esas actividades culturales pasan por conciertos, fiestas, teatro, cine e incluso 'el día del libro libre', una iniciativa que promueve la lectura convirtiendo el espacio en un lugar de intercambio de libros. “La gente deja sus ejemplares favoritos y se lleva otros”, apuntan. Todos estas acciones se realizan sin mediación de permisos municipales “aunque respetando siempre el descanso de los vecinos”. Para la asamblea esto supone la “demostración” de que no se requiere la intervención institucional “para crear cultura desde el respeto y la convivencia”.
El funcionamiento de un espacio autogestionado es una de las grandes dudas que ponía en duda la durabilidad de este lugar. “No entran los servicios públicos ni de mantenimiento por lo que nosotros somos los que convocamos jornadas de mantenimiento con regularidad”, indican. Además, si algo caracteriza al Espacio Argumosa es la reutilización de materiales y el reciclaje constante, lo cual construye, como ellos mismos apuntan, “un espacio alternativo a la sociedad de consumo”.
Pero sin duda, el aspecto más importante -y el que más se cuida desde la organización- es la autogestión sobre el uso diario del espacio en el uso y disfrute por parte de la ciudadanía. “Allí van padres y madres a dar de merendar a sus hijos y a sus hijas, adolescentes a sacarse fotos, grupos de amigos que se sientan a charlar... Es el único espacio de Torrelavega que ofrece la oportunidad de sentarse en grupo a charlar sin obligar al consumo como ocurre en los bares y que no ha requerido ni requiere consumo ni para su creación ni para su mantenimiento. Además, ofrece actividades culturales autogestionadas sin mediación de dinero”, señala la asamblea.
El futuro del rincón
“Espacio Argumosa desaparecerá el día que la propiedad venda o decida construir un edificio. Ese día aceptaremos el fin del acuerdo y en un plazo de una semana lo desmontaremos. Nosotros nos comprometimos a disfrutarlo mientras pudiésemos y así lo vamos a hacer porque es nuestra filosofía”, señala el concejal de ACpT sobre la posibilidad del final del espacio.
Desde este colectivo apuntan además a la posibilidad de que esta 'moda' se extienda a otros espacios, y admiten haber “mirado otros sitios”. Sin embargo, desde la agrupación son conscientes de que quizá sea “abarcar demasiado” y por eso esperan que la idea acabe saliendo de los propios barrios.
Lo que sí tienen muy claro es que “nunca” aceptarán ayuda económica por parte de las instituciones. “Es uno de nuestros valores. No nos basamos en ninguna ideología ni en ningún panfleto. Trabajamos sin roles y sin demasiada estructura, nos gusta que las personas se comprometan en la medida de su sentir y el apoyo que nos damos los unos a los otros, y aceptando ayudas perderíamos nuestra idiosincrasia”, concluyen desde la asamblea.